El n¨²mero de tarjetas sanitarias en Catalu?a roza ya los 7,2 millones

El n¨²mero de tarjetas sanitarias en Catalu?a aument¨® el a?o pasado en 90.844, hasta situarse en 7.196.168. La gran mayor¨ªa de las nuevas incorporaciones son j¨®venes inmigrantes y reci¨¦n nacidos en estas familias, lo que ha obligado al Departamento de Salud de la Generalitat a reorganizar los servicios de maternidad de los hospitales.

La consejera Marina Geli explic¨® que este incremento de usuarios afectar¨¢ tambi¨¦n a los servicios de atenci¨®n primaria y de pediatr¨ªa por tratarse de poblaci¨®n joven. En su opini¨®n, este colectivo de nuevos beneficiarios "gasta poco en medicamentos" y su alta en la sanidad p¨²blica no incrementar¨¢ las listas de espera porque, como pacientes j¨®venes, no presentan patolog¨ªas que requieran intervenciones quir¨²rgicas.

Salud prev¨¦ que en los pr¨®ximos meses continuar¨¢ esta tendencia alcista de usuarios porque se producir¨¢ la reagrupaci¨®n familiar de muchos de los inmigrantes que han regularizado su situaci¨®n en Catalu?a tras el ¨²ltimo proceso, en el que por primera vez se pod¨ªa presentar la tarjeta sanitaria para acreditar la residencia. Este documento se concede a quien est¨¦ empadronado, por lo que Geli asegur¨® que la cifra de casi 7,2 millones de tarjetas se aproxima mucho a la poblaci¨®n real de Catalu?a. Al acabar 2004 hab¨ªa 7.105.324 tarjetas, y un a?o antes, 6.926.444.La consejera de Salud, Marina Geli, considera que la cifra de casi 7,2 millones de personas usuarias de la salidad p¨²blica "es la Catalu?a real", aunque admiti¨® que la poblaci¨®n puede ser ligeramente superior porque todav¨ªa quedan ciudadanos que, por ignorancia, no reclaman la tarjeta sanitaria para no desvelar la situaci¨®n irregular en la que se encuentran. En este sentido, la consejera advirti¨® de la "contradicci¨®n" de la actual Ley de Extranjer¨ªa, en el sentido de que se puede tener tarjeta sanitaria para ser atendido en cualquier centro sanitario -la Administraci¨®n considera la prestaci¨®n sanitaria un derecho fundamental de la persona con independencia de su situaci¨®n legal- y, al tiempo, poder ser expulsado de Espa?a.

Geli aprovech¨® la presentaci¨®n de las cifras de usuarios sanitarios para afirmar que "una de las cuestiones que se debaten en el marco del Estatut es que se reconozca la poblaci¨®n real de Catalu?a y que los recursos econ¨®micos sean de acuerdo con esta realidad". En la actualidad, el Departamento de Salud gasta una media de 1.009 euros por persona al a?o.

Por otra parte, el tel¨¦fono de informaci¨®n p¨²blica Sanidad responde ha recibido 2.830 llamadas sobre la ley contra el tabaco desde el 28 de diciembre, seg¨²n las cifras facilitadas ayer por la Generalitat. Curiosamente, s¨®lo 15 de esas consultas telef¨®nicas solicitaban informaci¨®n sobre m¨¦todos para dejar de fumar y otras 1.197 se realizaron entre el 18 y el 31 de diciembre. La ley no entr¨® en vigor hasta el 1 de enero.

La inmensa mayor¨ªa de las consultas (1.543) fueron sobre la propia normativa de la ley antitabacoi y para esclarecer dudas sobre su aplicaci¨®n. Se produjeron tambi¨¦n otras 670 consultas relativas a bares y restaurantes y otras 496 llamadas telef¨®nicas estaban relacionadas con la rotulaci¨®n de los establecimientos. Tambi¨¦n se realizaron 23 comunicaciones para exponer quejas.

La consejera Marina Geli explic¨® que la Generalitat ha realizado 68 inspecciones a diversos establecimientos para velar por el cumplimiento de la ley. La gran mayor¨ªa de ellas (60) se llevaron a cabo en Girona y ten¨ªan como objetivo controlar la venta de tabaco en supermercados y en estaciones de servicio de la zona lim¨ªtrofe con la frontera de la Jonquera. En concreto, se inspeccionaron 45 supermercados y 13 gasolineras, adem¨¢s de un quiosco y una pasteler¨ªa. Ninguna de las inspecciones finaliz¨® con sanci¨®n.

En Barcelona se han realizado tambi¨¦n hasta ahora ocho inspecciones, cuatro de ellas en gasolineras y las restantes en establecimientos diversos. La consejera Geli considera que lo m¨¢s importante de esta ley es que est¨¢ prohibido fumar en el centro de trabajo.