Cabalmente moderna
Bastante de represi¨®n antimoderna y antifeminista (que existi¨® ya en vida de la autora) est¨¢ detr¨¢s no s¨®lo del olvido sino de la frivolizaci¨®n, si se recordaba, del nombre y de la obra de la almeriense Carmen de Burgos (18671932) que desde que se dedic¨® al periodismo y la literatura us¨® junto a su nombre (no fue por tanto nunca un seud¨®nimo) el apodo, un tanto ligero y modernista de Colombine -la Colombina de la italiana Comedia del Arte- pese a que su labor principal fue la lucha por la libertad y emancipaci¨®n de la mujer, y por la libertad general en aquella Espa?a atrasada y pobre, dominada por un conservadurismo eclesial y rampl¨®n.
Cierto que Carmen -como escritora de ¨¦xito en la belle ¨¦poque- tuvo un sal¨®n literario (los comentados "mi¨¦rcoles de Colombine") y jug¨® algo a la mundanidad, que entendi¨® como esencialmente europea, sin desentenderse jam¨¢s de lo que llamar¨ªamos su fuerte veta social. Casada con un periodista almeriense que la maltrataba y al que abandon¨®, madre de varios hijos que murieron muy ni?os (s¨®lo una hija sobrevivi¨® y acompa?¨® a su madre), en 1900 Carmen lleg¨® a Madrid -con plaza de maestra en Guadalajara- dispuesta a esa vida literaria a que he aludido y con el triste bagaje de saber en carne propia d¨®nde estaba la mujer espa?ola de su tiempo. Entr¨® con ¨¦xito en el periodismo combativo, de talante liberal y republicano, aunque no extremista. Y en 1909 cuando comienza su sonado y largo romance con Ram¨®n G¨®mez de la Serna (11 a?os menor) era ya autora de obras literarias y period¨ªsticas de bastante eco y pol¨¦mica: El divorcio en Espa?a (1904), Por Europa (1906), relato de un viaje cultural de un a?o por los m¨¢s avanzados pa¨ªses del continente, o Cuentos de Colombine (1908), que alcanz¨® a ser traducido a varios idiomas. Amiga de Gald¨®s, de Blasco Ib¨¢?ez y tambi¨¦n del decadente Antonio de Hoyos y Vinent, en ese momento a¨²n con perverso prestigio, Carmen de Burgos Colombine lleg¨® a ser una figura discutida, n¨ªtida y fuerte de aquella literatura espa?ola. Pero pese a su valor y a sus claros coqueteos iniciales con el modernismo, la obra estrictamente literaria de nuestra autora -cuentos y novelas, esencialmente- quiz¨¢ no pase dignamente de una obra de ¨¦poca. Su estilo, adem¨¢s, muy n¨ªtido y pulcro, propendi¨® siempre m¨¢s al didactismo o a la cr¨®nica period¨ªstica (su labor en este terreno es m¨¢s que encomiable) que al arabesco l¨ªrico.
CARMEN DE BURGOS. COLOMBINE EN LA EDAD DE PLATA DE LA LITERATURA ESPA?OLA
Concepci¨®n N¨²?ez Rey
Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara
Sevilla, 2005
699 p¨¢ginas. 25 euros
Sin embargo, su trabajo en
say¨ªstico de viajera y concienciada fue comprometido, moderno y valiente, aunque parte quedara en los folletos de m¨²ltiples conferencias: Influencias rec¨ªprocas entre la mujer y la literatura (1912) o La mujer moderna y sus derechos (1927). Adem¨¢s fue una valios¨ªsima introductora en Espa?a de Leopardi y una magn¨ªfica bi¨®grafa de Larra (F¨ªgaro, 1919). Su historia con Ram¨®n termin¨® mal -aunque ¨¦ste respet¨® al m¨¢ximo su figura intelectual-, pues la dej¨® por su propia hija. Pero Carmen resisti¨® (pese a su aire blando, gordezuelo, era una mujer muy firme) y sigui¨® peleando por la modernidad de todos y por la igualdad de los derechos femeninos. Muri¨® de un infarto mientras daba una conferencia en el C¨ªrculo Radical Socialista. Tras el triunfo franquista en la Guerra Civil se prohibieron sus obras, y ¨¦se es tambi¨¦n un dato a considerar contra su imagen fr¨ªvola.
La biograf¨ªa de Concepci¨®n N¨²?ez Rey (que no olvida la obra de la autora) es detallista, pormenorizada y sabia, pero no cae en el tan extendido mal de algunas biograf¨ªas puntillosas: el aburrimiento en la carlanca de los datos. Al contrario, se lee f¨¢cil y con creciente inter¨¦s. Hace muy bien terminando con la frase de Carmen Colombine que copio: "Yo espero resucitar por la fuerza del libro que no habr¨¦ podido escribir". Lo merece, sin duda.
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