"Lo ¨²nico que quiero de Putin es que respete la Constituci¨®n"

Desde que sufri¨® dos agresiones f¨ªsicas en actos pol¨ªticos, Gari Kasp¨¢rov vive, en Mosc¨², con tres guardaespaldas, que le protegieron mientras EL PA?S le acompa?¨® durante dos d¨ªas, en un coche blindado y con los cristales opacos. Pero no a?ora los torneos porque se siente moralmente obligado a evitar que el Gobierno de Vlad¨ªmir Putin "d¨¦ jaque mate a la democracia rusa". Sacia el hambre de ajedrez escribiendo libros, y saca tiempo para nadar y hacer gimnasia varias veces por semana.

No es f¨¢cil que un ruso nacionalizado, nacido en Azerbaiy¨¢n de madre armenia y padre jud¨ªo, conquiste el coraz¨®n de las gentes en un pa¨ªs donde la xenofobia hacia los morenos cauc¨¢sicos es palpable. Pero la visita a varios colegios electorales el 4 de diciembre (elecciones a la Asamblea de Mosc¨²) fue significativa: "?Ve? Todos ¨¦stos son rusos puros, y ninguno muestra hostilidad hacia m¨ª. Todos quieren aut¨®grafos y fotos. Mi origen no es un problema, est¨¢ ampliamente compensado por mi popularidad. En la Rusia profunda, hasta las autoridades locales favorables a Putin me ped¨ªan fotos y aut¨®grafos a escondidas".

"Ahora tenemos al presidente de la Duma, que dice textualmente: 'El Parlamento no es un lugar para discusiones'. ?Y se queda tan ancho!"

"Nuestro rey, la democracia, est¨¢ sufriendo un ataque terrible, y cada jugada sin que Vlad¨ªmir Putin nos d¨¦ jaque mate es una peque?a victoria"

"Vivir aqu¨ª sin hacer nada, viendo la corrupci¨®n end¨¦mica, el colapso del Estado ruso y las pr¨¢cticas criminales del r¨¦gimen, no podr¨ªa soportarlo"

"Necesitamos una inversi¨®n urgente en carreteras e infraestructuras, pero los inversores tienen miedo a que la burocracia se quede con el dinero"

"Es sabido que ciudadanos o empresas que financien a la oposici¨®n sufrir¨¢n pronto una inspecci¨®n de Hacienda. Nuestros donantes exigen anonimato"

El d¨ªa 5, Kasp¨¢rov se emple¨® a fondo durante una reuni¨®n del prestigioso Grupo Helsinki-Mosc¨², hasta que logr¨® convencer a sus interlocutores de la necesidad de lanzar un ultim¨¢tum a todos los grupos pol¨ªticos: el Frente C¨ªvico no apoyar¨¢ a quienes sigan negociando con el Gobierno, sin romper con Putin. Pregunta. ?Ha le¨ªdo el Quijote?

P. ?Y no ve un parecido entre usted y ¨¦l?

R. Puede ser, pero Don Quijote no ten¨ªa ninguna probabilidad de ganar, y yo, s¨ª, aunque sea remota. Este reto no es como el ajedrez, donde puedes calcular con exactitud. Cuando luchas por establecer la democracia en tu pa¨ªs, t¨² eliges, y esa elecci¨®n es un imperativo moral. Calcular las probabilidades en ese caso ser¨ªa un error, porque la cuesti¨®n ya no es si ganas o pierdes, sino si debes hacerlo o no. Pens¨¦ que vivir en mi pa¨ªs sin luchar ser¨ªa malo, y marcharme, tambi¨¦n; que se vaya Putin, si quiere. Adem¨¢s, no quiero que mi hijo crezca avergonzado de su pa¨ªs.

P. Pero usted podr¨ªa vivir en Rusia muy bien con el dinero que gana por exhibiciones, conferencias, libros, etc¨¦tera.

R. S¨ª. De hecho, el r¨¦gimen de Putin es muy generoso comprando apoyo de gente famosa. Por ejemplo, el director de cine Stanislav Govorujin me explic¨® hace poco que hab¨ªa cambiado de bando porque el entorno de Putin financi¨® su ¨²ltima pel¨ªcula. Y yo podr¨ªa vender mis servicios al Gobierno a un precio alto, teniendo en cuenta mi prestigio internacional. Pero vivir aqu¨ª sin hacer nada, viendo la corrupci¨®n end¨¦mica, el colapso del Estado ruso y las pr¨¢cticas criminales del r¨¦gimen, no podr¨ªa soportarlo. Que sea bueno o malo para m¨ª, que me haga sufrir, eso es otra historia. Yo siempre he luchado contra la injusticia, y hacerlo ahora contra este r¨¦gimen es una continuaci¨®n l¨®gica de la historia de mi vida.

P. Escuch¨¢ndole ahora escucho al mismo tiempo a su madre hace veinte a?os, en una entrevista con EL PA?S: "Ser el primero siempre es muy duro. Vivir por el placer de vivir es algo que ni mi hijo ni yo comprendemos".

R. No puedo a?adir nada sustancial. Mi madre fue muy perspicaz al predecir mi futuro.

P. Intuyo que uno de sus principales obst¨¢culos es la falta de tradici¨®n democr¨¢tica en Rusia.

R. Tampoco la hab¨ªa en Corea del Sur, Taiwan o Espa?a, y la democracia ha funcionado. Hace poco, Clinton dijo que en Rusia hay m¨¢s libertad que en 1985. Y es cierto, pero hay menos que en 1989 o 1995. Aunque las elecciones de 1996 no fueron muy justas, al menos hab¨ªa lucha pol¨ªtica y debate. Ahora tenemos al presidente de la Duma estatal

[c¨¢mara baja del Parla-mento], que dice textualmente: "El Parlamento no es un lugar para discusiones". ?Y se queda tan ancho! ?Es una frase hist¨®rica!

P. Con m¨¢s cultura democr¨¢tica habr¨ªa m¨¢s gente protestando por la censura en la prensa y la falta de debates en televisi¨®n, por ejemplo.

R. S¨ª, pero eso no s¨®lo tiene que ver con la falta de democracia, sino con las condiciones de vida; la prioridad de la gente es comer cada d¨ªa. Por lo que veo en mis viajes por el interior, los rusos empiezan a darse cuenta de que una cosa influye en la otra: ven que ya no pueden votar por sus gobernadores democr¨¢ticamente porque los elige el Kremlin a dedo, que en Mosc¨² hay mucho dinero y que a ellos apenas les llega nada, y lo relacionan todo. Es un proceso lento y largo, pero imparable.

P. Mientras tanto, Putin mantiene entre el 60% y el 70% de apoyo popular.

R. No es cierto. Es lo que han vendido a Occidente, y tambi¨¦n internamente; pero los encuestadores profesionales saben que esos datos son falsos. Alguien llama por tel¨¦fono a un ciudadano nacido en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y le pregunta si conf¨ªa en Putin, en el gran jefe. Y el ciudadano, por si acaso, dice que s¨ª. Pero un 30%-35% se atreve a decir que no. Adem¨¢s, cuando se les pregunta por su grado de satisfacci¨®n sobre la lucha del Gobierno contra los problemas m¨¢s importantes, como Chechenia, pobreza, delincuencia, paro..., las respuestas afirmativas rondan s¨®lo el 40%. Es cierto que tambi¨¦n hay un segmento de poblaci¨®n, de mentalidad todav¨ªa sovi¨¦tica, que vota siempre por el poder establecido. Pero el verdadero problema es que mucha gente no cree que su voto pueda servir para cambiar algo, y el Gobierno intenta promover esa pasividad.

P. Ha dicho antes que en Mosc¨² hay mucho dinero. Cualquier visitante se queda asombrado de los precios de restaurantes y tiendas en el centro.

R. S¨ª, es, junto a Londres, la ciudad m¨¢s cara de Europa. Y en Londres han comprado inmuebles decenas de miles de millonarios rusos.

P. Y al mismo tiempo, el 20% de los rusos es muy pobre.

R. Mucho m¨¢s, cr¨¦ame, esas estad¨ªsticas son falsas. Oficialmente, los ricos son 14 veces m¨¢s ricos que los pobres; extraoficialmente, 35 veces. Hay unos 90.000 rusos

[entre m¨¢s de 140 millones de habitantes] que podemos considerar millonarios, y casi todos viven en Mosc¨², donde su dinero eleva el nivel de vida de mucha gente. Pero todo eso depende casi exclusivamente del petr¨®leo, es una situaci¨®n artificial. Rusia es el segundo exportador del mundo, tras Arabia Saud¨ª, y con el barril a m¨¢s de 60 d¨®lares recibe un chorro de dinero. Por eso hay gente, muy poca, que puede pagar cualquier cantidad en un restaurante o una tienda. Pero bastar¨ªa con que el barril bajase a 45 d¨®lares para que la econom¨ªa rusa se resintiese mucho.

P. Adem¨¢s, la inversi¨®n extranjera no es grande.

R. Necesitamos una inversi¨®n urgente en carreteras y toda clase de infraestructuras, pero los inversores tienen miedo a que la burocracia vertical del Gobierno se quede con el dinero, carecen de la confianza imprescindible porque Rusia est¨¢ gobernada por una dictadura. Incluso el ministro de Finanzas ruso ha reconocido hace poco que invertir directamente los enormes beneficios del petr¨®leo en mejorar las condiciones de vida de la poblaci¨®n ser¨ªa ineficaz porque, aparte de la inflaci¨®n, buena parte de ellos ser¨ªan robados por la burocracia corrupta. De ah¨ª que mi objetivo esencial sea el de convencer a los ciudadanos de que voten para terminar con esa dictadura, m¨¢s all¨¢ de la lucha entre derechas e izquierdas.

P. Usted insiste en que Putin no se ir¨¢ tranquilamente, cumpliendo su palabra.

R. ?Irse? ?D¨®nde? Putin no es un individuo aislado, sino el jefe de un clan muy poderoso, de los m¨¢s ricos del mundo. Para muchos de sus miembros, perder el poder significar¨ªa, en el mejor de los casos, perder lucrativos negocios, y en el peor, ser procesados por las ilegalidades cometidas. Aunque el nuevo Gobierno fuera muy pr¨®ximo a Putin, si las cosas van mal necesitar¨¢ culpar a alguien, y nadie mejor que el Gobierno anterior. Por tanto, Putin necesita la garant¨ªa de que realmente va a controlar al pr¨®ximo Gobierno; no le basta con ser, por ejemplo, presidente honorario. Espero una maniobra importante suya en 2006. Quiere cambiar la Constituci¨®n, pero teme que los l¨ªderes occidentales no tengan tragaderas suficientes para asumir tambi¨¦n eso en silencio. Puede optar por maniobras sibilinas. Por ejemplo, una uni¨®n con Bielorrusia, que obligar¨ªa a cambiar la Constituci¨®n. O alguna modificaci¨®n que cambie la rep¨²blica presidencialista por otra en la que el partido tenga el control del poder, y ¨¦l sea el jefe del partido. Har¨¢ algo que no le d¨¦ muy mala imagen, pero que le permita mantener el poder.

P. ?La importancia del comercio con Rusia explica por qu¨¦ Estados Unidos y Europa no condenan tajantemente los abusos de Putin?

R. Adem¨¢s de eso, ser¨ªa muy inc¨®modo boicotear a Rusia. Por ejemplo, habr¨ªa que echarla del G-8. No es como en el caso de China, a la que no se ataca, pero tampoco se elogia, porque China no est¨¢ en el G-8. Yo me conformar¨ªa con que hiciesen lo mismo con Rusia. Pero el problema es que no hay l¨ªderes fuertes en el mundo ahora para llevar las riendas de una iniciativa como ¨¦sa.

P. ?Ni siquiera Bush?

R. No, porque Bush va en un b¨®lido de f¨®rmula 1 y corre mucho en las rectas, pero no sabe tomar las curvas, ni a la derecha, ni a la izquierda.

P. Por cierto, usted apoy¨® la invasi¨®n de Irak.

R. S¨ª, porque estaba convencido de que detr¨¢s hab¨ªa un plan, y ahora no lo veo. Aunque fuera muy radical -por ejemplo, invadir Ir¨¢n desde Irak- tendr¨ªa que haber un plan, porque, si no, la invasi¨®n no es un acto inteligente. De hecho, es un error mantener all¨¢ las tropas, rodeadas por tres reg¨ªmenes terroristas, Ir¨¢n, Siria y Arabia Saud¨ª, que es tan malo como Ir¨¢n, pero menos ruidoso. Bush dice que "debemos ganar". Bien, que me explique por favor qui¨¦n es el enemigo y d¨®nde est¨¢, y entonces hagamos un plan. Por cierto, el apoyo de Putin al Gobierno iran¨ª, cuando existen serias sospechas de que ese pa¨ªs est¨¢ desarrollando armas nucleares, es muy preocupante.

P. ?Y tiene usted un plan para Chechenia?

R. Lo que est¨¢ haciendo Putin all¨ª es justo lo que no se debe hacer, porque da alas a los musulmanes radicales. Yo creo que los chechenos moderados, favorables a un entendimiento con Rusia, son todav¨ªa una mayor¨ªa clara, pero la diferencia disminuye cada d¨ªa por la pol¨ªtica de Putin y la corrupci¨®n de las autoridades locales. Los radicales se gu¨ªan por el principio: "Rusia es m¨¢s fuerte que nosotros, pero Al¨¢ es m¨¢s fuerte que Rusia". Es imprescindible mejorar las condiciones de vida de la poblaci¨®n normal, de los moderados.

P. ?Es Rusia parte de Europa?

R. En esencia, s¨ª, y adem¨¢s creo que su pol¨ªtica exterior debe estar orientada hacia Europa y sus valores. Sin embargo, Rusia es tambi¨¦n un imperio; no en el sentido agresivo, sino en cuanto a su gigantesco tama?o. Por tanto, su pol¨ªtica debe ser flexible, no basada en la ideolog¨ªa. Debe estrechar mucho sus relaciones con Jap¨®n, estar en buenos t¨¦rminos con Estados Unidos, porque ambos comparten las amenazas del islamismo radical y de China, y adelgazar los lazos con China tanto como engordar los que tiene con Europa, porque China es un peligro y Europa debe ser un aliado. La pol¨ªtica actual de Putin, que da prioridad a China e Ir¨¢n, es absolutamente err¨®nea.

P. Rusia pierde un mill¨®n de habitantes por a?o.

R. Tenemos un problema muy grave con el alcohol y la droga, entre otras razones porque varios mandos de la polic¨ªa y de las fuerzas de seguridad que deben luchar contra esas lacras est¨¢n involucrados en su distribuci¨®n. El problema es enorme, y requiere una gran inversi¨®n de dinero en un plan nacional contra la droga.

P. Para arreglar eso, y todo lo dem¨¢s, usted propugna una ruptura total con Putin, pero pocos le apoyan.

R. Hay algunos partidos y l¨ªderes que no terminan de ponerse de mi lado inequ¨ªvocamente, porque quieren mantener alg¨²n contacto con el Gobierno de Putin, negociar con ¨¦l, y creen que yo soy demasiado radical. Por ejemplo, el diputado independiente Vlad¨ªmir Rizhkov, con quien mantengo una buena relaci¨®n personal. Yo no negocio, lo ¨²nico que quiero de Putin es que respete la Constituci¨®n. Creo que esta situaci¨®n requiere l¨ªderes radicales porque es una lucha dura y esencial: tenemos que restaurar la democracia y lograr elecciones libres. Ser amable con un dictador no suaviza su r¨¦gimen, lo hace m¨¢s arrogante y agresivo.

P. Y usted, que se autodefine como "progresista en lo social y conservador en la econom¨ªa", ?c¨®mo aplicar¨ªa esa ideolog¨ªa en su pa¨ªs?

R. Como si tuviera una segunda cabeza, porque aqu¨ª no se trata de discutir si es bueno rebajar los impuestos, sino de necesidades esenciales. Rusia necesita justicia social. Ya s¨¦ que aplicar ese principio a rajatabla tiene sus peligros, como el de la inflaci¨®n. Pero si no logramos impregnar a los ciudadanos de un esp¨ªritu de reconciliaci¨®n, de modo que una gran mayor¨ªa acepte los resultados de las privatizaciones de los a?os noventa, cuando algunas personas ganaron miles de millones a partir de la nada, ser¨¢ imposible que respeten a ning¨²n Gobierno. Hay que acortar urgentemente la enorme diferencia entre los nuevos ricos y el Estado que no sirve a los ciudadanos, en un lado, y la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n, en el otro.

P. ?Es la falta de financiaci¨®n su principal problema ahora?

R. Relativamente, porque ni siquiera con mucho dinero podr¨ªamos comprar espacios en los medios de comunicaci¨®n rusos, excepto en unos pocos, minoritarios. Pero no podemos acercarnos abiertamente, p¨²blicamente, a pedir dinero a nadie porque es bien sabido que todo ciudadano o empresa rusos que financien a la oposici¨®n sufrir¨¢n pronto una inspecci¨®n de Hacienda. Todos nuestros donantes exigen que no desvelemos sus nombres.

P. A pesar de la poca financiaci¨®n, de la censura en los medios de comunicaci¨®n rusos y de las grandes dificultades para aglutinar a la oposici¨®n, usted se muestra optimista. No le extra?ar¨¢ que le compare con Don Quijote.

R. Mucha gente se extra?a de mi optimismo, porque saben que siempre he sido un maximalista. Pero si miramos la situaci¨®n en t¨¦rminos ajedrec¨ªsticos, nuestra posici¨®n actual es tan mala que no podemos pensar a largo plazo, debemos sobrevivir. Nuestro rey, la democracia, est¨¢ sufriendo un ataque terrible, y cada jugada sin que Putin nos d¨¦ jaque mate, cada d¨ªa luchando, es una peque?a victoria. Estoy convencido de que lo que pretendo es posible, porque ya se ve una tendencia a la baja de la popularidad de Putin, aunque sea dificil¨ªsimo conseguirlo. Por tanto, hago lo que debo, e intento vivir al mismo tiempo.