"Me siento utilizado para la pol¨¦mica"

Roberto Carlos ha perdido la sonrisa. Hace diez a?os, lleg¨® al Madrid con fama de defensa de ¨¦poca e imagen de tipo amigable, simp¨¢tico y abierto. Un decenio despu¨¦s, es uno de los capitanes. Un peso pesado del vestuario. Un tipo de rictus serio. El alma del clan brasile?o, formado por ¨¦l mismo, Ronaldo, Robinho, Baptista y Cicinho, que hoy debutar¨¢ contra el Villarreal. Tantas responsabilidades y sus supuestos desencuentros con sus compa?eros le han colocado en el ojo del hurac¨¢n en el peor momento: le sobrevuela la posibilidad de la suplencia y una parte de la directiva se plantea su marcha a final de curso. "El ambiente est¨¢ mejorando", sostuvo ayer; "yo no tengo problemas con nadie. Hay muchos que se pasan y enga?an a los aficionados. Tenemos que olvidarnos del exterior y no preocuparnos tanto de la pol¨¦mica externa".

A Roberto Carlos, que siempre se caracteriz¨® por su esp¨ªritu festivo, le acusan de no hablarse con Salgado; de haber rehuido a los otros capitanes en la cena de Navidad del club; de re¨ªrse de Valdo, canterano del Madrid y extremo de Osasuna, tras lesionarle... Todo mentira, seg¨²n el lateral. "Lo que est¨¢ pasando me deja triste y me sorprende. El f¨²tbol no es as¨ª. Por eso hoy estoy aqu¨ª [en la conferencia de prensa]. S¨®lo, porque me lo ha pedido el club", explic¨®. "Yo digo una cosa y vosotros pon¨¦is lo que quer¨¦is. Tienes mi tel¨¦fono. ?Habla conmigo personalmente!", espet¨® a un periodista.

A la vista del Villarreal, "uno de los partidos m¨¢s dif¨ªciles porque es un equipo excelente y lleva tres a?os a un gran nivel", Roberto Carlos analiz¨® un espinoso asunto tras otro: "Cuando se dijo que no me llevo bien con los capitanes, me sent¨ª utilizado para la pol¨¦mica. No ha pasado nada. Fui el primero en llegar a la comida. Mi mesa estaba vac¨ªa. Vi otra en la que estaban Zizou [Zidane], Bullock y otros baloncestistas y me sent¨¦ en ella. Puedo sentarme donde quiera. No me di cuenta de que las c¨¢maras estaban entrando. Eso tiene que cambiar. Luego, habl¨¦ con Ra¨²l, Iv¨¢n [Helguera], Guti..., y aclaramos el asunto. No tengo ning¨²n problema con nadie".

?Y qu¨¦ pas¨® con Valdo? "A Valdo le tengo mucho cari?o. Me sent¨ª mal cuando me insult¨®. Le respeto. Nunca quise hacerle da?o. Me re¨ª porque me insult¨® un joven y no quer¨ªa entrar en su nerviosismo", contest¨®; "los que estamos aqu¨ª desde hace m¨¢s tiempo no nos preocupamos. Pero los j¨®venes, cuando ven algunas cr¨ªticas, se ponen nerviosos".

Roberto Carlos pasa por ser el gu¨ªa de Robinho. Le corresponden los consejos y las bromas. Y, si ¨¦l falla, porque no anda por ah¨ª o porque Juan Ram¨®n L¨®pez Caro, el entrenador, le ordena lanzar faltas, como ayer, siempre quedan los otros brasile?os. Por eso, mientras Robinho hablaba en portugu¨¦s con Ronaldo y Cicinho, ¨¦l disparaba a puerta. Y lanzaba balones fuera. "Soy amigo de Vanderlei [Luxemburgo]. Podr¨ªa haber hecho algo m¨¢s con nosotros", reconoci¨® cuando le preguntaron si echa de menos a su ex t¨¦cnico, la otra pata en la que se asentaba la influencia brasile?a; "se esforz¨® para que el equipo mejorase, pero no tuvo la oportunidad. Los jugadores no debemos entrar en eso. No voy a hablar m¨¢s de ¨¦l. Es ya pasado".

Por la mente de Roberto Carlos pasean sus a?os gloriosos con el Madrid, los de los triunfos en la Copa de Europa, la Liga, la Copa Intercontinental... Pero de eso, como de Luxemburgo, no quiere hablar: "Tambi¨¦n forma parte del pasado". Como la marca de partidos en la Liga de Di St¨¦fano, 339 entre el Madrid y el Espanyol, que superar¨¢ hoy si juega contra el Villarreal. Un detalle que, como todos sus encuentros hasta junio, ronda la despedida, aunque ¨¦l, con contrato vigente hasta 2007, no lo quiera: "Si puedo, continuar¨¦ haciendo historia aqu¨ª. Tengo cinco meses para seguir trabajando bien. De lo de irme no voy a hablar. Lo que menos me interesa es irme. Cuando acabe la campa?a, ya veremos lo que es mejor para el club y para m¨ª y si hay ofertas. Llegu¨¦ ganando t¨ªtulos y me quiero ir ganando t¨ªtulos".