Menos coches y mejor transporte p¨²blico

Londres introdujo hace ahora casi tres a?os, en febrero de 2003, el primer peaje urbano en el centro de una gran ciudad europea. La llamada congestion charge ha permitido reducir sensiblemente el tr¨¢fico privado, aumentar la velocidad media de circulaci¨®n y mejorar sensiblemente el transporte p¨²blico de superficie. Sin embargo, los comerciantes nunca han dejado de denunciar que el peaje aleja del centro de la ciudad a los consumidores, en beneficio de los comercios m¨¢s perif¨¦ricos.

Los espectaculares resultados iniciales se han deteriorado algo con el paso del tiempo y el apoyo del p¨²blico al peaje ha disminuido despu¨¦s de que el alcalde anunciara la extensi¨®n del ¨¢rea de peaje a partir de 2007 y de que desde julio pasado la tarifa aumentara de forma espectacular, de las cinco libras iniciales a ocho libras (en n¨²meros redondos, de 7,5 euros a 12 euros diarios). No hay cifras oficiales sobre el impacto del peaje en sus primeros tres a?os en vigor. En el primer a?o de aplicaci¨®n entr¨® un 30% menos de coches que el a?o anterior en el per¨ªmetro de pago, pero la reducci¨®n total de veh¨ªculos fue s¨®lo del 18% debido al aumento del transporte p¨²blico. La velocidad media aument¨® entre el 10% y el 15%.

El peaje urbano de Londres cubre un ¨¢rea de 21 kil¨®metros cuadrados que apenas supone el 1,3% de su superficie total. Pero se trata del cogollo de la ciudad, el centro comercial, los teatros del West End y casi toda la City. A partir de febrero de 2007 se extender¨¢ hacia el oeste, a los barrios de clase alta de Kensington y Chelsea. Los 174 puntos de entrada y salida al per¨ªmetro disponen de c¨¢maras que leen las matr¨ªculas de los coches. Los datos son enviados a un ordenador, que coteja el listado con el de coches que han pagado el peaje ese d¨ªa o que est¨¢n exentos de pago. El n¨²mero de errores sigue siendo muy alto debido sobre todo a la confusi¨®n entre la letra O y el n¨²mero 0 y la letra I y el n¨²mero 1.

El peaje lo han de pagar todos los veh¨ªculos que entran en esa zona entre las siete de la ma?ana y las 18.30, salvo que por alguna raz¨®n (veh¨ªculos de emergencia, taxis, transporte p¨²blico, personas con discapacidades, etc¨¦tera) est¨¦n exentos del pago. El peaje se paga una sola vez, con independencia del tiempo que se pase en la zona o de las veces que se entre y salga de ella. Est¨¢ en vigor todos los d¨ªas laborables.

Las personas que residen dentro de la zona no est¨¢n exentas de su pago, aunque tienen una reducci¨®n del 90%. El pago se puede realizar a diario o en bonos semanales, mensuales o anuales. El pago cotidiano se puede hacer hasta las diez de la noche. Pasada esa hora, la tarifa aumenta a 10 libras. Pasada la medianoche, los conductores que no han pagado est¨¢n sujetos a una multa de 150 euros, que se reduce a 75 euros si se paga dentro de las dos semanas siguientes y que aumenta a 225 euros si se tarda m¨¢s de 28 d¨ªas en pagar. Pasados tres meses sin pagar, el veh¨ªculo puede ser inmovilizado.

Las generosas recaudaciones generadas (unos 150 millones de euros al a?o) se destinan a la mejora del transporte p¨²blico. Esa mejora ha sido especialmente visible en lo que respecta a los autobuses, que han aumentado en n¨²mero y se han modernizado. El Ayuntamiento espera aumentar la recaudaci¨®n entre 45 y 75 millones de euros cuando el peaje se extienda a Kensington y Chelsea, una decisi¨®n que se ha tomado a pesar de la oposici¨®n de tres de cada cuatro ciudadanos consultados y de las cr¨ªticas de algunos expertos. El peaje s¨®lo puede funcionar si cubre una zona relativamente peque?a, muy transitada y no particularmente residencial porque la sustancial rebaja a la que tienen derecho los vecinos que residen dentro de la zona hace que la medida no tenga ning¨²n efecto disuasorio sobre ellos.

Del pago del peaje no est¨¢n exentos ni los turistas ni los diplom¨¢ticos, aunque la Embajada de Estados Unidos ha dejado de pagarlo desde que en julio aument¨® de cinco a ocho libras, alegando que el Convenio de Viena excluye al cuerpo diplom¨¢tico del pago de impuestos, incluidos los locales, salvo contadas excepciones, entre las que, a su juicio, no figura un peaje como el que aplica Londres.

Hay multitud de formas de pago. Desde Internet (mediante tarjetas de cr¨¦dito o d¨¦bito), hasta mensaje de tel¨¦fono m¨®vil (previa inscripci¨®n), numerosos comercios como quioscos, gasolineras o tiendas de conveniencia, m¨¢quinas instaladas en determinados aparcamientos, por correo (cheque u orden postal) o por tel¨¦fono (tarjeta de cr¨¦dito o d¨¦bito).

Las autoridades de Londres llevan a?os aplicando pol¨ªticas para disuadir del uso del coche. En numerosos barrios las plazas de aparcamiento son limitad¨ªsimas, porque la inmensa mayor¨ªa est¨¢n reservadas para los vecinos. ?stos han de pagar una cantidad relativamente modesta, que, seg¨²n el distrito municipal, oscila desde los 90 euros anuales del modesto barrio de Towers Hamlet a los 135 de Camden o los 165 euros anuales de Westminster. Los veh¨ªculos comerciales han de pagar sumas cercanas a los 300 euros al a?o, pero no pueden dejar el coche aparcado: s¨®lo pueden estacionar brevemente para carga y descarga.

Los residentes suelen poder comprar boletos de aparcamiento para las visitas que sirven para periodos que oscilan entre la media hora y todo el d¨ªa. La cantidad de horas es limitada y su precio oscila desde los 60 c¨¦ntimos de euro por hora en las 40 primeras horas a 1,20 euros las 40 siguientes y 1,80 euros las 40 restantes. Un vecino que consumiera todas las horas de aparcamiento de invitado a que tiene derecho acabar¨ªa pagando 575 euros al a?o.