?Un mundo feliz en 2026?
El a?o 2006 ha comenzado con un anticipo de lo que podr¨ªa ser 2026. Una superpotencia no democr¨¢tica y de esp¨ªritu imperialista presiona burdamente, por motivos pol¨ªticos, a sus vecinos m¨¢s democr¨¢ticos. ?stos chillan, pero Rusia tiene el petr¨®leo y el gas. Mientras tanto, China, una superpotencia emergente gobernada por los comunistas, sigue flexionando sus m¨²sculos en el terreno econ¨®mico y en el pol¨ªtico. Y en todo Occidente se oyen palabras serviles. ?Ser¨¢ as¨ª el futuro?
Muchos europeos han criticado la visi¨®n del triunfo hist¨®rico del capitalismo democr¨¢tico que propone Francis Fukuyama y han despreciado el intento de George Bush de acelerar ese triunfo con ayuda de Dios y el Ej¨¦rcito estadounidense. Pero, desde que acab¨® la guerra fr¨ªa, la mayor¨ªa de nosotros tiene seguramente la sensaci¨®n de que, cuanto m¨¢s ricos sean los pa¨ªses, cuanto m¨¢s integrados en la econom¨ªa mundial, m¨¢s democr¨¢ticos tendr¨¢n que ser. Y el a?o pasado se inici¨® con la revoluci¨®n naranja en Ucrania, que dio nuevo aliento a los optimistas liberales.
Seg¨²n esta predicci¨®n, tras China ir¨¢n EE UU, India, Jap¨®n y Alemania; el Reino Unido s¨®lo conseguir¨¢ colarse por delante de Rusia y Brasil
?Podr¨¢ China desmentir la norma de que un pa¨ªs cuya riqueza no derive de los recursos naturales tiende a ser m¨¢s libre al aumentar su prosperidad?
El ¨²ltimo y excelente compendio anual de especulaciones informadas de The Economist, The World in 2006 (El mundo en 2006) repasa m¨¢s de 20 a?os de predicciones de ese tipo, desde que empez¨® a hacerlas en los ¨²ltimos a?os de la guerra fr¨ªa, y las lleva hasta el a?o 2026. El director, Daniel Franklin, despu¨¦s de reconocer que sus expertos, como era inevitable, se equivocaron en muchas cosas, concluye pregunt¨¢ndose: "?En qu¨¦ acertamos?". "En muchas de las cosas fundamentales", responde, "incluida una confianza constante en el avance de la globalizaci¨®n y el progreso. A pesar de los riesgos que se avecinan en 2006, seguro que ese avance proseguir¨¢". Me gustar¨ªa mucho creer que tiene raz¨®n; pero par¨¦monos un momento a pensar por qu¨¦ puede estar equivocado.
Un periodo extraordinario
Al fin y al cabo, los ¨²ltimos 20 a?os abarcan un periodo extraordinario: el final de la guerra fr¨ªa y sus consecuencias. Si se hubiera escogido casi cualquier periodo de otras dos d¨¦cadas del siglo XX, habr¨ªa habido que reconocer el dinamismo de potencias en¨¦rgicas y no democr¨¢ticas, como la Alemania del k¨¢iser Guillermo, el Eje fascista y la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y, en una perspectiva a m¨¢s largo plazo, acabamos de pasar por dos siglos en los que el pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo ha sido una democracia anglosajona. Primero, Gran Breta?a, y luego, Estados Unidos. Antes no era as¨ª, y no ser¨¢ as¨ª siempre.
Por supuesto, en el mundo actual, lo normal es que los pa¨ªses m¨¢s ricos sean adem¨¢s libres. Las excepciones son los Estados rentistas, como Arabia Saud¨ª y Rusia, cuyas clases dirigentes, no democr¨¢ticas, son capaces de sobrevivir mucho tiempo sin tener una burgues¨ªa ni una sociedad civil fuertes, gracias a los recursos naturales que extraen a trav¨¦s de empresas estatales como Gazprom. Mientras sigamos dependiendo de su energ¨ªa y sus materias primas, nuestra capacidad de maniobra pol¨ªtica con esos pa¨ªses ser¨¢ limitada.
Por fortuna, las que tienen probabilidades de ser superpotencias econ¨®micas del ma?ana, en su mayor¨ªa, no han recibido de la naturaleza toda esa abundancia corruptora. En un famoso estudio, los analistas de Goldman Sachs sugieren que, de aqu¨ª a 20 a?os, el grupo que llaman BRIC -Brasil, Rusia, India y China- podr¨ªa representar la mitad de la parte de la econom¨ªa mundial que actualmente controla el G-6 (es decir, el G-7 menos Canad¨¢). Las ¨²ltimas predicciones de The Economist consideran que China ser¨¢ la mayor econom¨ªa del mundo en 2026 si se utilizan las paridades de poder adquisitivo, seguramente un criterio mucho m¨¢s acertado para valorar la dimensi¨®n real de una econom¨ªa que los tipos de cambio del mercado. De acuerdo con esa predicci¨®n, detr¨¢s de China ir¨¢n Estados Unidos, India, Jap¨®n y Alemania, en este orden, y el Reino Unido s¨®lo conseguir¨¢ colarse por delante de Rusia y Brasil.
En la actualidad, la mayor¨ªa de estos pa¨ªses son democracias. Con India entrar¨ªa en las filas de las superpotencias econ¨®micas la mayor democracia del mundo. Brasil, pese a estar plagado por una espantosa corrupci¨®n pol¨ªtica, sigue considerado como un pa¨ªs libre en la clasificaci¨®n de Freedom House. La gran duda, por consiguiente, es China. ?Podr¨¢ China, con su capitalismo leninista, desmentir la norma aparente de que un pa¨ªs capitalista cuya riqueza no derive sobre todo de los recursos naturales tiende, a medida que aumenta su prosperidad, a ser m¨¢s libre? Si es as¨ª, y si las predicciones de The Economist en cuanto al PIB resultan acertadas, todo el panorama cambiar¨¢, porque la mayor econom¨ªa del mundo estar¨¢ en manos de un Estado no democr¨¢tico. Es cierto que, para entonces, India deber¨ªa ser el m¨¢s din¨¢mico de los dos gigantes asi¨¢ticos, ya que China sufrir¨¢ la carga de una poblaci¨®n envejecida. Pero, por el momento, China tendr¨¢ m¨¢s peso.
En definitiva, Rusia es una gran preocupaci¨®n, sobre todo para los europeos, que necesitamos una pol¨ªtica m¨¢s coordinada en la UE para tratar con nuestro vecino eurasi¨¢tico; pero los dos grandes interrogantes de las dos pr¨®ximas d¨¦cadas ser¨¢n los que plantean China e India. Si India sigue siendo democr¨¢tica, y China avanza en esa direcci¨®n, el responsable del informe World in 2026 (El mundo en 2026) de The Economist se encontrar¨¢ con que el optimismo liberal de su predecesor estaba totalmente justificado. Si no, tal vez se sienta m¨¢s como una persona que, en 1926, recordara las esperanzas whig de 1906.
Apolog¨ªa del r¨¦gimen chino
En esta situaci¨®n, pocas cosas son m¨¢s importantes (el clima es una de ellas), durante los pr¨®ximos a?os, que nuestra forma de tratar con China. Un ejemplo perfecto de lo que no se debe hacer, en este sentido, lo proporcion¨® recientemente sir John Bond, el presidente del banco HSBC, en una larga entrevista concedida al programa Today de la BBC. En ella hizo una apolog¨ªa del r¨¦gimen comunista que gobierna hoy China digna de Sidney y Beatrice Webb y su imagen edulcorada de la Rusia estalinista. Lo m¨¢s probable, dijo, es que China siga gobernada por una "direcci¨®n unipartidista" durante mucho m¨¢s tiempo del que esperan los comentaristas. Cont¨® que ha trabajado con todo tipo de reg¨ªmenes y ha visto econom¨ªas a las que les va muy bien con sistemas de partido ¨²nico. Menos mal que le importa la democracia... Y en cuanto a los derechos humanos, si estuviera presente un dirigente chino, coment¨® sir John, seguramente dir¨ªa que antes era preciso satisfacer el derecho humano esencial de la gente a vestirse y alimentarse, antes de poder pensar en otros derechos humanos m¨¢s avanzados, de estilo occidental. ?HSBC en defensa del comunismo!
Es un ejemplo extremo, pero me imagino los ajustes que se har¨¢n en todas partes en previsi¨®n. Como dec¨ªa Lenin, los capitalistas son capaces de vender la cuerda con la que luego se les va a ahorcar. Si queremos una China que haga realidad las esperanzas optimistas de The Economist en los pr¨®ximos 20 a?os, es evidente que tenemos que tratar con ella; pero tambi¨¦n es evidente que tenemos que defender nuestros propios valores, no imitar los suyos.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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