Bater¨ªa de medidas en Espa?a
Aval para la participaci¨®n del Ej¨¦rcito en caso de necesidad
Los atentados del 11-M revelaron c¨®mo la amenaza del terrorismo islamista en Espa?a hab¨ªa sido minimizada y pusieron de manifiesto fallos de coordinaci¨®n entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Por ello, las primeras medidas se encaminaron a tapar esos agujeros de seguridad y a mantener engrasados los resortes de la lucha antiterrorista, as¨ª como implicarse en las iniciativas de coordinaci¨®n europeas.
Las principales medidas antiterroristas comenzaron a adoptarse con la llegada, a partir de las elecciones del 14 de marzo de 2004, del nuevo Gobierno socialista y se aceleraron tras el cierre de la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria sobre el 11-M. La primera disposici¨®n fue crear el llamado mando ¨²nico antiterrorista y el Centro Nacional de Coordinaci¨®n Antiterrorista. El objetivo era intentar poner en com¨²n todas las informaciones a fin de evitar los fallos de coordinaci¨®n que facilitaron la perpetraci¨®n de los atentados que costaron la vida a 191 personas en Madrid.
El Ministerio del Interior, para atajar la descoordinaci¨®n, tambi¨¦n cre¨® un sistema de datos policiales de acceso conjunto sobre DNI, armas y explosivos, partes de viajeros, huellas digitales y muestras de ADN. Pero para combatir eficazmente la nueva amenaza, faltaban sobre todo polic¨ªas, guardias civiles y agentes del CNI. Los tres cuerpos han sido reforzados con un millar de funcionarios en conjunto dedicados al terrorismo islamista, adem¨¢s de varias decenas de traductores para agilizar las escuchas telef¨®nicas.
El Gobierno, adem¨¢s, impuls¨® una nueva legislaci¨®n para el control de explosivos, ya que el descontrol y la falta de vigilancia en los polvorines mineros facilitaron que los terroristas del 11-M se hicieran con m¨¢s de 200 kilos de dinamita Goma 2. Adem¨¢s, se activ¨® la comisi¨®n de vigilancia de actividades del terrorismo, que en su corta existencia ha logrado bloquear fondos por valor de 500.000 euros relacionados con redes islamistas.
La medida m¨¢s visible es el Plan Operativo de Lucha contra el Terrorismo, que incluye la participaci¨®n del Ej¨¦rcito en caso de necesidad. El plan est¨¢ pensado para proteger las instalaciones estrat¨¦gicas (desde nudos de comunicaci¨®n a centrales de energ¨ªa) y las zonas de grandes concentraciones de personas.
La vigilancia, cada vez que se activa el plan, es especialmente intensa en estaciones ferroviarias y de autobuses, puertos y aeropuertos, donde se establece la primera barrera a una posible penetraci¨®n terrorista. Espa?a fue el primer pa¨ªs de la UE en obligar a las l¨ªneas a¨¦reas a entregar las listas de pasajeros de los vuelos internacionales.
Los planes han supuesto elevar para este a?o a 368 millones de euros el coste directo de los servicios antiterroristas y el estudio de nuevas medidas de futuro. Entre ellas, Interior ultima un programa de protecci¨®n de infraestructuras, otro de vigilancia del tr¨¢fico y los pasajeros de buques y transbordadores (especialmente de los que enlazan Espa?a con Argelia y Marruecos), as¨ª como la elaboraci¨®n de un cuadro normativo para retener datos del tr¨¢fico de comunicaciones electr¨®nicas y de control de las tarjetas telef¨®nicas prepago de m¨®viles.
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