Ibarretxe ultima la creaci¨®n del consejo con el que quiere dirigir la normalizaci¨®n
El Gobierno busca garantizarse con este ¨®rgano el liderazgo de la negociaci¨®n pol¨ªtica
Los compromisos sobre la paz y la normalizaci¨®n pol¨ªtica que el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, anunci¨® en su discurso de investidura, el pasado 22 de junio, sufren ya un retraso, como consecuencia, y al mismo tiempo evidencia, de la dependencia de sus iniciativas de la evoluci¨®n de otros acontecimientos, cuyos ritmos no controla, sobre todo el abandono de las armas por parte de ETA.
Ibarretxe no ha podido constituir el grupo de trabajo de los partidos para preparar la mesa de di¨¢logo, que prometi¨® hacer en junio "de manera inmediata". Tampoco existen, por tanto, las propuestas sobre metodolog¨ªa y plazos que situ¨® entonces en el ¨²ltimo trimestre de 2005. Tambi¨¦n est¨¢ pendiente el consejo pol¨ªtico "al m¨¢s alto nivel" que anunci¨® que formar¨ªa en el seno de su Gobierno para liderar la normalizaci¨®n, ni tampoco se ha aprobado el Plan Integral para la Paz y la Reconciliaci¨®n para el que se dio un plazo m¨¢ximo de seis meses, que se cumpli¨® en diciembre.
El ¨²nico de esos compromisos que ya parece listo es la constituci¨®n del consejo pol¨ªtico, prevista para finales de mes.La iniciativa lleva tres meses de retraso, ya que se anunci¨® para octubre. Fuentes de la Presidencia del Gobierno vasco aseguraron a este peri¨®dico que se formar¨¢ antes de que acabe enero, pero despu¨¦s de la asamblea de Batasuna, convocada para el pr¨®ximo d¨ªa 21.
La presentaci¨®n del consejo se realizar¨¢ en un acto al que se pretende dar especial relieve. Supondr¨¢ tambi¨¦n una cierta resituaci¨®n del propio lehendakari en el centro de la escena pol¨ªtica, de la que se ha visto desplazado en estos meses.
Su partido ha recuperado, bajo la direcci¨®n de Josu Jon Imaz y sobre todo tras las p¨¦rdidas sufridas en las elecciones de abril pasado, buena parte del liderazgo absoluto que cedi¨® a Ibarretxe en la anterior legislatura, tras su triunfo electoral en 2001. Esa nueva situaci¨®n y el corrimiento del liderazgo peneuvista del Gobierno al partido es algo que perciben con claridad los socios de Ibarretxe (EA y EB) y que ambos observan con recelo.
El hombre fuerte de EA en el Gobierno, Joseba Azkarraga, y el consejero y l¨ªder de EB, Javier Madrazo, integrar¨¢n con el propio lehendakari ese consejo, llamado tanto a arropar a Ibarretxe y reclamar para el Ejecutivo la direcci¨®n del proceso de normalizaci¨®n como a dar coherencia a las actuaciones del tripartito.El consejo viene a garantizar tambi¨¦n a los socios minoritarios del Ejecutivo presencia y protagonismo en la negociaci¨®n que pueda abrirse entre los partidos si ETA decide dejar las armas. De hecho, fue una petici¨®n efectuada a Ibarretxe durante la negociaci¨®n del acuerdo de Gobierno para esta legislatura. Con ello, EA y EB conjuran, al menos formalmente, su temor a verse esquinados en una legislatura que prev¨¦n hist¨®rica en beneficio del protagonismo peneuvista.
El ¨®rgano que constituir¨¢n Ibarretxe, Azkarraga y Madrazo, que, seg¨²n se asegura en el Gobierno, ya funciona de un modo informal, ser¨¢ el lugar donde los tres socios acuerden sus posiciones comunes y del que partan las propuestas al resto de los partidos. Algo que se estima necesario para reducir al m¨ªnimo posible los riesgos para la coherencia en el tripartito que supondr¨¢n las decisiones con las que deber¨¢n medirse sus integrantes.
La pretensi¨®n de Ibarretxe de liderar una mesa de partidos ser¨¢ impulsada tambi¨¦n desde ese nuevo ¨®rgano, que aspira a funcionar como un marco de cobertura al protagonismo del Ejecutivo frente a la tentaci¨®n de las fuerzas pol¨ªticas de absorber el liderazgo. El consejo persigue garantizar que esa irrupcion de los partidos no desdibuje el papel del lehendakari y de su Gabinete, se afirma en medios del Ejecutivo.
La matizaci¨®n de la apuesta soberanista por parte de Imaz; el documento estrat¨¦gico Elkarbizitzarako Bake-bideak (Caminos de paz para la convivencia), la gu¨ªa del PNV para liderar el proceso de pacificaci¨®n y normalizaci¨®n, aprobado a finales de octubre; los pactos presupuestarios alcanzados con los socialistas tanto en el Congreso de los Diputados como en el Parlamento vasco, son los principales s¨ªntomas de esa recuperaci¨®n de la direcci¨®n pol¨ªtica por Sabin Etxea (sede central del PNV en Bilbao). Esos elementos han levantado tambi¨¦n las primeras muestras de desconfianza en EA y EB.
Ibarretxe concibi¨® el consejo como "un nuevo instrumento" con tres objetivos: liderar desde el Gobierno las conversaciones para conformar una mesa de partidos, incluida Batasuna; elaborar, aprobar y gestionar el plan para la paz y la reconciliaci¨®n y articular una red social que facilite la participaci¨®n ciudadana en el proceso.
Ese Plan Integral por la Paz y la Normalizaci¨®n es otro de los compromisos retrasados, aunque varias consejer¨ªas han entregado ya sus aportaciones, en gran parte iniciativas ya en marcha, y parece que el aspecto menos maduro es precisamente el que depende directamente de Presidencia: el Observatorio de Derechos Humanos, sobre cuyo estado no se pronuncian las fuentes consultadas.
El plan debe reunir todas las actuaciones relacionadas con los derechos humanos, entendidos ¨¦stos de un modo muy amplio, que ir¨ªa desde la solidaridad con las v¨ªctimas de ETA hasta la prevenci¨®n de la tortura o la defensa de la legalizaci¨®n de Batasuna. Esta iniciativa est¨¢ siendo coordinada por la propia Presidencia y lleva ya un mes de retraso sobre el plazo m¨¢ximo de seis que se dio Ibarretxe en junio.
Seis apartados
Fuentes de Lehendakaritza consideran que la iniciativa se mueve a¨²n dentro de plazo, ya que contabilizan los seis meses desde que el Gobierno empez¨® a trabajar efectivamente en ella, "en septiembre u octubre".
Aunque otros medios gubernamentales se?alan que hasta fechas recientes estuvo prevista la presentaci¨®n conjunta del consejo pol¨ªtico y de este plan integral, las fuentes oficiales de Presidencia los desvinculan y prev¨¦n que el proyecto quede ultimado en este primer trimestre, hacia el mes de marzo.
Las seis grandes l¨ªneas de ese plan son la promoci¨®n de la cultura de la paz y los valores democr¨¢ticos; la solidaridad con las v¨ªctimas del terrorismo; la reparaci¨®n a las v¨ªctimas del franquismo y la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica; el respeto y la recuperaci¨®n de los derechos y libertades civiles y de participaci¨®n ciudadana; la prevenci¨®n de la tortura y la defensa de los derecehos humanos de las personas detenidas y la puesta en marcha de un observatorio internacional de derechos humanos y libertades, como embri¨®n de un organismo que Ibarretxe quiere luego aprobar por ley en el Parlamento, tras el fracaso de su intento en la pasada legislatura.
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