Solidez confesional

En vista de lo revuelto que anda hoy en d¨ªa el poco edificante gallinero de la pol¨ªtica estatal y local, posiblemente saldr¨ªamos ganando si su descendencia directa se olvidase de tomar el relevo de las arengas y soflamas incendiarias y se dedicase a empu?ar una guitarra. Especialmente si es para componer buenas canciones. Ese al menos ha sido el camino escogido por Manolo Taranc¨®n, hijo de quien fuera hace algunos a?os presidente de la Diputaci¨®n y conseller de Cultura, y, lo que sin duda es m¨¢s relevante, responsable de uno de los debuts m¨¢s consistentes que ha dado a luz la escena rock valenciana en meses. Porque es de rock precisamente, entendido como concepto, de lo que hay que hablar si atendemos a su incipiente temario. Pese a la socorrida etiquetaci¨®n como cantautor al servicio de esmeradas letras en castellano (quiz¨¢ tambi¨¦n avivada por la cubierta de su ¨¢lbum), su discurso se sit¨²a mucho m¨¢s cerca de Dylan o, por buscar referentes m¨¢s cercanos, el inevitable Quique Gonz¨¢lez, que del de Sabina o Serrat, por establecer una diferenciaci¨®n r¨¢pida y directa.

La presentaci¨®n local de Desde mi interior mostr¨® a un cantante joven pero tempranamente dotado de oficio, credibilidad y buenas maneras, reforzado por una estupenda banda que dotaba de solidez y rotundidad un repertorio de los que demandan atenci¨®n. Composiciones plenas de fraseos dolientes, confesiones a media voz y guitarras arenosas, con Calle Navellos, Un d¨ªa m¨¢s o Puede que nunca lo descubras como algunos de sus mejores argumentos. El breve cap¨ªtulo de versiones (Bob Dylan v¨ªa The Byrds y Andr¨¦s Calamaro) y el electrificado final de Sin saber d¨®nde voy (al m¨¢s puro estilo Neil Young) incidieron en la delaci¨®n de algunas de sus saludables filias, de las que s¨®lo el tiempo confirmar¨¢ su condici¨®n de s¨®lidos cimientos de una carrera que promete mejores frutos, aunque a¨²n le quede casi todo por hacer.