ONG y empresa: ?enfrentamiento o colaboraci¨®n?
Seg¨²n el autor, el creciente inter¨¦s de las ONG por incidir en las pr¨¢cticas empresariales es paralelo al aumento del protagonismo de las empresas en el mundo globalizador.
La relaci¨®n entre las ONG y las empresas crece a?o tras a?o. A menudo, se oye la afirmaci¨®n de que unas y otras est¨¢n condenadas a entenderse y cooperar. La realidad no es tan sencilla y el abanico de relaciones entre ONG y empresas toma unas veces la vertiente del enfrentamiento y otras la del di¨¢logo o la colaboraci¨®n.
Las ONG han evolucionado significativamente a lo largo de los ¨²ltimos 10 a?os. Ha crecido su credibilidad y visibilidad y disponen de mucho m¨¢s apoyo social, presupuesto y capacidad de actuaci¨®n. Algunas de ellas han adquirido una dimensi¨®n global con presencia en multitud de pa¨ªses. Pero, sobre todo, han transformado su modelo de trabajo, lo que les ha permitido alcanzar mejores resultados. Ahora complementan sus tradicionales programas sociales, de ayuda humanitaria, medioambientales o de derechos humanos con campa?as de movilizaci¨®n social y acciones de presi¨®n pol¨ªtica para conseguir cambios en el ¨¢mbito nacional o internacional que sean favorables para las causas que promueven. Su influencia ha aumentado sustancialmente y cada vez tienen m¨¢s capacidad para incidir en aquellos organismos o entidades a quienes corresponde la toma de decisiones en temas directamente relacionados con sus ¨¢mbitos de actuaci¨®n.
Hasta hace pocos a?os y por lo general, las ONG estaban interesadas en las empresas como potenciales financiadoras de sus programas de actuaci¨®n. Actualmente las empresas tambi¨¦n son las destinatarias de las campa?as de incidencia social y pol¨ªtica desarrolladas por las ONG para combatir la explotaci¨®n laboral en los pa¨ªses pobres, conseguir unas reglas m¨¢s justas para el comercio internacional, posibilitar el acceso de las poblaciones africanas a los medicamentos baratos contra el sida o reducir la emisi¨®n de los gases que afectan al cambio clim¨¢tico, por poner algunos ejemplos de actualidad. Si antes las ONG ejerc¨ªan su presi¨®n sobre gobiernos y organismos internacionales ahora tambi¨¦n tienen en el centro de su diana a determinadas empresas cuyas pr¨¢cticas de actuaci¨®n son muy lesivas para las poblaciones con las que cooperan y para las causas que defienden.
Este creciente inter¨¦s de las ONG por incidir en las pr¨¢cticas del sector empresarial es paralelo al propio aumento de protagonismo de las empresas, especialmente las transnacionales, en el mundo globalizado. Los procesos de deslocalizaci¨®n a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo han supuesto un fuerte incremento de la inversi¨®n privada en dichos pa¨ªses, hasta alcanzar un volumen econ¨®mico equivalente a cuatro veces la cifra de la ayuda oficial al desarrollo del conjunto de la OCDE. Adem¨¢s, se ha producido una fuerte concentraci¨®n del poder econ¨®mico: 500 grandes empresas representan el 75% de todo el comercio internacional. Los lobbies empresariales tienen una gran influencia en las decisiones que toman los gobiernos, la Uni¨®n Europea y los organismos internacionales como la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) o el Banco Mundial. Baste recordar el peso que las empresas del carb¨®n y del petr¨®leo tuvieron en el rechazo de la Administraci¨®n Bush al Protocolo de Kioto contra el cambio clim¨¢tico o la intensa presi¨®n que la industria agroalimentaria est¨¢ realizando en contra de un acuerdo para eliminar los subsidios europeos para la exportaci¨®n de productos agr¨ªcolas que generan una competencia injusta y devastadora para las econom¨ªas agrarias de los pa¨ªses pobres
En la medida de lo posible, desde las ONG se opta por establecer una primera etapa de di¨¢logo con las empresas de las que constatan sus malas pr¨¢cticas sociales o medioambientales. Si la empresa no est¨¢ dispuesta a cambiar su pol¨ªtica de actuaci¨®n, las ONG pasan a una estrategia de confrontaci¨®n con acciones de denuncia p¨²blica y de protesta y diversas actividades de sensibilizaci¨®n sobre los clientes y accionistas con objeto de forzar a la empresa a realizar los cambios necesarios. Cuando estas mejoras se dan, hay bastantes casos en los que se retoma el di¨¢logo -as¨ª ha sido con el sector farmac¨¦utico en la disputa ante la OMC sobre el derecho de las poblaciones de los pa¨ªses pobres a disponer de f¨¢rmacos gen¨¦ricos de bajo coste contra el sida- e incluso se puede iniciar una etapa de colaboraci¨®n entre las empresas y las ONG.
El punto de partida para que una ONG se plantee buscar o aceptar la colaboraci¨®n de una empresa es que ¨¦sta tenga una buena pol¨ªtica de responsabilidad social corporativa (RSC): que en cualquier pa¨ªs donde tenga actividad productiva, comercial o de otro tipo, respete los derechos fundamentales y los est¨¢ndares ¨¦ticos y medioambientales aceptados en el ¨¢mbito internacional aunque ¨¦stos no est¨¦n jur¨ªdicamente reconocidos en dicho pa¨ªs. No tendr¨ªa ning¨²n sentido que una ONG recibiese donaciones para programas contra la pobreza en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo si esa empresa estuviese relacionada, directamente o indirectamente a trav¨¦s de sus proveedores, con situaciones de explotaci¨®n laboral en los pa¨ªses a los que ha deslocalizado su producci¨®n. Adem¨¢s de las consideraciones ¨¦ticas que llevan a una ONG a rechazar una colaboraci¨®n de este tipo, las empresas reciben el mensaje de que la primera y mejor contribuci¨®n que pueden hacer para mejorar la vida de las poblaciones donde est¨¢n implantadas es llevar a cabo sus actividades empresariales cumpliendo siempre con los derechos laborales y los otros aspectos incluidos en las buenas pr¨¢cticas de RSC.
Afortunadamente, cada vez hay m¨¢s ejemplos de colaboraci¨®n adecuada entre empresas y ONG, lo cual permite que ¨¦stas dispongan de m¨¢s recursos econ¨®micos, contribuciones en especies y de servicios especializados para llevar a cabo su misi¨®n. Por su parte, las empresas ven reforzado el contenido y la visibilidad de su responsabilidad social con los efectos positivos que esto tiene ante sus clientes, trabajadores y accionistas. Seguir¨¢ habiendo situaciones de enfrentamiento entre ONG y empresas, pero todo apunta a que si el sector empresarial avanza de forma significativa en la aplicaci¨®n de buenas pol¨ªticas y pr¨¢cticas de RSC, a¨²n habr¨¢ m¨¢s casos de colaboraci¨®n en los que las ONG ver¨¢n a las empresas como aliadas para las causas que impulsan.
Ignasi Carreras tiene una larga trayectoria de colaboraci¨®n con las ONG. Ha sido director general de Interm¨®n Oxfam.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.