Fumando espero
La convocatoria por Batasuna de un congreso para renovar su Mesa Nacional me ha hecho darme cuenta de hasta qu¨¦ punto es dif¨ªcil analizar algo con sensatez en este comienzo de milenio loco que vivimos.
La oposici¨®n acusa al Gobierno de arrodillarse ante ETA estrujando la Constituci¨®n, hasta triturarla. Es una endeble suposici¨®n sobre las intenciones del l¨ªder socialista. Con iguales mimbres, tambi¨¦n cabe sospechar que ZP busca la jubilaci¨®n de los terroristas como una apetitosa baza electoral; y, para conseguirlo, acepta dejar una mata de pelos de la memoria de las v¨ªctimas en la gatera del arriesgado "proceso".
Lo ¨²nico cierto es que en esta gatera el presidente Rodr¨ªguez Zapatero ya ha perdido el hilo de la buena argumentaci¨®n: dice que la disoluci¨®n judicial que proh¨ªbe la actividad de Batasuna debe contrapesarse con el derecho fundamental de sus antig¨¹os miembros para reunirse en un centro de congresos. La l¨®gica se pierde cuando confiesa dudar si los que se retratan anunciando la convocatoria son solo personas o son integrantes de la superviviente Mesa Nacional. El sentido com¨²n proclama el hecho notorio de que se trata de personas humanas que, adem¨¢s, y no alternativamente, integran la direcci¨®n clandestina de un partido pol¨ªtico ilegalizado.
El argumento se convierte, por tanto, en publicidad enga?osa. Intentan enga?arnos, lisa y llanamente. Y, por este camino, ZP no ser¨¢ el ¨²ltimo pol¨ªtico espa?ol que aspire a pasar a la Historia por haber acabado con ETA.
El respaldo recibido del Congreso de los Diputados no puede convertir al presidente en el soberano que decide si una ley en vigor debe o no cumplirse. Y, sin ese poder del que democr¨¢ticamente carece, est¨¢ fuera de sus manos establecer una excepci¨®n singular a la aplicaci¨®n de la Ley de Partidos. Estamos en un gobierno por las leyes y no por la voluntad de los gobernantes, donde no cabe el consejo del se?or Blanco: "Si ETA piensa dejar las armas, no le pongamos obst¨¢culos legales".
Sin perjuicio de lo anterior, debieran saber que ETA no piensa en disolverse ni en dejar las armas. Y los prop¨®sitos de Batasuna est¨¢n expresados en el cartel que empapela nuestras calles. Intentan mantener la organizaci¨®n terrorista con sus dos brazos, pol¨ªtico y militar, para seguir obteniendo beneficios de la imposici¨®n y la extorsi¨®n.
A¨²n m¨¢s. Si el Gobierno hiciera una excepci¨®n en la Ley de Partidos para dejarles organizar su congreso, tendr¨¢ que hacer otra excepci¨®n con la ley del tabaco para dejarles fumar. Si es as¨ª, reivindico la misma derogaci¨®n de la ley del tabaco para todos los amenazados por el terrorismo. Si la ley no va a protegernos del palo en que se enrosca la serpiente, al menos que podamos esperarles fumando.
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