En bici por la v¨ªa verde de la Campi?a andaluza entre hileras de olivos
El antiguo recorrido del tren ¡®Marchenilla¡¯ traza un itinerario de 92 kil¨®metros entre la estaci¨®n de Marchena y la de Valchill¨®n. Una ruta cicloturista f¨¢cil y agradable que es la excusa perfecta para recorrer sobre dos ruedas parte de las provincias de Sevilla y C¨®rdoba
Las suaves colinas se prolongan hasta donde se pierde la vista. Y las rectil¨ªneas hileras de olivos, de miles y miles de olivos que se adaptan como un guante a las sinuosidades del terreno, convierten el escenario en un juego de simetr¨ªas. La v¨ªa verde de la Campi?a andaluza, que aprovecha la plataforma del viejo Marchenilla, culebrea por ese paisaje para ofrecer a los amantes del cicloturismo una ruta segura y sin desniveles de casi un centenar de kil¨®metros.
Marchenilla era como se conoc¨ªa coloquialmente al ferrocarril que un¨ªa Marchena, en la provincia de Sevilla, con C¨®rdoba capital, pasando por ?cija. Fue siempre una l¨ªnea secundar¨ªa y de menor importancia que la que un¨ªa ambas capitales andaluzas por el valle del Guadalquivir, pero para esta comarca de la campi?a ecijana supuso una infraestructura clave para el movimiento de viajeros, mercanc¨ªas y hasta del correo durante los 85 a?os que estuvo en funcionamiento. Lo construy¨® la Compa?¨ªa de los Ferrocarriles Andaluces en 1885 ¡ªla era dorada del ferrocarril¡ª y estuvo en servicio hasta 1970.
La v¨ªa verde tiene hoy un total de 92 kil¨®metros ¡ªes la tercera m¨¢s larga de Andaluc¨ªa¡ª entre la estaci¨®n de Renfe en Marchena y la estaci¨®n de Valchill¨®n, que queda a 11 kil¨®metros a las afueras de la ciudad de C¨®rdoba. El firme es de tierra compactada, con tramos de asfalto y alguno incluso de senda estrecha como, por ejemplo, a la entrada de ?cija. Adem¨¢s, cuenta con 10 puentes y un t¨²nel y se puede hacer en ambos sentidos.
La estaci¨®n de Marchena
Yo empec¨¦ en la estaci¨®n de Marchena, a la que es f¨¢cil llegar porque es la que usan a¨²n los trenes de media distancia. Una excusa perfecta para visitar antes de emprender viaje esta villa monumental de la campi?a, patria de uno de los m¨¢s colosales y controvertidos cantaores flamencos, Pepe Marchena. Es f¨¢cil seguir el rastro de la vieja muralla almohade de los siglos XII y XIII que cerraba la urbe porque las casas de la ampliaci¨®n extramuros se fueron apoyando en la cerca. En la realidad, el muro sigue ah¨ª, pero convertido en pared medianera, dejando salpicados los torreones, que gu¨ªan ahora la visita por Marchena como un rastro de ladrillo y mortero. La ruta puede empezar en la Puerta de Mor¨®n y seguir luego por un laberinto de calles serenas, iglesias, campanarios mud¨¦jares y fachadas encaladas hasta el Arco de la Rosa o la Puerta de Sevilla, abierta en 1430 sobre la misma cerca.
La v¨ªa parte de la estaci¨®n por detr¨¢s de un enorme silo de grano de color amarillo y se interna en la campi?a en un suave ascenso (nunca m¨¢s del 3%). En este primer tramo el envoltorio son enormes campos de cereal y girasol, m¨¢s que el olivo. La se?alizaci¨®n es la blanca y verde de v¨ªas verdes. O al menos es as¨ª hasta el primer pueblo, Fuentes de Andaluc¨ªa, ubicado en el kil¨®metro 18. Las se?ales se pierden al entrar en el n¨²cleo urbano y hay que preguntar a los paisanos por donde sal¨ªa el viejo Marchenilla para encontrar la continuaci¨®n. Pero cuando la encuentras, te llevas la sorpresa de que desaparecen las se?ales de v¨ªas verde y aparecen otras rojas y blancas de Caminos de Pasi¨®n, una red de senderos perteneciente a una marca tur¨ªstica que agrupa a varios municipios de la campi?a a los que une una Semana Santa espectacular y de mucha pasi¨®n. El cambio incita a confusi¨®n, pero hay que seguir esas se?ales que llevan hasta ?cija por la misma plataforma ferroviaria por la que ven¨ªamos. Antes se bordea La Luisiana, en el kil¨®metro 30, un buen lugar para desviarse a almorzar.
?cija, una parada a mitad camino
?cija, a unos 46 kil¨®metros de Marchena, est¨¢ justo en la mitad de la v¨ªa verde de la Campi?a, por lo que es el lugar perfecto para hacer noche. Primero porque tiene todo tipo de servicios. Y segundo porque es una de las grandes urbes monumentales de la campi?a y de toda la provincia de Sevilla. Una ciudad a la que hay que dedicarle unas horas para descubrir sus muchos atractivos.
Monumental, tremendamente andaluza y con un poderoso legado hist¨®rico, fue siempre un punto estrat¨¦gico en la cuenca del Guadalquivir. Ya fuera como la aldea turdetana Astigi, bajo el nombre de Augusta Firma Astigi durante la dominaci¨®n romana o como Medina Estigga cuando lleg¨® a ser capital de una taifa hispanomusulmana capaz de rivalizar en poder e influencia con Corduba e Hispalis ¡ªnombres con los que se conoc¨ªa en ¨¦poca romana a las ciudades de C¨®rdoba y Sevilla¡ª.
Ese poder¨ªo se percibe nada m¨¢s cruzar el puente de piedra sobre el r¨ªo Genil que da acceso a la ciudad y ver como sobresalen sobre los tejados sus 12 torres y 15 espada?as, como pararrayos de ladrillo. Esto le ha valido el apelativo de ¡°la ciudad de las torres¡±, aunque tambi¨¦n se la conoce como ¡°la sart¨¦n de Andaluc¨ªa¡±, dadas las temperaturas que se alcanzan aqu¨ª en verano ¡ªquiz¨¢ esa no sea la mejor estaci¨®n para hacer este viaje en bicicleta¡ª. Una treintena de palacios asoman sus fachadas a unas calles estrechas e irregulares, como corresponde al urbanismo medieval. La huella romana se percibe en las columnas de m¨¢rmol recuperadas que adosan casi todos los palacios en sus esquinas. Las reminiscencias andalus¨ªes en la tipolog¨ªa arquitect¨®nica convierten al patio fresco, porticado y cuajado de macetones en el eje central de la casa, como puede verse en casi todas las fincas del centro hist¨®rico.
La traves¨ªa de ?cija tampoco est¨¢ se?alizada, por lo que hay que recurrir al viejo sistema de preguntar, o al m¨¢s moderno de Wikiloc, para encontrar la salida. Y, una vez localizada, otra sorpresa: no hay se?ales ni de v¨ªa verde ni de caminos pasionales. La segunda parte del itinerario est¨¢ marcada como Camino Natural de la Campi?a, con carteles met¨¢licos y de madera rojos y blancos del Ministerio de Agricultura. Aunque sigue usando la plataforma, trincheras y viaductos del tren. Un poco lioso, la verdad.
El final de la ruta
Los primeros kil¨®metros tras ?cija son de los m¨¢s bonitos de la ruta, con un bonito puente de hierro y buenas arboledas flanqueando la plataforma. Se superan luego campi?as cerealistas interminables, que se ponen espectaculares en primavera, y colinas cuajadas de olivares. Se pasa por la antigua estaci¨®n de La Carlota, en el kil¨®metro 66, aunque el pueblo est¨¢ a seis. M¨¢s cerca de la v¨ªa, a unos centenares de metros en ascenso, queda La Fuencubierta, una localidad a la que se puede subir en caso de necesitar avituallamiento ¡ªel bar del Centro Social hace unas brochetas de muerte¡ª. Otro lugar donde parar a comer puede ser Guadalc¨¢zar (kil¨®metro 76), donde, nuevamente, el n¨²cleo urbano queda un poco retirado de la v¨ªa, pero merece la pena el peque?o desv¨ªo para hacer un alto y almorzar.
Por fin, tras pasar el t¨²nel de Las Tablas en el kil¨®metro 86 ¡ªel ¨²nico que ten¨ªa el recorrido del Marchenilla¡ª, se llega al final de la ruta que est¨¢ en la estaci¨®n de Valchill¨®n, a 11 kil¨®metros de C¨®rdoba. Pero se puede llegar al centro urbano por carreteras secundarias sin excesivo tr¨¢fico. Un final monumental para una ruta cicloturista f¨¢cil y muy agradable de hacer. Por cierto: no dej¨¦is de visitar la mezquita-catedral de C¨®rdoba y si es en visita guiada, mejor. Un espacio sagrado ¨²nico en el mundo.
Datos pr¨¢cticos
- Más información en la web de Vías Verdes y en la de Caminos Naturales.
- Al ser un recorrido lineal, siempre hay que prever la logística de llegar y volver. Tanto Marchena como Córdoba tienen estación de tren y conexiones de trenes de media distancia, pero si las gentiles políticas de Renfe para llevar bicicletas a bordo te lo complican todo, la empresa Andalucía Transfer ofrece un servicio de transporte de ciclistas y bicicletas por toda Andalucía.
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