Don Meloinvento (Carta a Almod¨®var)
El 2 de diciembre publicaba EL PA?S una columna del se?or Rodr¨ªguez Almod¨®var titulada Don Discrepo, en la que me calificaba, por mi labor al frente del Ayuntamiento de M¨¢laga, como profesional de la discrepancia.
Nada m¨¢s lejos de la realidad. Mi gesti¨®n est¨¢ llena de convenios firmados y ejecutados con las Administraciones central y auton¨®mica aunque, cuando en defensa de las aspiraciones leg¨ªtimas de mi ciudad y de los intereses de los malague?os, he de mostrar mis diferencias de criterio, lo hago con correcci¨®n pero con claridad. Ya lo hice, sin ser alcalde, cuando a fines de los ochenta ped¨ªa el AVE para M¨¢laga, mientras desde la Junta de Andaluc¨ªa y desde Madrid se decretaba que bastaba una lanzadera que uniera M¨¢laga y C¨®rdoba, con velocidad m¨¢xima de 160 kil¨®metros por hora. Afortunadamente, con el PP en el Gobierno central y Celia Villalobos en el Ayuntamiento, se consigui¨® el AVE y, como alcalde, naturalmente, mi colaboraci¨®n ha sido m¨¢xima en el tramo urbano del AVE, tanto antes como despu¨¦s de las elecciones de marzo de 2004.
En cuanto al metro, antigua reivindicaci¨®n de M¨¢laga y de este alcalde, en el que somos socios inversores, hemos mejorado mucho las propuestas iniciales de la Junta, hemos pedido la misma colaboraci¨®n del Estado con el Gobierno anterior y con ¨¦ste, y he de exigir que los planes de desv¨ªo de tr¨¢fico se incluyan en el presupuesto de la obra, igual que se hace con los desv¨ªos del agua, el gas, el tel¨¦fono o la electricidad. Se trata de tres actuaciones (la cuarta la asume el Ayuntamiento) que suponen un peque?o incremento de costo y tiempo, pero de las que se deducen una disminuci¨®n important¨ªsima en las molestias a los ciudadanos.
Al Museo Picasso le prestamos todas las facilidades: cambios de planeamiento (legalizando sobre la marcha sorpresivas iniciativas urban¨ªsticas), ordenaci¨®n del entorno y todo el cari?o, el afecto y el reconocimiento de la ciudad para Christine y Bernard R. Picasso. Si la Junta nos hubiera pedido estar en el esfuerzo inversor, ah¨ª hubi¨¦ramos estado. Como estamos en el metro, donde, por cierto, s¨ª nos lo ha pedido.
Creado el problema del Museo de Bellas Artes, que sali¨® de su ubicaci¨®n hist¨®rica para dejar el espacio al Picasso, siempre hemos dicho lo mismo: la Aduana para el Museo de Bellas Artes, el Convento de la Trinidad para el Museo Arqueol¨®gico. Como ya se pens¨® en los a?os setenta y ochenta, en los que la Junta lleg¨® a invertir 100 millones de pesetas para esa finalidad. Dijimos lo mismo cuando gobernaba el PP, cuyos responsables de Cultura, reticentes al principio, quer¨ªan ubicar los dos museos en el Convento de la Trinidad (aunque posteriormente acabaron por ceder la planta baja de la Aduana para el Bellas Artes) y decimos lo mismo ahora que gobierna el PSOE, que pretende instalar los dos museos en la Aduana. Con la diferencia de que, ahora, al Gobierno del PSOE le ofrecemos los recursos necesarios que se suman a los de las otras dos Administraciones para llegar al fin que defendemos y tener as¨ª nota de matr¨ªcula en los dos museos.
?Le parece mal que yo proponga para el Parque de los Cuentos un edificio nuevo, para el que estamos dispuestos a ceder el terreno? Un edificio que acoja con la m¨¢xima dignidad un proyecto que saludamos positivamente. Pero el Convento de la Trinidad, con m¨¢s de cuatro siglos de historia, debe reservarse para otro prop¨®sito que tiene mucho que ver con la historia de la ciudad y de la provincia. Y, por supuesto, estaremos encantados de que el Parque de los Cuentos tenga tambi¨¦n matr¨ªcula en su concepci¨®n y su realizaci¨®n. Le animo a ello.
Creo sinceramente que, con tanta diferencia entre lo que usted dijo de m¨ª y la realidad que le resumo en estas l¨ªneas, no se puede construir la "Historia del alcalde discrepante". La imaginaci¨®n es buena, y es una virtud preciosa para la literatura, pero cuando tratamos de algo tan serio como la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos, del inter¨¦s general, es necesario un m¨ªnimo de rigor y de respeto a la realidad de los hechos. En ese sentido, espero alg¨²n d¨ªa poder llamarle Don Veraz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.