De Caracas al prodigioso Salto del ?ngel
Rumbo al parque de Canaima y a la cascada m¨¢s alta del planeta
El viajero que, desvi¨¢ndose de los destinos habituales en Venezuela (Isla Margarita, delta del Orinoco, Canaima y el Salto ?ngel), llega por primera vez a Caracas se siente un tanto desarmado, sin moldes previos donde encajar lo que ve. Se trata de una ciudad con escaso equipaje imaginario, raramente presente en la literatura y el cine, que son otras formas de folleto tur¨ªstico. El viajero espa?ol apenas tendr¨¢ presente, tal vez, el retrato que hac¨ªa Adriano Gonz¨¢lez Le¨®n en Pa¨ªs port¨¢til, o el escenario agobiante por donde hu¨ªa el protagonista de El perro, aquella tremenda pel¨ªcula de Antonio Isasi-Isasmendi: rascacielos de cemento, cinturones de autopistas y la monta?a selv¨¢tica cercando la ciudad.
Todo Caracas es un enorme mercadillo callejero donde respira la econom¨ªa informal
As¨ª, el viajero que llega a Caracas cuenta apenas con estos referentes visuales, y con la idea preconcebida que lastra la capital venezolana con los atributos de miseria e inseguridad, famosa por los ranchos (barrios de chabolas) y por sus ¨ªndices de delincuencia.
Caracas es una ciudad de contrastes duros: la riqueza opulenta de unos pocos frente a la miseria desmedida de los m¨¢s. Si el viajero llega de noche al aeropuerto de Maiquet¨ªa-Sim¨®n Bol¨ªvar puede enga?arse. Desde el taxi ser¨¢ recibido por un extenso mosaico de lucecitas en las colinas que resulta bello, incluso navide?o. Si llega directamente a su hotel en uno de los barrios de clase alta, pongamos por caso Altamira, por la ma?ana descubrir¨¢ una ciudad pr¨®spera, con enormes centros comerciales, boutiques internacionales, coches potentes y acristalados edificios de oficinas.
A la sincera luz del d¨ªa, el viajero comprobar¨¢ que la graciosa iluminaci¨®n que le dio la bienvenida era la irregular electrificaci¨®n de miles de infraviviendas en los barrios que escalan las colinas. Si adem¨¢s sube a El ?vila, mirador natural de la ciudad, ver¨¢ en su totalidad el espect¨¢culo urban¨ªstico de Caracas, con su enorme cintur¨®n de pobreza. Y digo espect¨¢culo porque, para el viajero europeo, acomodado y algo c¨ªnico, la miseria latinoamericana no deja de ser espectacular. No diremos que hermosa, pero s¨ª morbosamente atractiva, interesante. En este sentido, todo Caracas es interesante para un viajero europeo: su sobrecargado urbanismo -un valle estrecho completamente cubierto por cemento y asfalto-; su condici¨®n vertical, llena de rascacielos (en algunos casos sin rematar, o incluso sin acabar, abandonados en mitad de su construcci¨®n y convertidos en esqueletos de hormig¨®n); encajonada por la sierra de El ?vila, cuyas laderas son urbanizadas por los ranchos.
Caracas concentra los santos lugares de la independencia latinoamericana. Sim¨®n Bol¨ªvar (1783-1830), padre de la emancipaci¨®n continental, habita casi todos los rincones entre los escasos restos de la antigua ciudad colonial, devastada por terremotos y sacrificada al desarrollo. En la c¨¦ntrica plaza de Sim¨®n Bol¨ªvar, alrededor de la estatua ecuestre del Libertador, est¨¢n los edificios hist¨®ricos m¨¢s interesantes: la catedral y el colindante Palacio Arzobispal, la llamada Casa Amarilla, el Consejo Municipal (en cuyo interior fue proclamada la independencia venezolana) y el Capitolio Nacional, con su peculiar c¨²pula dorada. A escasos metros, el viajero interesado en la historia de Am¨¦rica Latina puede visitar la casa natal del pr¨®cer y el Museo Bolivariano. En la cercana plaza de San Jacinto, un enorme muro reproduce la grandilocuente frase que Bol¨ªvar, tras el terremoto de 1812, dirigi¨® a quienes lo cre¨ªan castigo divino: "Si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y la haremos que nos obedezca". El circuito termina ante su tumba en el Pante¨®n Nacional.
Escolares en ruta
En la plaza y alrededores se representan a diario escenas de la vida caraque?a: ancianos ociosos, escolares tras la ruta del Libertador, predicadores espont¨¢neos, vendedores de comida y artesan¨ªa ind¨ªgena, as¨ª como los curiosos tenderetes donde se expone el merchandising revolucionario, con camisetas, carteles, gorras y relojes que reproducen a un sonriente presidente Hugo Ch¨¢vez junto a Bol¨ªvar o el Che.
En realidad, y con la sola excepci¨®n de los barrios de clase alta, todo Caracas es un enorme mercadillo callejero donde respira la econom¨ªa informal en que vive la mayor¨ªa. Numerosas calles est¨¢n ocupadas por los llamados buhoneros. La m¨¢s caracter¨ªstica es la popular Sabana Grande, un amplio bulevar peatonal. Los caraque?os cuentan que fue un lugar de famosos caf¨¦s y terrazas para la bohemia local. Hoy, el bulevar est¨¢ ocupado por los buhoneros y sus variadas mercanc¨ªas.
Para un turismo m¨¢s convencional, Caracas presenta una oferta muse¨ªstica amplia e interesante, en la que destaca el Museo de Arte Contempor¨¢neo Sof¨ªa Imber, con una de las mejores colecciones de pintura y escultura de Am¨¦rica. Adem¨¢s de interesantes artistas venezolanos -con Jes¨²s Soto y su magn¨¦tico cinetismo a la cabeza-, encontramos valiosas obras de Chagall, Mir¨®, Braque o L¨¦ger, pero sobre todo una amplia exposici¨®n de lienzos de Picasso, que prestan contexto a uno de los principales atractivos del museo: la serie de m¨¢s de cien litograf¨ªas y aguafuertes del pintor malague?o que forman la famosa Suite Vollard, con sus habituales obsesiones mitol¨®gicas, variaciones sobre un retrato de Rembrandt, y el violento erotismo de los minotauros picassianos.
No podemos dejar de subir a El ?vila, la sierra que separa Caracas del mar Caribe, y que, con su vegetaci¨®n selv¨¢tica y su techo de nubes densas, presta el ox¨ªgeno necesario a la saturada capital. En los hoteles se contratan excursiones guiadas, indispensables para acceder al parque natural, pues la pendiente de las pistas hace necesario subir en veh¨ªculos con tracci¨®n a las cuatro ruedas.
El Caribe a un lado
Camino de la llamada Selva Nublada -con sus altos troncos cubiertos de helechos y orqu¨ªdeas- disfrutamos sucesivos miradores para observar el perfil de cemento de Caracas. Desde la cresta, con la capital a un lado y el Caribe al otro, alcanzamos Galip¨¢n, ¨²nico n¨²cleo habitado, donde a¨²n son visibles los destrozos que causaron las lluvias que en 1999 arrasaron el litoral venezolano. Terminamos en el hotel Humboldt, un ins¨®lito rascacielos circular que corona la sierra y punto de partida del impresionante telef¨¦rico que desciende a Caracas.
Una excursi¨®n t¨ªpica, pero ineludible, es la que nos lleva a Los Roques, un archipi¨¦lago a pocos kil¨®metros de Caracas, formado por decenas de peque?as islas y cayos. Tras aterrizar en el Gran Roque, ¨²nico islote poblado, un catamar¨¢n nos pasear¨¢ por varias playas donde podremos practicar submarinismo en arrecifes de f¨¢cil acceso. Los Roques responde a la postal paradisiaca que todos so?amos al escuchar Caribe: islotes deshabitados, playas de arena blanqu¨ªsima, aguas transparentes y de tonos turquesa... Un buen contraste para despedirnos de Caracas.
Isaac Rosa (Sevilla, 1974) es autor de La malamemoria (Seix Barral).
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos- Poblaci¨®n: Venezuela tiene unos 23 millones de habitantes. Caracas, alrededor de cuatro millones.- Moneda: 1 euro, 2.545 bol¨ªvares.Prefijo telef¨®nico- 00 58.C¨®mo llegarA CARACAS- Iberia (www.iberia.com; 902 400 500) ofrece vuelos de ida y vuelta a Caracas desde 579 euros (tasas no incluidas).- Santa Barbara Airlines (www.santabarbaraairlines.com)tiene vuelos de Madrid a Caracas desde 760 euros ida y vuelta (tasas incluidas).A CANAIMA- Avior (www.avior.com.ve) ofrece vuelos a Canaima desde Caracas por 160 euros (tasas incluidas).DormirCARACAS- En www.venezuela-tuya.com hay una amplia selecci¨®n de hoteles.CANAIMA- Campamento Ucaima (28 69 62 23 59). Con vistas a tres tepuyes. Tres d¨ªas y dos noches (incluye alojamiento, comidas, traslados al aeropuerto y excursiones), desde 360 euros.- Campamento Parakaupa (28 69 61 49 63). Cerca de la laguna de Canaima y con un restaurante de cocina t¨ªpica venezolana. 125 euros por persona y noche (incluye tres comidas).Informaci¨®n- Oficina de turismo de Venezuela (www.turismo.gob.ve).- Turismo de la Embajada de Venezuela en Espa?a (914 17 59 42).- www.venezuelatuya.com- www.venezuelaturistica.com.
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