Estado unilateral
?Se puede llegar a un Estado palestino independiente no por voluntad propia sino porque lo decida el otro, es decir, Israel? No es descabellado pensarlo. Previsiblemente, a lo m¨¢s que van a llegar los palestinos en los pr¨®ximos a?os es, si tras las elecciones del 28 de marzo gobierna Ariel Sharon a la cabeza de una coalici¨®n con los laboristas de Amir Peretz (la alternativa, Netanyahu, har¨ªa imposible este avance), que Israel d¨¦ nuevos pasos unilaterales para abandonar algunos asentamientos indefendibles en Cisjordania, que quedan m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea del muro, e ir dibujando las fronteras definitivas de Israel. M¨¢s o menos coinciden con las planteadas en 2000 en Camp David por su predecesor Ehud Barak, a saber, la incorporaci¨®n de entre un 8 a 10% de tierra ocupada en Cisjordania. Los palestinos, aunque esta vez sin haberlo negociado, se pueden encontrar con algo as¨ª como un Estado independiente no por autodeterminaci¨®n, sino impuesto unilateralmente por Israel, discontinuo y sembrado de bantustanes.
La propia retirada, o desconexi¨®n, unilateral de Gaza y el hecho de que Sharon, con una gran dosis de oportunismo, se haya salido del Likud para formar un partido que ocupe el centro en t¨¦rminos socioecon¨®micos y de proceso de paz, demuestra lo impredecible del personaje. Sharon no parece con ganas de sentarse a la mesa a negociar con el presidente de la Autoridad Palestina, Abu Mazen -y menos a¨²n si sigue subiendo Ham¨¢s o los m¨¢s radicales de Al Fatah-, no ya para un acuerdo de paz bas¨¢ndose en la nunca puesta en marcha Hoja de Ruta (pese a las buenas palabras de Sharon hacia ¨¦sta), sino siquiera para el pacto provisional por 15 a?os del que se hablaba no ha tanto. La pol¨ªtica de pasos unilaterales. ?sa es la marca Sharon, que, si las encuestas no se equivocan, cuenta con un amplio apoyo entre los ciudadanos israel¨ªes.
La salida -relativa pues controla muchas cosas, entre otras la electricidad- israel¨ª de Gaza ha sido considerada un ¨¦xito, aunque estos d¨ªas vemos el l¨ªo que hay detr¨¢s. Sin embargo, no es seguro que en sus pr¨®ximos pasos, si gana y la salud se lo permite, Sharon siga este modelo que implica la retirada del Ej¨¦rcito israel¨ª, y el control a distancia con ataques selectivos. En Cisjordania se podr¨ªa quedar, aunque se retirase una parte de los colonos. Y seguir con ataques puntuales contra lo que hacia fuera ya se podr¨ªa presentar como un cuasi Estado palestino. De la mano de la demograf¨ªa y la geopol¨ªtica, el tiempo para la soluci¨®n en dos Estados cabales se va agotando. El nuevo partido de Sharon, Katima, aboga formalmente por la creaci¨®n de un Estado palestino al lado del israel¨ª, pero no ser¨ªa un Estado, sino m¨¢s bien un estado, una situaci¨®n.
?Lo aceptar¨¢n los palestinos? Depende. Muchos de ellos est¨¢n cansados de estos a?os de Intifada que poco les ha reportado. La esperanza de una cierta recuperaci¨®n econ¨®mica les puede alentar a seguir ese camino. Pese a la una vez m¨¢s proclama ruptura de la tregua, seg¨²n algunos observadores una parte de los seguidores de Ham¨¢s pide que el movimiento ceje en los atentados. Cabe recordar que este movimiento no aporta s¨®lo violencia o factor religioso ("el islam es la soluci¨®n" es su eslogan actual) sino tambi¨¦n asistencia social, y por ello sube en las elecciones. Ham¨¢s no est¨¢ solo entre los radicales y violentos, pero frente a ¨¦l, con vistas a las elecciones palestinas del 15 de enero, en Al Fatah, el gran partido de la Autoridad, se libra una lucha de poder, aunque puede beneficiarse de la relativa mejora econ¨®mica. El conjunto no da para so?ar. No es un horizonte esperanzador, pero s¨ª una realidad m¨¢s llevadera que la anterior.
Otras cosas han cambiado: por vez primera la Administraci¨®n Bush le ha apretado las tuercas a Israel para que abriera el paso de Rafah entre Gaza y Egipto, con lo que la Autoridad palestina ha logrado su primera frontera propia. La controlan fuerzas europeas. Europa ha metido as¨ª un pie, algo que a lo que Israel se ven¨ªa negando hace tiempo. Cuando Aznar fue a presentar en Bruselas su plan para hacer de la OTAN una alianza contra el terrorismo islamista en la que entrara Israel, seg¨²n asistentes al acto, el representante israel¨ª puso serias objeciones ante esta obsesi¨®n de confrontaci¨®n e identificaci¨®n del "enemigo isl¨¢mico". Israel sabe que ni es as¨ª, ni le conviene. aortega@elpais.es
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