Frivolizar con marginados
En un reciente n¨²mero, la revista Vogue incluy¨® un reportaje que hac¨ªa alusi¨®n a la moda al "estilo sin techo", donde aparec¨ªan varias modelos vistiendo ropa cara, pero despeinadas y con las u?as pintadas de negro. Es muy grave usar tan fr¨ªvolamente con fines comerciales a este colectivo excluido socialmente.
Las personas sin hogar (30.000 en Espa?a) no merecen grandes titulares en los medios de comunicaci¨®n, ni manifestaciones multitudinarias para pedir una mejora de su situaci¨®n. Los llamamos vagabundos, indigentes, mendigos..., y sin embargo son personas como nosotros, con nuestros mismos derechos, cuya vida en alg¨²n fat¨ªdico momento se trunc¨®. Puede ser la muerte de un familiar, la p¨¦rdida de trabajo, alguna adicci¨®n, una enfermedad, un desahucio, problemas econ¨®micos, o cualquier suceso, o sucesos encadenados, que desequilibran a la persona si no dispone de un apoyo familiar y afectivo.
Nadie est¨¢ a salvo de caer en esta situaci¨®n, por muy dif¨ªcil que parezca. "Sin techo" no s¨®lo hace referencia a la falta de cobijo, sino tambi¨¦n a una carencia afectiva, a la soledad, al abatimiento, a no tener apoyos para hacer frente a los obst¨¢culos enormes con los que se enfrentan.
En nuestras ciudades existen servicios sociales como albergues y comedores, pero las cifras y los hechos reflejan una insuficiencia en la atenci¨®n y recursos destinados a las personas sin hogar. Los sin techo no est¨¢n en la calle porque quieren y est¨¢n condenados a vivir en soledad. Son un colectivo desconocido y olvidado, estigmatizado socialmente, que sufre la indiferencia y el desprecio de la gente. ?Qui¨¦n no ha girado el rostro para evitar su mirada? Organizaciones como Solidarios para el Desarrollo tratan de romper con esa situaci¨®n. As¨ª, voluntarios de diferentes ciudades salen cada noche a "encontrarse" con las personas que duermen en la calle para ofrecerles su apoyo.
Las personas sin hogar no interesan porque no ejercen su derecho al voto, carecen en la mayor¨ªa de los casos de documentaci¨®n en regla, porque cerramos los ojos al encontrarlos o porque ellos mismos, en un alarde de dignidad, se apartan a nuestro paso. Es necesaria una mayor sensibilizaci¨®n de la sociedad y de la Administraci¨®n para no darles la espalda. Flaco favor hacen art¨ªculos como el citado,donde se adorna la m¨¢s triste de las realidades con una falsa moda sin techo.
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