Un regalo de Navidad para Guadarrama
Los autores alaban la inclusi¨®n en los Presupuestos del Estado de una partida para la creaci¨®n de parques nacionales y piden que sirva para proteger la sierra.
Cuando llega la Navidad, desde algunos pueblos serranos del Guadarrama se suben belenes a las cumbres. En Segovia, la iniciativa m¨¢s conocida es la de los monta?eros del grupo El Nevero. Al pico que lleva su nombre ascienden, haga el tiempo que haga, a cumplir la tradici¨®n de colocar el bel¨¦n.
Con igual reciedumbre navide?a, allende sierra, desde Miraflores otros amigos del Guadarrama se llegan a La Najarra para hacer lo mismo. Tambi¨¦n tenemos noticia de otras tradiciones navide?as en torno al Guadarrama, es el caso de esos dulzaineros que todos los 26 de diciembre salen de la Puerta Cossio, en la Granja, y alcanzan el puerto de los Neveros, al pie de Pe?alara, para echarse unas reboladas lo mejor que les permiten sus dedos ateridos.
Sabemos de otros que puntualmente acuden todos los 31 de diciembre a la estaci¨®n de ferrocarril de Cercedilla, para cruzar el puerto de la Fuenfr¨ªa, normalmente con la nieve hasta la rodilla, y rematar con una buena comida en Valsa¨ªn. Otras muchas celebraciones y costumbres similares se repiten de a?o en a?o en ambas vertientes. No tenemos relaci¨®n ni siquiera aproximada de ellas, pero ser¨¢ cuesti¨®n de ponerse a ello, que tiene su significado.
El afecto por nuestras monta?as, el amor a la tierra, a nuestros r¨ªos, a nuestros montes es una manera de afecto con lo inmortal, con lo que nos precede, con lo que nos suceder¨¢; es una expresi¨®n de fraternidad con ancestros y herederos, con lo que somos, con nuestro ser, con nuestras ra¨ªces. No es extra?o, por tanto, que cuando la Rueda del A?o llega a la Navidad, al solsticio de invierno, sintamos impulsos de repetir puntualmente ritos de inmersi¨®n en las monta?as, en sus soledades, en sus asperezas reconfortantes.
En los cuatro ¨²ltimos a?os, nos resulta imposible a algunos no relacionar estos homenajes navide?os al Guadarrama con el proyecto de declararlo parque nacional. Ese sue?o que naci¨® en los primeros a?os del siglo XX, de la mano de cient¨ªficos, deportistas, ilustrados, ha sabido mantenerse inmortal hasta hoy, pendiente de consumarse.
Entonces fueron sus promotores la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, el diario El Sol, la Real Sociedad Espa?ola Alpina Pe?alara, la Academia de Bellas Artes, la Academia Espa?ola de la Lengua. Hoy son otras entidades, otros diarios los que toman el relevo en el af¨¢n, si acaso hay que destacar la constancia de los herederos de Constancio Bernaldo de Quir¨®s, los "pe?alaros", que siguen "abriendo huella" en la cordada, en estos a?os igual que hace un siglo.
En estas navidades del a?o 2005 nos gustar¨ªa que, junto a los belenes, las traves¨ªas y las m¨²sicas, al pie del Guadarrama "viejo amigo" -que dir¨ªa Machado-, quedara un regalo, un presente cargado de futuro. Sencillo, sin alharacas, sobrio, pero cargado de futuro. Un regalo que viniera a dulcificar las dificultades de entendimiento entre los pol¨ªticos competentes en la materia, hoy por hoy las regiones de Madrid y Castilla y Le¨®n, y el Gobierno de la naci¨®n.
Algo tan simple como una nueva partida presupuestaria en las Cuentas del Estado para el a?o 2006. Partida que aporte fondos para la creaci¨®n de nuevos parques nacionales. Una partida que venga a desbloquear el di¨¢logo de sordos en que se han sumido nuestros responsables pol¨ªticos tras la inefable sentencia del Tribunal Constitucional..., a cuenta de la financiaci¨®n de los parques nacionales. Y ese regalo navide?o est¨¢ a nuestro alcance.
Gracias a una sucesi¨®n de buenas voluntades se ha conjugado esa partida presupuestaria. Fue en el Senado, en la sesi¨®n plenaria del mi¨¦rcoles 14 de diciembre. Una enmienda del senador Eduardo Cuenca de Izquierda Unida, apoyada por el Grupo Parlamentario Socialista, v¨ªa transaccional, y, finalmente, por todos los restantes grupos parlamentarios (populares, minor¨ªas catalana, vasca y canaria...), ha creado un nuevo concepto presupuestario, hasta ahora in¨¦dito en nuestras cuentas nacionales ("a Comunidades Aut¨®nomas", "Fondo para Nuevos Parques Nacionales"), con importe inicial de un mill¨®n de euros.
No sabemos si dar¨¢ tiempo a gastar este primer dinero a favor del Guadarrama en el a?o 2006. Deber¨ªa dar tiempo. Si no fuera as¨ª, ese regalo se evaporar¨ªa. Hagamos todos nuestros deberes. No dejemos escapar este regalo de Navidad.
Carlos Bravo y Antonio Lucio forman parte de Allende Sierra.
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