Los volcanes de Rub¨¦n Dar¨ªo

El problema de la seguridad y la inestabilidad pol¨ªtica de uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de Am¨¦rica no parecen a primera vista una buena tarjeta de visita de Nicaragua, aunque en realidad estos rasgos se han exagerado, pues se trata de uno de los pa¨ªses m¨¢s seguros de su entorno a pesar del alto ¨ªndice de pobreza, lo que le convierte en una aut¨¦ntica paradoja para soci¨®logos e investigadores.

Conviene dividir al Estado m¨¢s grande de Centroam¨¦rica, aquel al que su poeta emblem¨¢tico, Rub¨¦n Dar¨ªo (1867-1916), llam¨® "tropical tesoro" y "lago de azures", en tres grandes zonas: la costa del Pac¨ªfico, la costa atl¨¢ntica y la zona interior. Es en la primera en la que se aglutinan las principales ciudades: Managua, Granada, Masaya y Le¨®n.

Una buena elecci¨®n es establecerse en Granada, tanto por su tranquilidad y patrimonio hist¨®rico como por su situaci¨®n geogr¨¢fica, a orillas del lago Nicaragua, en el que pueden verse tiburones de agua dulce, una rareza biol¨®gica.

C¨²pula colonial

Granada, la ciudad m¨¢s antigua fundada por los espa?oles que ha mantenido su emplazamiento original, fue construida en torno a una gran plaza dominada por una catedral que corona una hermosa c¨²pula colonial. El colorido del pa¨ªs se manifiesta de una forma singular por sus calles y en su imponente mercado. Productos como el caf¨¦ o el cacao comparten un imposible laberinto con vendedores de iguanas (que comen muchas familias pobres), curanderos que prometen el fin de las dolencias m¨¢s graves o puestos en los que es posible encontrar casi de todo, las denominadas pulper¨ªas.

La historia de la ciudad alberga sucesos asombrosos que parecen sacados de una novela. Granada fue incendiada en 1856 por el filibustero William Walter y sus muros prendidos vieron al norteamericano proclamarse a s¨ª mismo como presidente de Nicaragua.

Partiendo de la plaza, atravesando la pintoresca calle de la Calzada, se llega hasta la misma orilla del lago Nicaragua. Desde su malec¨®n zarpan cada d¨ªa peque?os barcos que ofrecen excursiones a las isletas, un complejo natural formado por 354 islas de origen volc¨¢nico que hoy son refugio de monos, de diversas especies de aves (chachalacas y pocoyos, entre otras) y de una fauna en la que abundan animales venenosos como ara?as y serpientes. El viajero que quiera aislarse por completo tiene la posibilidad de alojarse en diferentes complejos que han sido levantados en las peque?as islas.

Pero volviendo al rico patrimonio monumental de Granada, se hace indispensable visitar la Casa de la Gran Francia (uno de los pocos edificios que se salvaron del incendio del filibustero), la Casa Pellas, la Casa de los Tres Mundos y el Convento de San Francisco, que alberga una interesante exposici¨®n de ¨ªdolos precolombinos de piedra descubiertos en el siglo XIX en la isla de Zapatera.

Una vez instalados en la ciudad, que dispone de hoteles con encanto en los que el visitante se sentir¨¢ como en casa, existen dos opciones: alquilar un veh¨ªculo o contratar una serie de excursiones privadas a medida. Estas visitas pueden planificarse en la peque?a agencia del hotel Alhambra (los precios son del todo asequibles), situado en pleno parque de Col¨®n y con unas espl¨¦ndidas vistas.

A pocos kil¨®metros de Granada se encuentra Masaya, localidad famosa por su volc¨¢n y su mercado de artesan¨ªa. El parque natural que rodea al volc¨¢n alberga especies sorprendentes que han conseguido adaptarse a los gases t¨®xicos que emanan del fondo de la tierra; por ejemplo, los chocoyos coludos, aves que en las paredes de los cuatro cr¨¢teres tienen sus nidos. Coronado por una cruz de madera colocada por los espa?oles, que cre¨ªan haber encontrado la entrada al infierno, el volc¨¢n Masaya, con su inmensa y constante fumata blanca en el cr¨¢ter Santiago, es uno de los lugares m¨¢s espectaculares de Nicaragua.

Talleres y carpinter¨ªas

La ciudad de Masaya gira en torno a su mercado de productos t¨ªpicos de la artesan¨ªa nacional. Hamacas de colores de distintos tama?os, tallas en piedra volc¨¢nica, prendas de cuero natural o dudosas antig¨¹edades son algunos de los objetos que pueden adquirirse por precios m¨¢s que razonables. A las afueras de Masaya se encuentran los llamados Pueblos Blancos, en los que los mejores artesanos del pa¨ªs confeccionan los objetos que se venden en los mercados. En el pueblo de Catarina, de unos 4.000 habitantes, y en pleno entramado de talleres y carpinter¨ªas, aparece un inesperado mirador desde el que puede disfrutarse de la vista de la laguna de Apoyo, antiguo cr¨¢ter volc¨¢nico de siete kil¨®metros de largo y 200 metros de profundidad que hoy se encuentra cubierto por completo de agua.

La constante actividad volc¨¢nica del pa¨ªs, acompa?ada de los frecuentes movimientos s¨ªsmicos, revela un paisaje rom¨¢ntico lleno de violencia en el que la naturaleza se erige como la mayor fuerza posible. En 1972, uno de los mayores terremotos de la historia derrumb¨® Managua, una ciudad en cuya piel a¨²n se percibe el dolor. La catedral, de los a?os veinte del siglo pasado y de estilo victoriano, est¨¢ emplazada entre el Palacio Presidencial y el teatro Rub¨¦n Dar¨ªo. Su p¨¦simo estado de conservaci¨®n hace que se mantenga cerrada, pero no es dif¨ªcil observar su interior entre los muros abiertos por las grietas. Aunque la capital tiene poco que visitar, vale la pena conocerla.

Pero al margen de Granada y Managua, no puede obviarse la ciudad de Le¨®n, en cuya catedral reposan los restos de Rub¨¦n Dar¨ªo. Adem¨¢s, all¨ª se encuentra la Casa Museo del autor de Azul, con fetiches escalofriantes relacionados con su muerte (el traje blanco que llevaba cuando muri¨®, y la cama, y fotograf¨ªas de ¨¦l agonizante). En Le¨®n se dice que escribi¨® versos de Margarita, est¨¢ linda la mar en el abanico de una ni?a de nueve a?os. "Margarita, est¨¢ linda la mar, / y el viento / lleva esencia sutil de azahar; / yo siento / en el alma una alondra cantar; tu acento. / Margarita, te voy a contar un cuento".