El Villarreal tira de orgullo

A sus cualidades evidentes, el Villarreal sum¨® ayer una desconocida manera de resolver situaciones extremas: un ataque de orgullo con el que dobleg¨® a un correoso Osasuna en un partido caliente. Tras tres jornadas sin lograr un gol y logrando un solo punto, el conjunto de Pellegrini necesitaba una victoria que le hiciera creer nuevamente en s¨ª mismo ante un rival directo en la lucha por las plazas europeas y que distaba 0 ocho puntos por encima en la clasificaci¨®n. Al igual que el Villarreal, Osasuna no llegaba a la cita en su mejor momento tras dos derrotas consecutivas. El conjunto navarro se adelant¨® en el marcador y logr¨® agarrarse a la victoria hasta mediado el segundo periodo. Pero, en cinco minutos, dos penaltis cometidos sobre Guayre cambiaron la situaci¨®n. Los lanz¨® Riquelme, que ven¨ªa de fallar uno ante el Racing en el Sardinero y, por tanto, no evit¨® la responsabilidad. Marc¨® los dos.

De los errores se suele aprender m¨¢s que de los aciertos. Sin embargo, Pellegrini no termina de convencerse de que t¨¢cticamente, prescindiendo de un pivote, ante la ausencia de Josico, su equipo pierde el rumbo, se siente inseguro y perdido. Le sucedi¨® frente al Benfica y ante el Madrid. Ayer Pellegrini volvi¨® a reincidir en la dudosa propuesta, a priori atrevida.

Osasuna sabe sacar jugo al argumento que previamente idea en la pizarra Javier Aguirre. Ayer el equipo navarro no contaba con varios de sus primeras espadas. Las ausencias no tienen importancia. Si hay un equipo dem¨®crata en la Liga espa?ola, ¨¦se es Osasuna. Entran unos y salen otros del once, cambian los nombres y el grupo no se resiente y act¨²a con met¨®dica solvencia y disciplina a la que a?aden el punto de agresividad necesaria, en ocasiones rayando los l¨ªmites de la legalidad, que hace amplificar sus prestaciones. El az¨²car en la pandilla de Aguirre lo pone Ra¨²l Garc¨ªa, un excelente centrocampista con una ortodoxa t¨¦cnica y un gran golpeo del esf¨¦rico, como qued¨® patente en el gol que adelant¨® a su equipo.

Herido en su autoestima, el conjunto castellonense se conjur¨® para invertir la situaci¨®n. Se deshizo en esfuerzos para revertir el oscuro panorama que ten¨ªa. En la segunda mitad, cerc¨® al Osasuna, que se defendi¨® con lo que pudo y como pudo. En dos ocasiones lo hizo mal, se extralimit¨® en su efusividad, lo que le cost¨® dos penaltis en contra que dejaron su esfuerzo en nada. Riquelme se ech¨® la responsabilidad a sus espaldas y premi¨® el apasionado esfuerzo de sus compa?eros.