El espect¨¢culo de la 'marbellizaci¨®n'
Tras el espectacular proceso de urbanizaci¨®n de hace medio siglo, el espect¨¢culo de la marbellizaci¨®n. Entre las ciudades y las aldeas, crecen ahora sin control aglomeraciones de hormig¨®n que repiten, desde el Mediterr¨¢neo al litoral cant¨¢brico, el modelo de especulaci¨®n playero. Un certero reportaje, dirigido por Carles Francino en el Hoy por hoy de ayer, informaba, corresponsal tras corresponsal, sobre el violento fen¨®meno de ocupaci¨®n territorial que cambia huertas por campos de golf y paisajes silvestres por edificaciones seriadas en casi cualquier punto de nuestro territorio.
Espa?a contin¨²a siendo el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea con mayor proporci¨®n de territorio sin urbanizar, con parajes que conservan su condici¨®n de hace cuatro o cinco mil a?os y parques naturales que representan la m¨¢xima reserva ecol¨®gica de la eurozona. Frente a este suculento balance, ?c¨®mo no vislumbrar la gula del promotor?
Si el boom inmobiliario ha sido una pandemia mundial -puesto que ya nada escapa al modelo general del contagio-, Espa?a puede seguir acogiendo ese virus a trav¨¦s de varias mutaciones propias. Una mutaci¨®n en franco desarrollo es aqu¨¦lla que extiende las filas de adosados desde la l¨ªnea mar¨ªtima a la l¨ªnea portuguesa merodeando nudos y principales v¨ªas de comunicaci¨®n. Mediante la propagaci¨®n de esta cepa se genera, d¨ªa a d¨ªa, una extra?a Espa?a, an¨®nima, af¨¢sica, dise?ada sin reposo en los tableros de j¨®venes arquitectos miserablemente pagados.
Pero de esta excrecencia nacional se salvan todav¨ªa una menguante constelaci¨®n de pueblos peque?os donde queda pendiente la marca inequ¨ªvoca de su destino. Se trata de poblaciones entre los 50 y los 1.000 habitantes que desarrollan su vida dentro de una estructura m¨¢s o menos tradicional pero cuyo inmediato porvenir podr¨ªa constituirlos en la vanguardia del habitat para el siglo XXI. En Estados Unidos, estas localidades est¨¢n acogiendo a profesionales, t¨¦cnicos y artistas, en tan alta proporci¨®n que han hecho ascender la poblaci¨®n rural en m¨¢s de 5 millones de personas durante los ¨²ltimos diez a?os. Pero, adem¨¢s, si en Europa o en Estados Unidos el aumento de las personas en edad de jubilaci¨®n decide en mucho la demanda de casas y parcelas en medios rurales, en Espa?a esa tendencia se refuerza con la suma de la solicitud extranjera dispuesta a convertir la pen¨ªnsula ib¨¦rica en la gran Florida europea.
?Inversiones tecnol¨®gicas? ?Esfuerzos en I+D? Lo decisivo del desarrollo econ¨®mico y social espa?ol no se encuentra ni en el interior de las naves ni en la asepsia de los laboratorios, sino al aire libre. Seguramente el mejor aire libre del mundo occidental, perfeccionado con la ley antitabaco e inmejorable en el buen talante de sus barrios y sus habitantes.
Cierto que los pol¨ªticos espa?oles son de los m¨¢s t¨®xicos de Occidente pero ?c¨®mo no confiar en que ser¨¢n sustituidos o reciclados? Reciclados justamente para percibir la potencia territorial del pa¨ªs y para transformar progresivamente el espacio rural en un reinaugurado producto de convivencia
Internet ha cambiado las formas de entretenerse, de hacer las compras, de trabajar, de aprender. ?C¨®mo no esperar que el paso coherente sea proponer nuevas y generales opciones de vida? A diferencia de los mostrencos fabriles de la era industrial, las nuevas tecnolog¨ªas no abruman las calles, no despiden humos ni generan ruidos o escorias. Las nuevas tecnolog¨ªas apenas ocupan espacio y ese lugar queda para que planificadores y urbanistas dise?en las condiciones de sociabilidad. Un valor, la sociabilidad, que cuando ya se anunciaba su fin reaparece convertido en el omnipresente ejercicio (mediante los blogs, los m¨®viles, los sms, los chats) de conexiones entre personas. Una trama que en el futuro podr¨ªa reinventarse en los peque?os y aut¨®nomos espacios que procediendo de antiguas escenas recibir¨ªan una cuidada actualizaci¨®n gracias a creativos, pol¨ªticos y gestores que nunca antes habr¨ªan sufrido, ni siquiera de lejos, los t¨®sigos del Estatut.
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