Hospitalidad de la 'belle ¨¦poque'
HOTEL EMPORD?, una leyenda gastron¨®mica camino de la Costa Brava
Todo comenz¨® en marzo de 1961. Josep Mercader anticipaba el desarrollo tur¨ªstico de la Costa Brava con la apertura de un motel que acuartelara a los primeros veraneantes en tr¨¢nsito hacia las playas y calas vecinas a Cadaqu¨¦s, atra¨ªdos por el genio extravagante de Dal¨ª y el seny literario de Josep Pla. Quiso el azar que Mercader solicitara permiso para colgar un cartel en la fachada de una casa payesa, a un costado de la carretera de Francia, y reparara all¨ª en un joven de buenos modales a quien requiri¨® enseguida para la plantilla del establecimiento.
Con los a?os, el empleado Subir¨®s desposar¨ªa a la hija del empresario y terminar¨ªa convirti¨¦ndose en heredero del negocio. Su meticulosidad en los fogones y las ense?anzas recibidas del suegro le han bastado para situar el Empord¨¤ entre los destacados restaurantes de Catalu?a.
HOTEL EMPORD?
Categor¨ªa: 3 estrellas. Carretera antigua a Francia, s/n. 17600 Figueres (Girona). Tel¨¦fono: 972 50 05 62. Central de reservas: 902 14 15 15 (Sercotelhoteles). 'Web': www.hotelemporda.com. Instalaciones: jard¨ªn, garaje, sala de convenciones (50 personas), sal¨®n de estar, comedor, restaurante al aire libre. Habitaciones: 9 individuales, 30 dobles, 3 'suites'; todas con ba?o, calefacci¨®n, aire acondicionado, tel¨¦fono, TV sat¨¦lite, minibar, secador de pelo, habitaciones para no fumadores. Servicios: algunas habitaciones est¨¢n adaptadas para discapacitados, no admite animales dom¨¦sticos. Precios: temporada alta, 99 euros + 7% IVA; temporada baja, 83 euros + 7% IVA; desayuno, 10 euros + 7% IVA. Tarjetas de cr¨¦dito: American Express, Diners Club, Eurocard, MasterCard, Visa, 6000.
Arquitectura... 5
Decoraci¨®n... 7
Estado de conservaci¨®n... 9
Confortabilidad habitaciones... 6
Aseos... 6
Ambiente... 7
Desayuno... 8
Atenci¨®n... 10
Tranquilidad... 4
Instalaciones... 6
Claro es que el entorno del hotel dista mucho de ser el que exist¨ªa cuando Jaume Subir¨®s iba todos los d¨ªas a trabajar en bicicleta. La antigua carretera nacional es hoy una calle m¨¢s de Figueres y otra calzada flanquea al edificio por el otro lado. Aquella baza geogr¨¢fica juega ahora en su contra: el tr¨¢fico molesta a quien escoge desayunar en la terraza, por bien insonorizadas que est¨¦n las paredes. Si tocan en suerte las habitaciones traseras, el ruido se percibe ¨²nicamente al abrir las balconadas de par en par. Las camas de 80 cent¨ªmetros no ayudan a mitigar estas incomodidades, aunque las 42 alcobas se sobran en aseo y en peque?os detalles de acogida, m¨¢s all¨¢ de la est¨¦tica a?os sesenta que acu?a la leyenda familiar del senyor Mercader. Los suelos conservan la textura original de los listones de acacia y sus esteras azules, mientras que los ba?os deslumbran con unas tecnol¨®gicas envolturas en Corian y una utiller¨ªa dise?ada por Philippe Starck.
En la misma tesitura racional minimalista, el sal¨®n biblioteca y el comedor a?ora el paso de la generaci¨®n beat por el hotel, su recueste en los sillones ch¨¦ster tras un largo viaje en seiscientos, la simpleza n¨®rdica de los aparadores y mesitas de servicio, as¨ª como las pinturas del japon¨¦s, afincado en Cadaqu¨¦s, Sikoyama, colgadas sobre el buf¨¦ de desayunos, antesala de aquellas l¨¢minas que Dal¨ª dedicaba de pu?o y letra a su querido hotel Empord¨¤.
A un costado del edificio se extiende un jardincito cuidado con todo primor por Jaume Subir¨®s y familia. Es su verdadera se?a de identidad, aquella que denota su vocaci¨®n de trabajo y servicio, a la usanza de la hospitalidad belle ¨¦poque. Aqu¨ª a los hu¨¦spedes de toda la vida se les recuerda por sus nombres y gustos personales. Algunos incluso disponen de un brazalete de servilleta con sus iniciales guardado en una vitrina, a la espera de su pr¨®ximo viaje.
ALREDEDORES
A UN KIL?METRO escaso del centro urbano, el hotel tiene salida directa a la carretera que enlaza los principales hitos tur¨ªsticos de la Costa Brava: Cadaqu¨¦s, Portlligat, Roses, Empuriabrava, L'Escala y L'Estartit, frente a las islas Medas. El interior ampurdan¨¦s reserva algunas sorpresas si se quiere huir del bullicio litoral: Castell¨® d'Emp¨´ries y su iglesia medieval, las propias ruinas romanas de Ampurias, el monasterio benedictino de Sant Pere de Rodes, Vilabertran... Sin olvidar que en estos pagos de Perelada, Empolla, Palau o Capmany emergen algunas bodegas con visos de elaborar grandes vinos. Por supuesto, a pie, la ciudad de Figueres ofrece algunos paseos agradables y la visita interesante de los museos Dal¨ª y del Juguete.
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