?vulos en Se¨²l y 30.000 d¨®lares en Pittsburgh

Es poco probable que Hwang Woo-suk y sus colaboradores m¨¢s directos vuelvan a aparecer en las p¨¢ginas de honor de las revistas cient¨ªficas, pero a este paso van a acabar saliendo en las portadas de la prensa tabloide. La misma comisi¨®n de la Universidad Nacional de Se¨²l que ha destapado los fraudes cient¨ªficos del investigador coreano ha revelado estos d¨ªas que uno de los implicados en el esc¨¢ndalo, Kim Sun-jong, cobr¨® la semana pasada 30.000 d¨®lares de Hwang, que unos d¨ªas antes le hab¨ªa demandado por manipular sus c¨¦lulas madre.

En realidad, Kim no recibi¨® el dinero directamente de Hwang, que lleva una semana de baja por ¨²lcera en Se¨²l. Kim trabaj¨® hasta el a?o pasado en el hospital MizMedi de la capital surcoreana, la cl¨ªnica que suministraba a Hwang los ¨®vulos para las (supuestas) clonaciones. Pero a ra¨ªz del ¨¦xito coreano se fue a la Universidad de Pittsburgh con Gerald Schatten, el cient¨ªfico norteamericano que sirvi¨® a Hwang como nexo con los grandes laboratorios de Estados Unidos, y que figura como coautor principal, junto al propio Hwang, en el art¨ªculo fraudulento publicado por Science en junio pasado.

Fue otra colaboradora de Hwang, la doctora Curie Ahn, la que viaj¨® de Se¨²l a Pittsburgh para entregar los 30.000 d¨®lares a Kim. Pero Kim tuvo que viajar a Se¨²l el s¨¢bado pasado para comparecer ante la comisi¨®n de investigaci¨®n de la universidad. Seg¨²n la comisi¨®n, Kim trajo los d¨®lares de vuelta a Se¨²l y se los dio a la propia comisi¨®n "para que se los guardara".

?vulos

Hasta su marcha a Pittsburgh, Kim era un estrecho colaborador de Roh Sung-il, el director de reproducci¨®n asistida del MizMedi, y el otro demandado por Hwang un d¨ªa antes de su dimisi¨®n por el esc¨¢ndalo el viernes pasado. Kim y Roh son dos figuras centrales en el desencadenamiento de la crisis que ha desenmascarado a Hwang.

Cuando Science pidi¨® a Hwang nuevas figuras antes de publicar el art¨ªculo que ahora se ha demostrado fraudulento, las figuras se montaron en Pittsburgh. Es probable, por tanto, que Kim fuera uno de los primeros miembros del equipo que estuvieran al tanto del fraude.

Kim tambi¨¦n debi¨® observar de cerca, forzosamente, las cada vez m¨¢s frecuentes visitas de Hwang a Estados Unidos, sobre todo despu¨¦s del verano, cuando Schatten empez¨® a buscarle laboratorios interesados en usar los servicios del reci¨¦n inaugurado Centro Mundial de C¨¦lulas Madre de Se¨²l. Si Kim sab¨ªa que las clonaciones de Hwang eran un enga?o, esa gigantesca burbuja debi¨® de asustarle.