Tabaco y autonom¨ªa personal casan mal
Es dif¨ªcil pasar por alto el debate en torno a la "ley antitabaco" y su aplicaci¨®n, una ley con referentes legislativos en pa¨ªses de nuestro entorno y que ha sido aprobada con un amplio consenso pol¨ªtico y respaldo social. Una ley que tiene como punto de partida la ratificaci¨®n del convenio marco de la OMS para el control del tabaco. Una ley que se fija como objetivo abordar uno de los problemas de salud p¨²blica m¨¢s relevantes en nuestro pa¨ªs y en el mundo (de hecho, es la primera causa de enfermedad, invalidez y muerte evitable en Espa?a). Una ley extensamente debatida socialmente, debate en el que se han desvelado posiciones encontradas entre una mayor¨ªa claramente favorable a esta regulaci¨®n -incluidos un porcentaje importante de fumadores- y algunos grupos de presi¨®n como la industria tabaquera que aunque no se haya manifestado p¨²blicamente en contra, se ha expresado por ejemplo a trav¨¦s del club de Fumadores para la tolerancia, o una parte no despreciable de empresarios de hosteler¨ªa y de ocio.
Llamar a esta ley "fascismo sanitario" es como m¨ªnimo impropio: ?tiene algo que ver la dominaci¨®n totalitaria y exterminio de millones de personas con la apuesta por la salud de hombres y mujeres sometidos a una adicci¨®n con consecuencias demoledoras para la salud? Adicci¨®n, digamos de paso, alimentada por una industria que introduce ahora el producto de forma inexorable en los pa¨ªses en desarrollo. La propia OMS recordaba que la liberaci¨®n de m¨¢s de 35 millones de p¨¢ginas sobre documentos secretos de la industria del tabaco en los EEUU ha permitido conocer las estrategias de las tabacaleras, en todas sus dimensiones, demostrando que exigen medidas globales y contundentes para combatir la extensi¨®n del tabaquismo. El convenio marco de la OMS y ley 25/2005 son, en estas condiciones, claras apuestas por la salud y defensa del inter¨¦s general frente a intereses espurios. La ley, que aporta la extensi¨®n contundente de los espacios sin humo protegiendo as¨ª el derecho a la salud de los no fumadores y muy especialmente el de los menores y ayudando a muchos fumadores a reducir o abandonar el h¨¢bito, es, en definitiva "un gran paso hacia delante" como recordaba Joan Ram¨®n Villalb¨ª, m¨¦dico experto en tabaquismo y presidente del Consejo de Tabaquismo de la Generalitat de Catalu?a. El hecho de la prohibici¨®n en los lugares de trabajo y la permisividad en determinadas condiciones en bares y restaurantes tiene como base desde el punto de vista de la protecci¨®n de la salud, como explicaba con claridad este experto, que "es distinto pasar la jornada laboral respirando humo que hacerlo un rato en un bar o restaurante donde, adem¨¢s, se acude de manera opcional". Adem¨¢s, la norma entre otras cosas proh¨ªbe la publicidad y restringe los puntos de venta, medidas que tienen como claros impactos positivos contribuir a limitar el inicio en el h¨¢bito de consumo a los m¨¢s j¨®venes y disminuir la accesibilidad al tabaco, especialmente de los menores. Cuestiones ambas especialmente relevantes en nuestro pa¨ªs en el que diferentes estudios muestran una importante implantaci¨®n de la epidemia tab¨¢quica entre los adolescentes espa?oles. As¨ª, el estudio Estilos de Vida de los Adolescentes (EVAE) apunta que en 2002, entre los adolescentes de 15 a?os varones, la proporci¨®n de fumadores est¨¢ estancada, no en descenso y que entre las chicas est¨¢ increment¨¢ndose. Estos datos pueden ser un indicio de que en los pr¨®ximos a?os podr¨ªa dejar de disminuir la proporci¨®n de varones espa?oles fumadores, y volver a aumentar el porcentaje de mujeres fumadoras. Tambi¨¦n la Encuesta Sobre Uso de Drogas en Ense?anzas Secundarias 2004 sit¨²a en los 13 a?os la edad media de inicio en el consumo de tabaco en nuestro pa¨ªs, una de las edades m¨¢s precoces de la Uni¨®n Europea. Este estudio pone de manifiesto que el 21,5% de los estudiantes de 14 a 18 a?os fuma diariamente (18,9% chicos y 24,1% chicas). Por tanto, hay adem¨¢s del problema en los j¨®venes una especificidad de g¨¦nero, que algunos por ignorancia cuestionan.
La ley abre la puerta a futuras regulaciones que podr¨ªan ser mas restrictivas o matizar aquellos aspectos que pudieran resultar inadecuados a los objetivos planteados y el desarrollo de normativas auton¨®micas que faciliten la aplicaci¨®n de la ley estatal. Cabe recordar que las competencias de inspecci¨®n y sanci¨®n corresponden a las comunidades aut¨®nomas y que podr¨ªan elaborarse leyes auton¨®micas.
El impacto negativo del tabaquismo sobre la salud hoy nadie lo discute. La OMS recuerda que las evidencias cient¨ªficas sobre los efectos nocivos del tabaco son inequ¨ªvocas. La responsabilidad del tabaco como generador de enfermedad y muerte prematura se extiende desde la enfermedad cardiovascular al c¨¢ncer -de pulm¨®n, laringe, vejiga y es¨®fago y otros-, adem¨¢s de ser causa de discapacidad, de reducci¨®n de la calidad de vida y de la capacidad laboral. Hay que recordar que el tabaquismo es una enfermedad al ser el tabaco una droga de gran poder adictivo que genera en quien lo consume fuerte dependencia f¨ªsica y psicol¨®gica. Los expertos equiparan su poder de adicci¨®n al de la coca¨ªna. Por tanto, su consumo no puede definirse como un acto de libertad, y menos como una expresi¨®n de la autonom¨ªa personal. La gran mayor¨ªa de fumadores no son felices con su h¨¢bito. Al menos el 50% de fumadores en nuestro pa¨ªs quieren abandonar el tabaco y que s¨®lo un peque?¨ªsimo porcentaje lo consigue.
Esa caracter¨ªstica hace inconcebible e inaceptable que se hagan afirmaciones tan poco fundamentadas e incluso irresponsables como que la ley recientemente aprobada trata de imponer pol¨ªticas p¨²blicas que limitan la autonom¨ªa personal, cuando la ley no proh¨ªbe el h¨¢bito sino que pone los medios para amparar el derecho b¨¢sico a la protecci¨®n de la salud de los no fumadores y especialmente de ni?os y j¨®venes, al tiempo que refuerza a los fumadores para que abandonen el tabaquismo. El tabaco no s¨®lo perjudica al fumador tambi¨¦n es causa de enfermedad y muerte de los fumadores pasivos, los efectos del humo ambiental sobre la salud han sido estudiados y en base a las evidencias cient¨ªfica actual son incuestionables. El informe de la Agencia de protecci¨®n ambiental de EEUU afirmaba que veinticuatro estudios concluyeron que el humo del tabaco causa c¨¢ncer de pulm¨®n en no fumadores expuestos al humo ambiental y seis estudios no encontraron ese efecto. Villalb¨ª recordaba que parte de esos ¨²ltimos estudios fueron financiados por la industria tabaquera de conocido inter¨¦s filantr¨®pico... Tambi¨¦n la OMS en 2002, realiz¨® una revisi¨®n de este tema con conclusiones incontestables. En contraposici¨®n con Manuel Martinez Sospedra, que en estas p¨¢ginas afirmaba con un tono sorprendente por el desprecio impl¨ªcito hacia la ministra de Sanidad ("cada vez que veo la rubia melena de la se?ora ministra del ramo en los noticiarios de la TV, siento un irresistible deseo de fumarme una pipa"), creo que a una gran mayor¨ªa lo que nos sugiere es que representa el compromiso inequ¨ªvoco del Gobierno con la salud, y a m¨ª personalmente lo que me sugiere es el ahorro potencial de sufrimiento para muchas personas que puede generar esta pol¨ªtica resuelta en favor de la salud y el bienestar de los ciudadanos..
Mar¨ªa Jos¨¦ Mendoza es diputada en las Cortes Valencianas por el PSPV-PSOE.
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