Tensa espera
Reina en el cuartel general de Chaves una excitante mezcla de euforia y temor. Asuntos principales se disputan lo bueno y lo malo sobre el inquieto paisaje del 2006. Como de costumbre, cosas que no van mal, mejorables, cosas que regular, regulables, y cosas manifiestamente empeorables. Bueno es, por ejemplo, que tengamos aseguradas ayudas europeas hasta el 2013. M¨¢s inversiones y estabilidad social. Pero ello significa que seguimos lejos de la media del gozo. Este peri¨®dico nos pon¨ªa en la realidad el s¨¢bado pasado, con que andamos por el 77% de la renta espa?ola; un puntillo y poco m¨¢s de lo que ¨¦ramos en 1986. Madrid, como Aquiles, ya se sit¨²a en cabeza, con el 131%. (Esto de que la capital de Espa?a y alrededores sea lo que m¨¢s ha crecido en el Estado de las Autonom¨ªas no lo entiende ni Dios). Las diferencias entre comunidades ricas y pobres no s¨®lo no se reducen, sino que se agrandan, aunque Andaluc¨ªa sigue avanzando lentamente, como la tortuga. Pero ya saben que la tortuga le ganar¨¢ a Aquiles, o hay cuentos para todo. Baleares rasca el cielo, como un tit¨¢n, y Extremadura se pierde por la cola del drag¨®n.
En lo pol¨ªtico, los ¨²ltimos datos de que dispone el PSOE andaluz ensanchan cada vez m¨¢s la distancia que le separa del PP, hundido en sus rabias y rabietas. La ¨²ltima, esa escandalera caciquil que se fabric¨® en Gibrale¨®n, ha terminado por certificar su invalidez absoluta. En cuanto a la derecha moderada andaluza, ni Dios sabe por d¨®nde anda.
Pero aquellos mismos datos se?alan, con certeza inquietante, que Zapatero tambi¨¦n ha ido perdiendo en el favor de los andaluces. ?Motivo? el pajolero Estatut. De nada sirve que Chaves suba, si Zapatero baja. La factura electoral andaluza puede ser temible para los intereses generales del socialismo democr¨¢tico, los de por aqu¨ª y los de por all¨ª. Conclusi¨®n: hay que salir del embrollo catal¨¢n lo antes y lo mejor posible. Es decir, lo peor posible para el tripartito y para Maragall. Lo cual que sit¨²a al President en la parrilla, y no precisamente de salida, sino en la de San Lorenzo. Cada d¨ªa son menos los que se muerden la lengua ante el desvar¨ªo nacionalista de don Pascuale. Y hasta se oye decir que el PSOE lo que tiene que hacer es abrir sucursal propia en Catalu?a, que aglutine los votos de la izquierda ni radical ni mitol¨®gica, que la pobre anda bastante hu¨¦rfana, por all¨ª. La firmeza de Solbes -qu¨¦ pedazo de ministro- frente a las pretensiones del conglomerado catalanista ha venido a tranquilizar un tanto este comp¨¢s de espera. Pero no hay que descartar que del forcejeo de estos d¨ªas, en vez de un brioso alaz¨¢n, salga un camello con tres jorobas. Blanco perfecto para toda suerte de francotiradores y fabricantes de ruido, al que s¨®lo faltaba el chirrido de alg¨²n sable oxidado, en Sevilla, c¨®mo no, para seguir la rancia estela de Sanjurjo y de Queipo. Pu?etera casualidad.
Se comprende, por todo esto, que el PSOE-A haya elevado el tono de voz estos ¨²ltimos d¨ªas, subiendo el list¨®n de las demandas estatutarias. M¨¢s que la reivindicaci¨®n en s¨ª, hay que entender la se?al de alarma que emite. Y la emite sobre todo el territorio: ojo, que donde m¨¢s puede perder Zapatero no es all¨ª, sino aqu¨ª. Un lujo que no necesitamos alcanzar.
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