La izquierda precolombina
Una, o mejor varias, izquierdas se est¨¢n aupando al poder en Am¨¦rica Latina. La ¨²ltima de ellas es la que representa el presidente electo boliviano, el indio aymar¨¢ Evo Morales, que esta semana se ha presentado en Europa para visitar Madrid, Par¨ªs y Bruselas; Morales viene a sumarse a otros gobernantes en activo que se declaran de izquierdas como Ch¨¢vez en Venezuela, Lula en Brasil, Kirchner en Argentina, y Tabar¨¦ V¨¢zquez en Uruguay. Y si mirasemos al futuro inmediato la lista se ampliar¨ªa con Michelle Bachelet, probable ganadora en segunda vuelta de las presidenciales chilenas, y, con opciones a la primera magistratura, dos sandinistas rivales en Nicaragua, L¨®pez Obrador en M¨¦xico, y otro indio, Ollanta Humala, en Per¨², todos ellos candidatos durante el a?o en curso.
Morales no ignora que la condici¨®n de los indios no mejor¨® por la derrota de Espa?a en lo que entonces se llamaba las Indias
El analista y tambi¨¦n protocandidato mexicano Jorge Casta?eda hac¨ªa en Newsweek una taxonom¨ªa de las diversas izquierdas llamadas a confundirse en una sola familia terminol¨®gica. Entre ellas, distingu¨ªa las de pedigr¨ª europeo, socialdem¨®crata, como en los casos del uruguayo, el brasile?o, la chilena, aunque no el argentino, a quien Casta?eda regateaba esa condici¨®n por la inquina que le profesa al peronismo; y, de otro lado, relegaba a la categor¨ªa de populistas al citado Kirchner, Ch¨¢vez, L¨®pez Obrador, Morales, y al pater familias de todos ellos, Fidel Castro, presidente de Cuba. Creo, sin embargo, que dentro de esa denominaci¨®n caj¨®n de sastre hay distinciones e interrogantes que formular.
El presidente electo que le ha hecho el honor a Espa?a de comenzar por Madrid su gira, aunque el presidente Zapatero pueda sentir m¨¢s aprensi¨®n que j¨²bilo por ello, dada la violencia de las declaraciones del boliviano contra EE UU tiene derecho a algunas entradas en el libro Guinness por su visita.
Es el primer indio que visita como jefe de Estado (in p¨¦ctore) la antigua metr¨®poli; que habla un espa?ol muy serio, pero tributario de una lengua ind¨ªgena materna -son precedentes otro presidente boliviano, Gonzalo S¨¢nchez de Lozada, que ten¨ªa acento gringo, y el presidente mexicano Benito Ju¨¢rez, que habl¨® antes zapoteca que espa?ol-, y que va a los actos protocolarios ataviado con un jersey de la gama m¨¢s modesta de Galer¨ªas Preciados. Con eso nos dice que las cosas ya son diferentes. Y tanta diferencia s¨®lo podr¨ªa ser artificiosidad para llamar la atenci¨®n -lo que no parece- o una autenticidad que su autor sienta hasta los tu¨¦tanos.
Y ah¨ª tenemos ya graves diferencias con Castro o Ch¨¢vez. El primero es un se?orito blanco que opt¨® por una revoluci¨®n cuyas bases program¨¢ticas, el marxismo, se enunciaron en el siglo XIX, y el segundo ha llegado al poder procedente de la milicia, lo que en Venezuela implica toda una vecindad natural al poder. En ambos casos, al contrario de lo que ocurre con Morales, es el establecimiento el que fabric¨® esos candidatos.
?Qu¨¦ izquierda es, por tanto, la de Evo Morales? La precolombina, la de los que perdieron en el siglo XVI. ?Y en qu¨¦ puede consistir ese nuevo poder?
Colectivismo precolonial
El partido creado por Morales se llama Movimiento al Socialismo, pero a uno le acomete la duda de qu¨¦ tendr¨¢ eso con Marx. ?No habr¨¢ ah¨ª algo de colectivismo ind¨ªgena precolonial? A ese socialismo le a?ade el adjetivo de bolivariano, de Bol¨ªvar, el libertador, el vencedor de la guerra civil entre espa?oles -peninsulares y americanos- que dio la independencia a Am¨¦rica. Pero Morales no ignora que la condici¨®n de los indios no mejor¨® por la derrota de Espa?a en lo que entonces se llamaba las Indias. Es posible que haya que entender, por ello, el t¨¦rmino s¨®lo como una deferencia hacia Ch¨¢vez, un santo y se?a para pasar a recoger el crudo.
Lo que s¨ª sabemos es que el l¨ªder boliviano ha venido sin ¨¢nimo de ofender -a pesar de que unos graciosos de la Cope hicieron todo lo posible por indisponerlo con Espa?a- hablando quedito, si bien es cierto que cultivando m¨¢s el misterio que la claridad. ?Qu¨¦ anuncia? ?La nacionalizaci¨®n indolora de los intereses espa?oles en Bolivia? ?La copropiedad de las explotaciones gas¨ªsticas? ?La revancha etnicista 500 a?os despu¨¦s? ?La propiedad nuda, dejando a otros el usufructo, con regal¨ªas fuertemente mejoradas? ?Orde?ar la vaca tanto como se pueda?
La respuesta a todo ello nos dir¨¢ en su d¨ªa qu¨¦ socialismo es el de Morales, mucho m¨¢s que sus inquietantes piropos a Castro y su razonable admiraci¨®n por el presidente venezolano. Entretanto, Espa?a tendr¨¢ que aprender a escuchar una nueva voz que resuena en los Andes.
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