Un gran ruso
Dos obras de Shostak¨®vich se utilizaron el viernes para conmemorar los 100 a?os de su nacimiento: el primer concierto para viol¨ªn y la quinta sinfon¨ªa. Esta ¨²ltima obra, subtitulada como respuesta pr¨¢ctica de un artista sovi¨¦tico a una cr¨ªtica justa -en referencia a la dureza con que el r¨¦gimen, en 1936, hab¨ªa criticado su ¨®pera Lady Macbeth del distrito de Mtsensk-, rehabilit¨® moment¨¢neamente al compositor, y se estren¨® con enorme satisfacci¨®n de las autoridades sovi¨¦ticas en cuanto al estilo utilizado, durante las celebraciones del 20? aniversario del triunfo bolchevique. Resulta curioso que, 70 a?os despu¨¦s, sea la obra de Shostak¨®vich que m¨¢s se programa en las salas de concierto occidentales, donde se supone que no hay censura ni estilos correctos, durmiendo en el caj¨®n -o program¨¢ndose bastante menos- muchas partituras del compositor formalmente m¨¢s atrevidas y que no ejemplifican la sumisi¨®n a dictaduras ideol¨®gicas. ?Ser¨¢ entonces que tenemos los mismos gustos que Stalin? ?Ser¨¢ que el p¨²blico no aguanta bien el lenguaje de los compositores modernos, repudiados por el r¨¦gimen sovi¨¦tico y por los nazis? ?Ser¨¢ que Shostak¨®vich, bajo la apariencia de ceder a absurdas presiones est¨¦ticas, mont¨®, como hac¨ªa Mahler tantas veces, un universo donde todo est¨¢ en cuesti¨®n aunque haga falta cierta sensibilidad para notarlo? Bernd Feutchtner, en su excelente libro sobre el compositor ruso, aporta muchas ideas al respecto. Pero es posible que haya de todo un poco en la entusiasta acogida que esta sinfon¨ªa tiene entre los p¨²blicos de todas las latitudes.
Centenario de Shostak¨®vich
Orquesta de Valencia. Yaron Traub, director. Enrique Palomares, viol¨ªn. Obras de Shostak¨®vich. Palau de la M¨²sica, Valencia, 13 de enero de 2006.
El viernes fue tambi¨¦n as¨ª. Al ¨¦xito contribuy¨® indudablemente la versi¨®n que Yaron Traub extrajo de la Orquesta de Valencia, ofreciendo una m¨²sica donde no parec¨ªa haber nada de lucha, sino una derrota desde el principio. Y, sin embargo, los cr¨ªticos oficiales, como se?ala Feuchtner, calificaron el primer movimiento de "tragedia heroica".
El segundo, como la "expresi¨®n de la sana alegr¨ªa de vivir", pero la orquesta lo toc¨® como en realidad es: una vulgarizaci¨®n de los ritmos populares que, seg¨²n la ortodoxia sovi¨¦tica, deb¨ªan estar presentes en la m¨²sica sinf¨®nica. El tercero, como "meditaci¨®n", cuando se escuch¨® como ejemplo de pasi¨®n derrotada y tristeza. Al ¨²ltimo, "consecuci¨®n de la victoria", no se le puede negar un final triunfalista, pero hay maneras de hacerlo sonar m¨¢s sarc¨¢stico.
Por lo que respecta al Concierto para viol¨ªn, solista y orquesta hicieron un magn¨ªfico trabajo, fuertemente aplaudido por el p¨²blico, y Palomares demostr¨® un excelente instinto del fraseo para solventar las largu¨ªsimas intervenciones del viol¨ªn, presentes en todo el concierto y, especialmente, en la cadenza de 119 compases. El solista hizo un bonito bis con la Siciliana de la Sonata n¨²m. 1 de Bach para viol¨ªn solo, y la orquesta, tras la Quinta, toc¨® el 2? vals de la Jazz Suite n¨²m. 2, del propio Shostak¨®vich: m¨²sica encantadora pero que, de jazz, no tiene nada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.