La odisea del visado espa?ol en Colombia
Artistas, intelectuales y empresarios colombianos dejan de viajar a Espa?a por las dificultades para obtener la autorizaci¨®n
Corr¨ªa el a?o 2001 cuando Garc¨ªa M¨¢rquez pronunci¨® aquella frase: "Nunca necesit¨¦ permiso para ir a la casa de mi madre". Espa?a, ateni¨¦ndose a los dict¨¢menes de la UE, exig¨ªa un visado a todo colombiano que quisiera entrar en el pa¨ªs. El terror europeo a que la "madre patria" se convirtiera en la puerta de entrada de los narcos, sus cargamentos de polvo blanco y sus sicarios, condujo a tomar una medida dr¨¢stica. El Gobierno espa?ol, ante la pol¨¦mica y las quejas de notables personalidades colombianas y espa?olas, asegur¨® que se har¨ªa con el menor trastorno posible.
Cinco a?os despu¨¦s, cuando los colombianos hablan de la "reconquista espa?ola" por el asentamiento de importantes empresas de nuestro pa¨ªs en Colombia, la forma de tratarles dista bastante de ser amable, y encuentran enormes trabas para pisar suelo espa?ol.
Un funcionario dice: "Aprobado", "denegado" o "subsanaci¨®n". Sin dar m¨¢s explicaciones
S¨®lo los gastos en copias de documentos sellados y seguros suponen 3.000 euros
La pol¨¦mica se ha desatado en Colombia, donde el peri¨®dico El Tiempo, el de mayor tirada en el pa¨ªs, escribe furibundos editoriales con t¨ªtulos como Kafka se hace espa?ol. Y es que hay casos que rozan el surrealismo.
En el sal¨®n de la casa de Gloria Jaramillo, empresaria colombiana de Medell¨ªn, hay una foto suya d¨¢ndole la mano al rey Juan Carlos. Era en el acto fundacional de la Federaci¨®n de Antiguos Alumnos del INAP (Instituto Nacional de Administraci¨®n P¨²blica en Espa?a), en 1984. Ella, junto a su marido, doctor por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), hab¨ªan estudiado en Espa?a y despu¨¦s montaron su vida en Colombia. Hoy sus dos hijas, M¨®nica y Viviana Barrera, se encuentran en Madrid junto a Nacho Penagos, el marido de la primera, para comenzar sus cursos de postgrado de dos a?os en la UCM. Pero llegaron casi de milagro.
M¨®nica, de 27 a?os, es una reconocida abogada. Viviana, de 24, es economista y trabajaba para el Gobierno colombiano. Nacho, de 35 a?os, es periodista adem¨¢s de profesor universitario y empresario. Los tres tienen una posici¨®n m¨¢s que acomodada en Colombia, con sueldos de unos 4.000 euros mensuales. Pero hace un a?o se plantearon venir a estudiar a Espa?a. Y su vida qued¨® pendiendo de un hilo: el visado.
"Para empezar, todo hay que solicitarlo por Internet. La cita, el impreso, etc¨¦tera. El consulado espa?ol en Bogot¨¢ es como un b¨²nker en el que jam¨¢s hablas con un funcionario espa?ol. Los ¨²nicos contactos con humanos se limitan a los guardias de seguridad de la puerta que, por supuesto, son colombianos e incapaces de responder a nada. Franquear ese primer filtro, implica acudir con todos los papeles y sus correspondientes copias compulsadas (a 10 euros cada una). La retah¨ªla de requisitos es interminable: pasaporte, fotograf¨ªas, certificado de penales, seguro m¨¦dico (cuyo coste son 500 euros y cuya vigencia no supera el mes, por lo que te puede caducar en el proceso), demostrar que tienes medios econ¨®micos, acreditar el alojamiento, el t¨ªtulo de estudios, el documento de aceptaci¨®n en el doctorado y la partida de matrimonio, si est¨¢s casado".
Por fin, con tres meses de antelaci¨®n a la fecha del viaje, reunieron todos los documentos, previa inversi¨®n de 3.000 euros cada uno en compulsaciones y compra de seguros, seg¨²n cuentan. Con sus carpetas repletitas de papeles llegaron al consulado el d¨ªa de la cita concedida por Internet y esperaron las dos horas de cola. Pasaron a los guardias de seguridad colombianos y se encontraron con dos guardias civiles espa?oles que les hicieron despojarse de todo lo que llevaban (m¨®viles, abrigos, paraguas) y someterse a un cacheo antes de franquear la segunda "barrera". Finalmente llegaron a una ventanilla de grueso vidrio donde se comunicaban con el funcionario, tambi¨¦n colombiano, por tel¨¦fono, al m¨¢s puro estilo carcelario. Todo esto s¨®lo para presentar la solicitud y, por supuesto, sin respuesta a ninguna duda: "Todo est¨¢ en Internet". Les emplazaron a volver tres d¨ªas despu¨¦s.
All¨¢ que fueron. Un funcionario nombraba a la gente y dec¨ªa: "Aprobado", "denegado" o "subsanaci¨®n". A ellos primero les dijeron que deb¨ªan "subsanar" una falta y, tras hacerlo: "Denegado". ?Por qu¨¦?, nunca lo han sabido. Nadie responde. Les entregaron un oficio que informaba de que pod¨ªan apelar ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo en Espa?a o recurrir contra el organismo que niega el permiso.
Llamadas, visitas frustradas.... Y nada. Ante lo "kafkiano" del asunto, un profesor de universidad espa?ol, un magistrado del Supremo y el director del INAP, intercedieron y, d¨ªas m¨¢s tarde, una llamada telef¨®nica les informaba de que les conced¨ªan el visado. Llegaron a Madrid hace una semana, en un avi¨®n junto con personas que leg¨ªtimamente ven¨ªan a trabajar a Espa?a en el servicio dom¨¦stico y cuyo visado se hab¨ªa demorado apenas dos semanas.
Los casos se suceden. Recientemente el Ayuntamiento de Zaragoza se vio obligado a cambiar su programa de actividades para la "Semana Colombiana" porque muchos artistas e intelectuales invitados no obten¨ªan el visado. "Conseguimos muchos tras enviar cartas al consulado. Fue un poco surrealista", comenta Rub¨¦n Scaramizzino, coordinador del programa.
Piedad Bonnett, conocida escritora colombiana, no tuvo suerte entonces. En un correo electr¨®nico cuenta los detalles de su intento frustrado por llegar a Espa?a a presentar su ¨²ltima novela editada por Alfaguara y a participar en las jornadas de Zaragoza: "Y todo porque la rigidez burocr¨¢tica no hace diferencias entre la solicitud de un turista y la de un invitado cultural. Los casos de maltrato son numeros¨ªsimos, s¨®lo que muchos funcionarios oficiales no quieren denunciarlo por los cargos que ocupan. Tras la pol¨¦mica en prensa, me llamaron del consulado por si segu¨ªa interesada en ir a Espa?a. Respond¨ª que, ante tantas dificultades, no".
Ya son muchos los colombianos que consiguen los visados antes v¨ªa Francia o Inglaterra. Fuentes diplom¨¢ticas aseguran que tambi¨¦n est¨¢ habiendo muchas falsificaciones de pasaportes para llegar a Espa?a desde Bolivia o Venezuela, que no requieren visado.
La embajadora de Colombia en Espa?a, Noem¨ª San¨ªn, manifest¨® su preocupaci¨®n por el asunto y asegur¨® que buena parte de su tiempo lo emplea en atender quejas de empresarios, intelectuales y artistas que no consiguen el visado. "La dificultad de las visas es real. Entran menos "mulas", s¨ª, pero necesitamos un convenio com¨²n para Iberoam¨¦rica y otro espec¨ªfico para empresarios, artistas e intelectuales, como tenemos con EE UU. Hay que evitar la doble consulta (primero a Espa?a y luego a Europa) y agilizar. Creo que Alemania no tiene que consultarle a Espa?a las visas que otorga".
El c¨®nsul de Espa?a en Colombia, Carlos de la Morena, "est¨¢ de vacaciones", pero desde el departamento de Comunicaciones Exteriores del Ministerio de Asuntos Exteriores, se asegura que los visados "no son una cosa discrecional. Es un tr¨¢mite administrativo que est¨¢ sometido a una legislaci¨®n que hay que observar y lleva un tiempo. Es muy frecuente que las peticiones sean de hoy para la semana que viene. Y, como prueba de que el control es necesario, est¨¢ el hecho de que haya 56.000 inmigrantes colombianos ilegales en Espa?a".
En todo caso, sigue sin estar claro por qu¨¦ lo que inicialmente fue denegado, tras una llamada o una carta de una o m¨¢s personas influyentes, fue aprobado. ?No se trataba de cumplir los requisitos?
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