Cuba, la transici¨®n que nunca llega
La UE y EE UU constatan los reiterados fracasos de sus respectivas estrategias frente a Fidel Castro durante casi cinco d¨¦cadas y s¨®lo coinciden en dar protagonismo al pueblo
Fidel Castro acaba de celebrar los 47 a?os de su entrada triunfal en La Habana, una conmemoraci¨®n sentida como un fracaso en EE UU y en la Uni¨®n Europea, cuyas respectivas pol¨ªticas para acabar con el r¨¦gimen o hacerlo m¨¢s transigente han resultado rotundamente frustradas. Lejos de ser asfixiado, el castrismo recibe nuevos apoyos y vuelve a crecerse con los triunfos electorales de la izquierda latinoamericana, mientras en Naciones Unidas nunca tantos han condenado el embargo norteamericano. Washington y los Veinticinco piensan ya en la Cuba sin Castro y s¨®lo coinciden en que debe ser el pueblo cubano quien tome el destino en sus manos.
Castro cumplir¨¢ 80 a?os en agosto y no ha hado muestras de ceder. Al contrario, tras unos a?os de titubeo y t¨ªmida reforma econ¨®mica, el r¨¦gimen cerr¨® el pu?o de nuevo en 2003. La Venezuela de Hugo Ch¨¢vez ha sido crucial en el reforzamiento del r¨¦gimen al proporcionarle el alivio econ¨®mico que anta?o le ofrec¨ªa la Uni¨®n Sovi¨¦tica: Ch¨¢vez env¨ªa a la isla m¨¢s petr¨®leo del que necesita Cuba, que exporta el excedente para obtener divisas.
Oswaldo Pay¨¢: "Cuba somos todos los cubanos, incluyendo el Gobierno"
El petr¨®leo venezolano ha sido crucial en el reforzamiento del r¨¦gimen castrista
Fidel est¨¢ para quedarse y se siente cada vez m¨¢s seguro. Otra cosa es su r¨¦gimen. "El cambio s¨®lo podr¨¢ producirse tras la muerte de Fidel Castro", dice Marifeli P¨¦rez-Stable, una cubana de la di¨¢spora, colaboradora de la Fundaci¨®n Elcano, el centro de estudios pol¨ªticos de Madrid. Cubanos del exilio y no cubanos, altos funcionarios de la UE y de Washington, profesores y representantes de ONG, rupturistas y pactistas se reunieron recientemente en Bruselas para discutir sobre el futuro de Cuba y el papel de EE UU y la UE en la inevitable transici¨®n. Todos acudieron al llamamiento de la Fundaci¨®n para las Relaciones Internacionales y el Di¨¢logo Exterior (Fride), con sede en Madrid.
En las discusiones emergi¨® la complejidad de la relaci¨®n de la comunidad internacional con La Habana, plagada de paradojas y contradicciones, quiz¨¢ la primera de ellas que EE UU sea el primer vendedor a Cuba, pese al a?ejo embargo. La UE es el segundo inversor en la isla, tras Canad¨¢. Espa?a es la que rige la pol¨ªtica comunitaria frente a La Habana. "Cuba es un pa¨ªs con escaso inter¨¦s estrat¨¦gico para la UE", explica Susanne Gratius, de Fride, "y por eso se deja en manos de Espa?a la pol¨ªtica a seguir". La consecuencia ha sido una desconcertante serie de vaivenes, desde los vanos intentos de aproximaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez a la mano dura del aznarismo y la vuelta al llamado di¨¢logo cr¨ªtico de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
La estrategia europea no ha hecho la menor mella en Castro, que ha respondido a cada envite con un ¨®rdago que desarmaba a la otra parte. "No previmos que Castro fuera a congelar las relaciones con las embajadas de la Uni¨®n", confiesa Karl Buck, alto funcionario comunitario, en referencia a la represalia de La Habana por las minisanciones de la UE en respuesta a la detenci¨®n de 75 disidentes en 2003.
Las sanciones fueron levantadas hace un a?o porque "parec¨ªan in¨²tiles, al no contribuir a la puesta en libertad de los detenidos, y contraproducentes, al impedir el di¨¢logo entre embajadas y Gobierno cubano", se?ala Javier Sandomingo, director general de Pol¨ªtica Exterior para Iberoam¨¦rica del ministerio espa?ol de Exteriores. La flexibilizaci¨®n de los Veinticinco fue adoptada pese a la resistencia de algunos pa¨ªses, en especial la Rep¨²blica Checa, que siente en carne viva los efectos de las dictaduras, y del Parlamento Europeo. "No hemos dado legitimidad ni ox¨ªgeno al tirano", responde Sandomingo a las cr¨ªticas. Otra fuente del ministerio, que prefiere guardar el anonimato, reconoce que el gesto no ha dado frutos: "Hay que mantener el di¨¢logo, pero las expectativas deben ser bajas, porque el r¨¦gimen es el que es".
Si Europa ofrece zanahorias que Castro desprecia, tampoco el palo de EE UU le amedrenta. "Las diferentes estrategias elegidas por EE UU y la UE hacia Cuba no han hecho m¨¢s que contribuir a consolidar el sistema cubano", subraya Gratius. "Las inversiones europeas han servido a Castro para estabilizar su r¨¦gimen y la pol¨ªtica de sanciones de EE UU le ha servido para justificarlo pol¨ªticamente con la existencia de un enemigo externo".
La encarnaci¨®n del enemigo externo es ahora mismo Caleb McCarry, a quien Washington ha nombrado coordinador de la transici¨®n de Cuba. "Mi misi¨®n es pensar en c¨®mo ayudar al pueblo cubano a liberarse de la dictadura", dice el portador de ese t¨ªtulo controvertido.
Los europeos de las distintas mesas redondas reconocen que tanto la estrategia comunitaria como la de Washington han fracasado. Gratius atribuye el fracaso europeo a la falta de una pol¨ªtica com¨²n de la UE que Sandomingo explica porque "de los Veinticinco, no m¨¢s de cinco tienen una pol¨ªtica espec¨ªfica para Cuba". P¨¦rez-Stable considera que "no ha habido ¨¦xito porque el Gobierno cubano no suscita el mismo consenso de repudio que el r¨¦gimen del apartheid".
McCarry, optimista, asegura que "la hora del cambio ha llegado". De lo que discrepa Lawrence Whitehead, polit¨®logo de Oxford. "No sabemos cu¨¢ndo ni c¨®mo va a comenzar la transici¨®n. Podr¨ªa ser una ruptura con dram¨¢ticas consecuencias", advierte. Whitehead cree que Europa est¨¢ "demasiado centrada en el presente, mientras que Washington est¨¢ demasiado fijado en c¨®mo debe ser el futuro". Para McCarry el futuro de la isla es el modelo americano: "Los que tienen menos de 46 a?os en Cuba deben saber que se puede construir una sociedad como la que van a buscar en EE UU".
"Los cubanos que quieren el cambio no quieren que nadie les diga c¨®mo debe ser, lo que nos obliga a ser cuidadosos. Quieren el cambio, pero no cualquier cambio", matiza Christian Freres, del Instituto Complutense de Estudios Internacionales. Los testimonios expresados en Bruselas dan cuenta del miedo en Cuba al cambio violento. "Hay que reducir el temor a un cambio no pac¨ªfico y que produzca un mayor empobrecimiento", dice Margaret Crahan, de la City University de Nueva York. La preocupaci¨®n que suscita el fantasma de la venganza hace m¨¢s inquietante la tranquilidad con la que Dennis Hays, ex coordinador para Asuntos Cubanos en el Departamento de Estado, evoca la posibilidad. "Ya hay violencia del r¨¦gimen contra su gente. Slobodan Milosevic cay¨® gracias a la violencia", dice, antes de citar a John F. Kennedy: "Los que hacen imposible la evoluci¨®n pac¨ªfica hacen inevitable la revoluci¨®n violenta".
Hays est¨¢ en minor¨ªa, aunque no se encuentra aislado cuando dice que "a Fidel no le importa el futuro y no hay que hablar con ¨¦l". Hay consenso en que hay que contar con los cubanos para hacer la transici¨®n, pero nada m¨¢s. No hay estrategia conjunta ni identidad de criterios sobre el camino a seguir. "Nuestros enfoques, el europeo y el de EE UU, no han dado resultado", apunta Tom¨¢s Dupl¨¢ del Moral, director general para Am¨¦rica Latina de la Comisi¨®n Europea. "La soluci¨®n para Cuba corresponde encontrarla a los cubanos y nosotros apoyaremos lo que ellos quieran". Europeos y americanos hablan de la necesidad de potenciar los contactos con la sociedad civil y se recuerda a Washington que tampoco hay que desde?ar a los escalones inferiores del aparato del Estado porque "todav¨ªa hay que ver qui¨¦n es qui¨¦n en el r¨¦gimen cubano", seg¨²n Dan Erikson, de Di¨¢logo Inter-Americano, un foro de Washington.
Oswaldo Pay¨¢, destacado disidente que fue galardonado con el premio Sajarov por la Euroc¨¢mara, envi¨® un texto al congreso. "Cuba somos todos los cubanos, incluyendo el Gobierno, y hay que dialogar con Cuba", escrib¨ªa Pay¨¢ a falta de no poder decirlo de viva voz por no haber sido autorizado a viajar.
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