El Alav¨¦s da la campanada

En lo que, en principio, era un enfrentamiento desigual entre el cuarto clasificado y el farolillo rojo de la Liga, el duelo entre los Deportivos se decant¨® finalmente del lado del m¨¢s d¨¦bil, el Alav¨¦s. Simplemente, porque ayer, en Riazor, no lo fue. Sin ning¨²n tipo de alardes, desconect¨® el juego del Depor, que no termina de funcionar en casa, y termin¨® noque¨¢ndolo al contragolpe.

Los hombres de Joaqu¨ªn Caparr¨®s fueron los due?os absolutos del esf¨¦rico durante todo el partido. Fue un dominio est¨¦ril. Ning¨²n jugador del Deportivo supo aprovecharlo. Nadie en las filas coru?esas aport¨® la clarividencia necesaria para hilvanar el juego y crear verdadero peligro.

Desaparecido Sergio y bien controlado Trist¨¢n por los centrales alavesistas, el juego del equipo gallego se resinti¨®. Caparr¨®s ha construido un cuadro s¨®lido, aguerrido, a imagen del Sevilla que dirigi¨® con anterioridad, pero al que le cuesta jugar al f¨²tbol, sobre todo en Riazor, donde la afici¨®n empieza a mostrar su desencuentro con el t¨¦cnico.

Enfrente, el Alav¨¦s, hundido en el fondo de la clasificaci¨®n, estrenaba entrenador, al menos oficialmente, porque, con Piterman de por medio, ese puesto est¨¢ siempre bajo sospecha. Juan Carlos Oliva tom¨® la riendas esta semana tras la destituci¨®n de Chuchi Cos y la expectaci¨®n era ver si la larga mano del presidente albiazul segu¨ªa moviendo los hilos en cuestiones de alineaciones y t¨¢cticas.

Oliva ha tenido poco tiempo para trabajar, pero el equipo que salt¨® al c¨¦sped de Riazor ofreci¨® una imagen bastante mejorada con respecto a anteriores citas. Resisti¨® el empuje inicial del Depor, bien colocado y con todos los jugadores comprometidos en tareas de contenci¨®n.

Superadas las primeras andanadas gallegas, los vitorianos fueron adquiriendo mayor aplomo y, aunque el bal¨®n segu¨ªa siendo del Depor, el centro del campo albiazul se fue imponiendo. Juanito, Carpintero o Jandro ten¨ªan m¨¢s claro a qu¨¦ quer¨ªan jugar que sus rivales. Precisamente fue Jandro el que sirvi¨® un magn¨ªfico centro para que Aloisi adelantara al Alav¨¦s mediada la primera mitad.

El Depor no supo reaccionar ni con los dos cambios que Caparr¨®s introdujo en el descanso. A partir de ese momento y con casi todo el segundo tiempo por delante, la impotencia del Depor para elaborar el juego y crear peligro qued¨® a¨²n m¨¢s en evidencia. Ante un Alav¨¦s que se ven¨ªa f¨ªsicamente abajo a cada segundo, no encontr¨® m¨¢s recurso que bombear balones al ¨¢rea ante la inoperancia de Sergio o Valer¨®n, in¨¦ditos durante todo el partido. El Alav¨¦s acab¨® sufriendo, pero gracias a las intervenciones de Costanzo logr¨® una victoria inesperada.