Museos de la Arquitectura
Los ¨²ltimos d¨ªas de 2005 han visto nacer una instituci¨®n nueva en Espa?a. Se trata del Museo de la Arquitectura. ?sta es una instituci¨®n con fuerte arraigo en los pa¨ªses n¨®rdicos, donde vienen funcionando desde hace d¨¦cadas. Es notorio el inter¨¦s que suecos, noruegos y daneses tienen por las cuestiones de la arquitectura y el dise?o, pero en especial son los finlandeses quienes han plasmado en brillantes obras arquitect¨®nicas de refinado simbolismo sus momentos pol¨ªticos cruciales. Y, en general, como obra de los arquitectos finlandeses, que documentan y estudian en el Suomen Rakennuistateen Museo. Ya en Europa, son muy abundantes los museos de este tipo. Ahora me viene a la memoria el Shchussev de Mosc¨², el Deutsches Architektur Museum y, sobre todo, el enorme esfuerzo que est¨¢ haciendo el Estado franc¨¦s para configurar su Citt¨¨ de l'Architecture, de pr¨®xima inauguraci¨®n en el Palais de Chaillot.
Quiz¨¢ sea la hora de retomar aquella vieja idea del museo de la arquitectura en el donostiarra Palacio de Miramar
Al fin, y de una manera un tanto rocambolesca, la creaci¨®n del museo ya cuenta con acreditaci¨®n legal, s¨®lo que tiene que escindirse
La iniciativa espa?ola es muy reciente. En este aspecto, no me resisto a recordar c¨®mo una iniciativa de este tipo fue planteada para Euskadi, de forma pionera por estas latitudes, en su plan de museos de mediados los a?os ochenta. Todav¨ªa no hace mucho tiempo, uno de los m¨¢s brillantes arquitectos espa?oles afirmaba ante un c¨ªrculo reducido de oyentes que los museos de la arquitectura no tienen ning¨²n sentido, pues, por ejemplo, la experiencia de una obra de Sullivan o incluso sus detalles son irrepetibles e irrepresentables por otros m¨¦todos, que el de la propia percepci¨®n in situ.
Al fin, y de una manera un tanto rocambolesca, la creaci¨®n del museo, ansiado por algunos, ya cuenta con acreditaci¨®n legal, s¨®lo que en vez de asentarse en Barcelona tiene que escindirse en dos y compartir sede con Salamanca. Un museo dividido para satisfacer a los empecinados en la "unidad de archivo" y quienes son depositarios de aquel indigno expolio documental como bot¨ªn de guerra: los llamados papeles de Salamanca. En Castilla se levantar¨¢ la parte correspondiente a la arquitectura y en Barcelona, en el edificio Forum, obra de los arquitectos suizos Herzog y De Meuron, seg¨²n las primeras previsiones, el dedicado al urbanismo. Al parecer, pueden ampliarse a¨²n las sedes, al tratarse de un fen¨®meno tan amplio como la arquitectura y el urbanismo espa?oles.
Quiz¨¢ sea la hora de retomar aquella vieja idea del museo de la arquitectura en el donostiarra Palacio de Miramar, idea en la que s¨®lo cre¨ªmos entonces Joseba Arregi, Ernest Lluch, Eduardo Artamnedi y alg¨²n otro despistado.
Ser¨ªa el momento de proponer, en este per¨ªodo constitutivo, una sede complementaria a las de Salamanca y Barcelona. Aqu¨ª pod¨ªa tratarse con dignidad y altura el momento ilustrado de la arquitectura y el urbanismo, el correspondiente a todo el siglo XVIII, y no s¨®lo en Euskadi, donde existen magn¨ªficas muestras de este per¨ªodo, sino abarcando todo el ¨¢mbito espa?ol del Iluminismo. Los nombres de Olagu¨ªbel, Ugartemend¨ªa, Sivestre P¨¦rez y un amplio etc¨¦tera de arquitectos vinculados con la Academia hallar¨ªan, sin duda, unos lugares de singular relevancia para su memoria y un marco para la profundizaci¨®n y estudio de sus obras y proyectos.
Es el momento para que desde los colegios profesionales (esa ansiada sociedad civil que se halla en Guip¨²zcoa tan ausente y escondida), desde las instituciones municipales, las territoriales y auton¨®micas se empiece a trabajar para enriquecer, a medio plazo, el cuadro de nuestro acervo cultural y la memoria de los grandes creadores vascos en materia arquitect¨®nica y urbana.
I?aki Galarraga Aldanondo es arquitecto y director de la ETSA.
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