Bush: c¨®mo ajustarse a la realidad en tres a?os
La palabra clave para explicar la evoluci¨®n de la pol¨ªtica exterior, y parte de la interior, de Bush es ajuste. Pero, seg¨²n expertos consultados en Washington y en Nueva York, las consecuencias de la anterior pol¨ªtica de esta Administraci¨®n tendr¨¢n repercusiones m¨¢s all¨¢ de su ¨²ltimo mandato, y los ajustes de los ¨²ltimos meses perdurar¨¢n llegue quien llegue a la presidencia del pa¨ªs m¨¢s poderoso de la Tierra en enero de 2009.
La doctrina Bush de la guerra preventiva "est¨¢ muerta", seg¨²n Francis Fukuyama, y la fantas¨ªa, como la ha definido un autor, de los neoconservadores, ha quedado reemplazada por un nuevo realismo y un nuevo multilateralismo, si bien con una opini¨®n p¨²blica crecientemente aislacionista, pese a que sea "imposible ser aislacionistas en un mundo global", seg¨²n Jessica Matthews, presidenta de la Fundaci¨®n Carnegie para la Paz Internacional. Tambi¨¦n queda rebajada la Agenda de la Libertad para la promoci¨®n de la democracia en el mundo musulm¨¢n. M¨¢s que cambio de objetivos, ¨¦stos se afrontan con m¨¢s modestia y con otros m¨¦todos.
Seg¨²n Francis Fukuyama, la doctrina de la guerra preventiva ha muerto y la fantas¨ªa ha dado paso a un nuevo realismo y un nuevo multilateralismo
Los expertos apoyan dar un nuevo impulso a la OTAN, pero no convertir el yihadismo islamista en 'el' enemigo, como proponen Aznar y la FAES
Liderazgo. Estados Unidos era una sociedad profundamente dividida, y la guerra de Irak ha acentuado esta brecha. Una de las bases electorales m¨¢s seguras de Bush, la derecha cristiana, est¨¢ tambi¨¦n dividida. Una parte del movimiento evang¨¦lico, que no es todo de derechas, seg¨²n diversos observadores, se ha distanciado de Bush por cuestiones morales de las torturas y otros atropellos a derechos b¨¢sicos.
Hay divisi¨®n de opiniones sobre si en el tiempo que le queda, y especialmente despu¨¦s de las elecciones de noviembre pr¨®ximo de renovaci¨®n de la C¨¢mara de Representantes y una parte del Senado, esta administraci¨®n podr¨¢ seguir liderando. No tiene duda alguna al respecto Richard Haas, ex jefe de planeamiento pol¨ªtico del Departamento de Estado con Colin Powell y ahora presidente del influyente Council on Foreign Relations, adem¨¢s de autor del reciente libro La oportunidad: la ocasi¨®n de Am¨¦rica de alterar el curso de la historia. No es lo que piensa Anatol Lieven, de la New American Foundation, autor de America, con raz¨®n o sin ella, para el cual Estados Unidos debe abandonar sus ambiciones imperiales, entre otras razones porque no puede pagar ni dispone de los soldados necesarios para asumir tales tareas. La cantidad y calidad de libros sobre esta cuesti¨®n en las librer¨ªas indica la pujanza del debate.
Mathews observa c¨®mo el resto del mundo le est¨¢ perdiendo el respeto a Bush. Mientras estaba en su viaje a Asia, Corea del Sur, sin aviso previo, anunci¨® la retirada de sus tropas de Irak, y Putin, que seguir¨ªa adelante con su legislaci¨®n contra las ONG. "Una bofetada colectiva", seg¨²n la experta, que considera que "nunca antes se hab¨ªa llegado a tal situaci¨®n".
Multilateralismo. Hace meses que la Administraci¨®n de Bush ha abandonado su inicial unilateralismo a favor de un multilateralismo selectivo o del nuevo derecho internacional. Utilizar¨¢ a la ONU cuando le venga bien, como en estos meses frente a Siria. Pero no trata de volver cartesianamente a la ONU, de la que est¨¢ intentando impulsar una reforma en profundidad, aun a costa de amenazar con bloquear el presupuesto de la organizaci¨®n, donde se observa que su embajador, John Bolton, va m¨¢s all¨¢ de las instrucciones del Departamento de Estado a?adiendo de su propia salsa. El nuevo multilateralismo busca alianzas ad hoc o regionales, en competencia con la ONU. Y, en todo caso, la suspicacia hacia las Naciones Unidas est¨¢ muy arraigada en la sociedad americana.
Europa y la OTAN. Entre esa recuperaci¨®n parcial de un multilateralismo est¨¢ la de la OTAN, que se hab¨ªa convertido en una caja de herramientas para operaciones militares en el mundo entero, como la de Afganist¨¢n. Los expertos apoyan un nuevo impulso para la OTAN, pero no hacer del yihadismo islamista el enemigo, como proponen Aznar y la FAES.
Para Haas, no hay que tocar la OTAN, pues funciona bien. Su preocupaci¨®n estriba m¨¢s bien en que no ve verdaderos esfuerzos europeos para lograr m¨¢s capacidades militares aunque aprecie los esfuerzos de los europeos en Gaza, Aceh o en los Balcanes, o los pol¨ªticos con Ir¨¢n. Bush, al principio de su segundo mandato, y en su viaje en febrero a Bruselas, trat¨® a la UE como interlocutor estrat¨¦gico -despu¨¦s de aprender lo que Robin Niblett, vicepresidente del Center for Strategic and International Studies, llama "el coste de la fricci¨®n con los europeos"-, la Uni¨®n no pudo responder al reto al entrar en crisis tras el fracaso de la Constituci¨®n Europea en Francia y Pa¨ªses Bajos.
Agenda de la libertad. La pol¨ªtica de impulso a la libertad y la democracia tambi¨¦n ha quedado algo recortada. Para Niblett se definir¨¢ pa¨ªs a pa¨ªs m¨¢s que de una forma general. En el propio Departamento de Estado, esta pol¨ªtica ha pasado de centrarse esencialmente en cambiar reg¨ªmenes a trav¨¦s de elecciones para insistir m¨¢s en crear instituciones y fomentar la sociedad civil. Ahora se percatan del riesgo que implica que las elecciones las ganen los m¨¢s fundamentalistas. Incluso en Siria, ante los riesgos de ruptura del pa¨ªs o de que llegaran unos dirigentes a¨²n m¨¢s antiamericanos, la diplomacia estadounidense preferir¨ªa que Asad hiciera una volte face hacia Occidente como la del libio Gaddafi.
Terrorismo. Para Niblett, la amenaza terrorista que se plasm¨® el 11-S se ha vuelto algo "abstracta" para la gente y la Administraci¨®n ha seguido una pol¨ªtica de "alejar" el terrorismo de EE UU, mantenerlo ocupado en Irak. Lieven observa que EE UU no ha vuelto a ser atacado, y que las medidas tomadas de controles y recortes de libertades permanecer¨¢n. Y si hay un nuevo ataque, habr¨¢ un rebrote de chovinismo y nuevas medidas. Pero de otro modo, los mecanismos correctores que se han dado en otros momentos de la historia de EE UU har¨¢n que las aguas acaben volviendo a su cauce.
China. Para Fukuyama, el mayor reto para EE UU es el ascenso de China. Pero no para otros como Richard Haas. En todo caso, coinciden con Minxin Pei, de la Carnegie, en que aunque Estados Unidos est¨¦ preocupado con China, "no puede hacer nada". Las mejores relaciones de Washington con India no sirven para frenar a China, pues el entendimiento entre estos dos ¨²ltimos pa¨ªses mejora d¨ªa a d¨ªa.
?Que quedar¨¢? Previsiblemente, una sociedad m¨¢s aislacionista, el abandono de la guerra preventiva, un cierto multilateralismo, pero a su manera y no centrado en la ONU, por parte de un pa¨ªs que seguir¨¢ consider¨¢ndose exento de buena parte del derecho internacional. Una pol¨ªtica con menos ambiciones de cambiar el mundo, pero tampoco con m¨¢s ganas de adaptarse a ¨¦l.
Primero, Irak; luego, Irak, y por fin, Irak
?LAS PRIORIDADES DE LA POL?TICA exterior americana? "La primera, Irak; la segunda, Irak, y la tercera, Irak", estima Richard Haas, para el cual "hay estrategia", pero tambi¨¦n "hay claros l¨ªmites a lo que EE UU puede hacer en aquel pa¨ªs". Francis Fukuyama, el intelectual del fin de la historia, conservador que se distanci¨® de Bush tras la invasi¨®n de Irak, desde su austero despacho en la John Hopkins University en Washington, piensa que no hay que descartar que de aqu¨ª a noviembre las cosas mejoren en Irak. Mejorar significa que Irak se convierta en "una especie de Colombia", con una "guerra civil de baja intensidad".
Casi todos los expertos consultados esperan que, tras las elecciones en Irak, Bush anuncie una primera retirada de 20.000 tropas, y otra de 30.000 m¨¢s para el verano, para poder demostrar en noviembre que ha reducido su presencia por debajo de 100.000. En todo caso, en las ¨²ltimas semanas, Bush ha recuperado el control del debate al lograr reconducir las presiones para un calendario de retirada de las tropas americanas hacia la discusi¨®n sobre objetivos m¨¢s limitados para Irak.
El riesgo de que EE UU no pueda cumplir en Irak y ¨¦ste se convierta en un Estado fallido es real. Preocupa incluso a los ¨¢rabes, contrarios a la invasi¨®n, pero que ahora desean que al menos Irak se mantenga como Estado unitario, so pena que su ruptura lleve a una guerra regional.
Para Jessica Mathews, Irak va a tener efectos en la pol¨ªtica exterior de EE UU durante 20 a?os, como en su d¨ªa los tuvo la guerra de Vietnam. "La legitimidad moral perdida tardar¨¢ en recuperarse". Los neoconservadores han quedado desacreditados.
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