La chispa
Nabucco es la tercera ¨®pera de Verdi, pero a¨²n as¨ª, aparece ya esplendorosamente ese instinto dram¨¢tico que le permite crear la m¨²sica m¨¢s adecuada a las diversas escenas del libreto y que, adem¨¢s, siendo de una complejidad musical considerable, resultan inmediatamente comprensibles y agradables para el p¨²blico, tanto si es "entendido" como si no. Se trata de la "chispa", la inspiraci¨®n, el duende o como quiera llam¨¢rsele, pero este Nabucco del jueves tambi¨¦n enganch¨® a la gente en el Palau, como engancha casi siempre Verdi, porque sabe, como los grandes cineastas o novelistas, contar de verdad una historia. Con m¨²sica, en su caso. Y con fuerza.
Al margen, no debe olvidarse la significaci¨®n nacionalista de esta ¨®pera y, en especial, del coro Va', pensiero, que se convirti¨® en el himno oficioso de los italianos ante la ocupaci¨®n austr¨ªaca. El p¨²blico de la Scala se puso en pie al escucharlo, y, tras interminables aplausos, exigi¨® su repetici¨®n. Estos pentagramas se cantaban luego por la calle y en todas partes, y las autoridades austriacas nada pod¨ªan hacer ante un texto que, en teor¨ªa, trataba de la invasi¨®n de Jerusal¨¦n por los asirios. Y el p¨²blico actual tambi¨¦n se conmueve dej¨¢ndose envolver por una m¨²sica tan representativa del Risorgimento italiano, por esa forma pac¨ªfica -pero orgullosa e ir¨®nica- con que el elegante mundo de la ¨®pera pon¨ªa su granito de arena para la liberaci¨®n y unificaci¨®n de Italia.
Nabucco (versi¨®n de concierto)
De Giuseppe Verdi. Solistas: Vladimir Chernov, Javie Palacios, Paata Byrchuladze, Francesaca Patan¨¨, Gloria Scalchi, Carlo di Cristoforo, Tom¨¢s Puig, Susana Cord¨®n. Cor de la Generalitat Valenciana. Orquesta de Valencia. Director: Miguel A. G¨®mez-Mart¨ªnez. Palau de la M¨²sica. Valencia, 22 de diciembre de 2005.
Miguel A. G¨®mez-Mart¨ªnez estuvo esta vez m¨¢s c¨¢lido que de costumbre, sin limitarse a marcar el comp¨¢s, traduciendo muy bien en bastantes momentos lo que pasaba. Un buen ejemplo ser¨ªa la escena III del Acto II, donde los violonchelos tuvieron asimismo excelentes prestaciones, y Paata Burchuladze ped¨ªa con sincera emotividad un favor a su Dios. En la escena V y VI del primer acto tampoco la orquesta se limit¨® a "acompa?ar", sino que se implic¨® activamente en la narraci¨®n de la historia. Lo mismo sucedi¨® en la escena IV del Acto III, aunque, indudablemente, existen mejores versiones del Va', pensiero, donde se ech¨® en falta, sobre todo, una presencia m¨¢s dram¨¢tica del ostinato de las cuerdas. El coro, elemento central en esta obra, cumpli¨® dignamente, al igual que los comprimarios. Sigui¨® habiendo, sin embargo, como es costumbre en ambos conjuntos valencianos, as¨ª como en el director granadino, momentos de "bombo y platillo" que requerir¨ªan un punto de sutileza.
El dificil¨ªsimo papel de Abigail lo asumi¨®, con m¨¢s instinto dram¨¢tico que belleza en la voz, Francesaca Patan¨¦. Gloria Scalchi resolvi¨® limpiamente el de Fenena. Paata Burchuladze, como Zaccaria, fue un bajo poderoso que falla con frecuencia en la zona aguda, pero que consigui¨® momentos conmovedores. A Vladimir Chernov se le nota su experiencia como cantante de lieder por la cuidadosa manera de decir las cosas y la complejidad con que tradujo el persoaje de Nabucco. La batuta hubiera debido impedir que se le tapara en varias ocasiones. Cumpli¨® bien, como Ismaele, Javier Palacios.
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