La tiran¨ªa del cemento
?Qu¨¦ pasar¨ªa si ustedes fuesen m¨¢s de 50, 100 o 1.000 familias y se les expropiase de golpe, alegando razones de inter¨¦s general, sus m¨¢s de 50, 100 y 1.000 casas, el barrio entero y sus tantas hect¨¢reas de huerta f¨¦rtil, declaradas un d¨ªa bienes de inter¨¦s cultural, conjunto hist¨®rico o suelo no urbanizable de especial protecci¨®n?
?Qu¨¦ les pasar¨ªa a ustedes si el mar, huerta, casa, alquer¨ªa o barraca de sus ancestros, tamborileados emblemas e iconos culturales, se convirtiesen, de la noche a la ma?ana, en solares privados para estadios de f¨²tbol, pistas de hielo, centros comerciales, campos de golf, hoteles y viviendas guiness?
?Qu¨¦ les pasar¨ªa a ustedes si en su tierra el inter¨¦s general se hubiese tornado en inter¨¦s general de pudientes y millonarios constructores?
Si, a pesar de todo, siguiera brillando la cordura en ustedes, con toda probabilidad, pensar¨ªan que el mundo se ha vuelto loco y, una y otra vez, estremecidos, recordar¨ªan las palabras de un escritor argentino: Es sabido que la identidad personal reside en la memoria y que la anulaci¨®n de esa facultad comporta la idiotez. Porque no hay pueblo ni individuo en su sano juicio que resista semejante debacle.
El desarrollo o la evoluci¨®n de un territorio (tambi¨¦n el de un individuo) ha de partir del caudal de experiencias y del patrimonio hist¨®rico, cultural, medioambiental y art¨ªstico acumulado a lo largo de los tiempos. Y esto significa hacerlo propio, reintegr¨¢ndolo, d¨¢ndole dignidad y sentido, de tal modo que, adem¨¢s de visible, sea comprensible, para uno mismo y para otros, ahora y en tiempos futuros.
En Valencia, en cambio, ocurren estas cosas y no pasa nada. Como mucho, ustedes recibir¨ªan la bofetada arrogante e impune, como la recibimos nosotros el d¨ªa que fuimos a protestar contra una ley (LUV) que perpet¨²a este fratricidio. Los dem¨®cratas van a votar, precis¨® nuestro presidente con el cinismo de alguien que ha confundido, a conciencia, la democracia con la tiran¨ªa del cemento y de las excavadoras.
Y entonces ustedes, si fuesen valencianas o valencianos, dudar¨ªan con nosotros de todo y acabar¨ªan, o bien, desentendi¨¦ndose, o bien trastornados, o en el mejor de los casos, lanzando un "por favor ay¨²dennos a salvarnos de esta demencia" desgarrado.
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