El tren de las maravillas

Esta historia para ni?os escrita por Elsa Morante a la edad de 13 a?os comienza como las grandes historias de todos los tiempos: "?Qui¨¦n quiere venir? Me han dicho / que cuando es de noche sale / el tren de las maravillas". Es un comienzo al estilo de aquel otro que cuenta la historia inmortal del destino de los amores de Trist¨¢n e Isolda: "Se?ores: ?les gustar¨ªa o¨ªr una bella historia de amor y de muerte?". No s¨¦ si Elsa Morante (1912- 1985), una de las grandes escritoras de la literatura italiana contempor¨¢nea, retoc¨® para su publicaci¨®n este relato trecea?ero que hoy tenemos entre las manos, pues en ¨¦l se advierten algunas astucias narrativas impropias de tan temprana edad, pero no cabe duda de que el grueso del relato es el que escribi¨® entonces y los dibujos encantadores que lo acompa?an tambi¨¦n son los mismos.

Y es, en verdad, un viaje en el tren de las maravillas. La estructura posee la l¨®gica de la aventura infantil, que va saltando de un asunto a otro con el mayor desparpajo, que no encuentra otro orden de desarrollo que la necesidad de la fantas¨ªa. Las escenas se suceden seg¨²n la apetencia inmediata de la ni?a que narra, lo que le permite enhebrar escenas sin m¨¢s justificaci¨®n que la del asombro y el inter¨¦s por los momentos y contenidos que van apareciendo a medida que se enredan como en un pasabola, sin necesidad de una secuencia l¨®gica o, mejor dicho, bajo la l¨®gica infantil atenta a todo aquello que se mueve al impulso de su curiosidad.

El cuento -y los otros tres que lo acompa?an, muy breves- discurre con una frescura inocente, pero extremadamente inteligente, en la que realidad y fantas¨ªa se mezclan con una deliciosa naturalidad y una notable intuici¨®n literaria. Es notable la visi¨®n de las actitudes que se van dando por medio de los diversos personajes: la princesa caprichosa, el comerciante rechazado sin el menor asomo de compasi¨®n, la t¨ªmida y aplicada doncellita, la jactanciosa Se?ora del Pinar... Todos ellos, representando un papel dentro de la rueda de la vida, responden a una moral bien distinta de la del orden adulto, una moral que se mueve entre el deseo y la magia. En fin, la b¨²squeda de la mu?eca Bell¨ªsima por parte de Caterina y su amigo y protector Tit es una sucesi¨®n de aventuras divertidamente embarulladas con una soluci¨®n -el sorprendente encuentro de la mu?eca- propia de un verdadero talento narrativo, lo que no es de extra?ar en esta ni?a preadolescente que con el tiempo se convertir¨ªa en la espl¨¦ndida autora de La isla de Arturo, Aracoeli y La historia.