Berlusconi acusa a la oposici¨®n de hacer negocios
El caso Unipol ha creado en Italia una rara paradoja: Berlusconi, presidente del Gobierno y el hombre m¨¢s rico del pa¨ªs, encarnaci¨®n del conflicto de intereses entre lo p¨²blico y lo privado, puede permitirse acusar a la oposici¨®n de utilizar la pol¨ªtica para hacer negocios. El prestigio del Partido de los Dem¨®cratas de Izquierda (PDS) se erosiona con cada nuevo descubrimiento sobre los m¨¦todos financieros de Unipol, c¨²pula del movimiento cooperativo ligado al partido.
Los dem¨®cratas de izquierda apostaron con gran entusiasmo a favor de la OPA de Unipol sobre Banca Nazionale del Lavoro, la entidad romana que pretend¨ªa tambi¨¦n el BBVA. La irrupci¨®n del movimiento cooperativo en el sector bancario era un viejo proyecto de Massimo d'Alema, presidente del partido; los sentimientos de identidad entre partido y cooperativas, por otro lado, eran antiguos e intensos. Una conversaci¨®n telef¨®nica interceptada por la polic¨ªa entre el presidente de Unipol, Giovanni Consorte, y el secretario general del PDS, Piero Fassino, ofreci¨® un lapsus revelador. Cuando Consorte coment¨® que la OPA iba adelante y que los rivales espa?oles del BBVA se retiraban, Fassino dijo: "Entonces somos due?os de un banco". "Bueno, sois los due?os de un banco", se corrigi¨®.
Las investigaciones de los fiscales desvelaron que Consorte hab¨ªa acumulado una notable fortuna especulando en Bolsa de forma presuntamente fraudulenta, y que para lanzar la OPA se hab¨ªa aliado en secreto con el banquero Gianpiero Fiorani, creador de una formidable mara?a de corrupci¨®n que empieza a desenredarse.
La investigaci¨®n sobre Unipol, con sede en Bolonia la roja, concretamente en la calle Stalingrado, abri¨® un boquete muy tentador en las defensas del centro-izquierda. Los medios de comunicaci¨®n de Berlusconi aprovecharon para atacar al PDS y, con ¨¦l, al conjunto de la Uni¨®n, la coalici¨®n de centro-izquierda presidida por Romano Prodi. "Yo nunca he mezclado los negocios con la pol¨ªtica", proclam¨® Berlusconi, con notable sangre fr¨ªa. "Lo escandaloso es el movimiento cooperativo: los ayuntamientos rojos dan contratos p¨²blicos a las cooperativas, que no pagan impuestos y entregan sus beneficios a los partidos rojos", acus¨®, tras hablar de Unipol y de la presunta corresponsabilidad del PDS en los actos de Consorte.
Prodi, que el pr¨®ximo 9 de abril deber¨¢ enfrentarse a Berlusconi como aspirante a la presidencia del Gobierno, decidi¨® reconocer la gravedad de la crisis y envi¨® una carta al PDS sobre la necesidad de "abrir una reflexi¨®n" sobre las relaciones entre negocios y pol¨ªtica. Massimo d'Alema se indign¨® ante lo que consider¨® una acusaci¨®n velada y amenaz¨® con romper la coalici¨®n. Desde La Margarita, en el flanco centrista de la coalici¨®n, surgieron nuevas cr¨ªticas contra el PDS y la torpeza de sus relaciones con Unipol; hasta cierto punto, el PDS (ex PCI) estaba pagando por la "superioridad moral" de que presumi¨® durante los a?os de Tangent¨®polis. El secretario general, Piero Fassino, convoc¨® varias reuniones para la semana pr¨®xima con el fin de evitar que la coalici¨®n sufriera un desgarro definitivo.
El peor da?o, sin embargo, podr¨ªa estar ya hecho. El centro-izquierda necesita una fuerte movilizaci¨®n de su electorado para imponerse en las elecciones de abril. Los simpatizantes del PDS, que a la vez suelen ser socios del movimiento cooperativo, son los m¨¢s decepcionados al comprobar c¨®mo funcionan las mod¨¦licas cooperativas rojas, y su decepci¨®n podr¨ªa traducirse en un alto nivel de abstencionismo.
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