Un recital escenificado
Tiene que ser muy grande la fascinaci¨®n que siente Victor Ullate por Enrique Morente y su hija Estrella para que, como resultado de la misma, haya surgido el espect¨¢culo que ayer se estren¨® en plena Gran V¨ªa y que estar¨¢ en cartel durante cuatro semanas. Y es que la m¨²sica de los Morente domina totalmente al baile hasta el punto de que el espect¨¢culo desemboca en un recital ilustrado por bellas im¨¢genes en movimiento, con el consiguiente desequilibrio del conjunto.
Hay que decir, de entrada que las canciones de los Morente son excelentes y est¨¢n cantadas maravillosamente bien, con lo cual uno comprende incluso esta entrega apasionada al cante. Pero no ocurre por ejemplo, y sin salirnos de Enrique Morente, la fusi¨®n constructiva de universos diferentes que se daba en Arena, la fabulosa propuesta de Israel Galv¨¢n. Aqu¨ª el cante grabado y visualizado de Morente se pon¨ªa al servicio de la estructura global y, en particular del baile, y en El Sur la fuerza del cante lo condiciona todo.
El sur
Ballet de V¨ªctor Ullate. Bailarines: Ana Noya, Luca Vetere, Yevgen Uzlenkov, M¨®nica Tard¨¢guila, Marta Rodr¨ªguez-Coca, Rebeca Tabeada y cuerpo de baile. M¨²sica: Enrique Morente y Estrella Morente. Direcci¨®n esc¨¦nica: Mario Gas. Escenograf¨ªa y vestuario: Pedro Moreno. Teatro Gran V¨ªa, Madrid. 18 de enero.
Lo que Ullate presenta tiene belleza y la compa?¨ªa desprende una realizaci¨®n impecable
Dicho esto, hay que se?alar que lo que Victor Ullate presenta tiene belleza y la compa?¨ªa desprende una realizaci¨®n impecable. En el intento de fusionar el ballet cl¨¢sico con el flamenco se tiende a una estilizaci¨®n quiz¨¢s excesiva, con lo que se desemboca en un dramatismo de guante blanco. Los n¨²meros colectivos -el de las lavanderas, el del cabritillo- tienen en general m¨¢s atractivo, al introducirse elementos escenogr¨¢ficos complementarios y se benefician de la n¨ªtida direcci¨®n de Mario Gas. El vestuario femenino de Pedro Moreno es de una gran hermosura, con plasticidad en el movimiento de unos trajes, que componen evocadoras estampas. Victor Ullate es un gran pedagogo -su cantera es de campanillas, desde Tamara Rojo a Mar¨ªa Gim¨¦nez- y su compa?¨ªa baila con solvencia. Ana Noya y Marta Rodr¨ªguez-Coca, por ejemplo, est¨¢n estupendas, pero lo que m¨¢s destaca es la homogeneidad del conjunto. El espect¨¢culo es amable, tiene, insisto, buena factura y aporta belleza sin riesgos a unos temas tradicionales del ballet aflamencado, que es, o debe ser, m¨¢s ballet que flamenco, y cuya conjunci¨®n de esfuerzos no siempre produce resultados renovadores o, simplemente, sorprendentes.
Si el elemento desequilibrante-la fuerza y el desgarro del cante- es precisamente por su extraordinaria calidad en vez de por no llegar a un nivel de m¨ªnimos, ser¨¢ m¨¢s oportuno que lo celebremos en vez de recurrir a las lamentaciones. Es una bendici¨®n de los cielos escuchar la pureza flamenca en todos los palos que saca a la luz Enrique Morente y el duende soberano de que hace gala su hija Estrella en momentos como la nana y otros varios. Si se ve El sur como un recital ilustrado por est¨¦ticas escenas de baile, seguramente compensar¨¢ al espectador mucho m¨¢s que si trata de buscar un planteamiento m¨¢s ambicioso, que tal vez nadie ha pretendido. El resultado art¨ªstico se sit¨²a en el concepto de lo bonito, arm¨®nico y bien hecho. Para muchos ser¨¢ suficiente. Yo habr¨ªa preferido algo m¨¢s de complejidad, algo m¨¢s de riesgo, algo m¨¢s de pegada. Pero valoro positivamente lo conseguido. Asistieron al estreno grandes personalidades del mundo del flamenco, desde la cantaora Carmen Linares a la bailaora Eva Yerbabuena.
Babelia
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