La soledad de la escuela
Un estudio de la Universidad del Pa¨ªs Vasco alerta del distanciamiento entre el colegio y la sociedad
La escuela se est¨¢ convirtiendo, sin desearlo, en una especie de campamento o parque tem¨¢tico de la transmisi¨®n de unos valores cuyo brillo social es inversamente proporcional a la distancia que nos aleja del recinto escolar". Con la distancia, los valores que se ense?an en la escuela palidecen. Esta es una de las conclusiones de la primera fase de un estudio que elabora el Departamento de Sociolog¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) sobre la realidad escolar y la transmisi¨®n de valores por encargo de la Fundaci¨®n Fernando Buesa. El trabajo, que est¨¢ basado en entrevistas individuales y de grupo con 74 docentes de centros p¨²blicos y privados concertados de primaria y secundaria de Euskadi, confirma los peores temores de sus autores: la soledad en la que vive el colegio, convertido en el destino ¨²ltimo de todos los males que aquejan a la sociedad.
Los docentes se ven en un continuo pulso con los padres, ante los que se sienten desautorizados
La escuela exige disciplina y autocontrol, esfuerzo, esp¨ªritu de sacrificio y trabajo, "un conjunto de capacidades que remiten a valores que est¨¢n totalmente devaluados en el contexto cultural actual", se lamentan los docentes. Ana Irene del Valle y Elisa Usategui, las profesoras del Departamento de Sociolog¨ªa de la UPV que han realizado el trabajo, aseguran que los profesores tienen miedo de que el aislamiento y la soledad en la que vive la escuela terminen por deslegitimar la propia cultura escolar y los valores que pretende transmitir.
Las entrevistas con los docentes son la primera parte de una investigaci¨®n que a¨²n se prolongar¨¢ otros tres a?os, en los que se recabar¨¢ la opini¨®n de los padres y de los alumnos y se analizar¨¢ el curr¨ªculum escolar. Con todo ello, se obtendr¨¢ un diagn¨®stico de situaci¨®n. Pero s¨®lo a trav¨¦s de la mirada del profesorado, las expertas ya han podido captar c¨®mo se siente la escuela ahora y cu¨¢les son sus posibilidades y limitaciones.
Una experiencia compartida por la mayor¨ªa de los docentes entrevistados es lo "desalentador" que les resulta verse transmitiendo una formaci¨®n que contradice abiertamente o indirectamente los valores que "los estudiantes perciben que operan eficazmente fuera del colegio". Se trata de un proceso con una capacidad "tremenda" de erosionar la legitimidad de la instituci¨®n y la figura del docente, subrayan las dos soci¨®logas.
La expresi¨®n "soledad de la escuela" les sirve a los profesores para exponer gr¨¢ficamente la quiebra del consenso que hist¨®ricamente se ha venido dando entre las instituciones socializadoras b¨¢sicas: familia, escuela, iglesia, medios de comunicaci¨®n y grupos de iguales. El director de un colegio concertado religioso entrevistado para el estudio demuestra con un ejemplo este aislamiento. "Cuando est¨¢n en el centro [los ni?os] se encuentran en una burbuja y cuando salen est¨¢n viviendo otra cosa. Hay detalles que te lo dicen, por ejemplo, si est¨¢s trabajando sobre la paz y dos ni?os se han peleado se disculpan diciendo que lo han hecho fuera del colegio". El testimonio de la directora de un instituto de secundaria recogido en el trabajo abunda en el distanciamiento entre lo que ense?a la escuela y la realidad exterior. "Creo que muchas veces nos tienen que ver [los alumnos] como hippies, pero en el sentido peyorativo del t¨¦rmino, una cuadrilla de iluminados, que van de no s¨¦ que. Esto es lo inc¨®modo. Porque que me miren con ese aire, no de cr¨ªtica, sino displicente, m¨ªrala que ingenua, todav¨ªa cree, me molesta much¨ªsimo (...) y eso socialmente es as¨ª".
Seg¨²n los docentes, el desencuentro es evidente con una sociedad que concibe la escuela como la ¨²ltima esperanza, pero le sit¨²a como una "instituci¨®n perif¨¦rica". Esa soledad que perciben los profesores en la tarea educativa con relaci¨®n al conjunto de la sociedad se vuelve m¨¢s desconcertante cuando hablan de su relaci¨®n con los padres de los alumnos. "Las familias no demandan; exigen y delegan", se?ala un profesor. El director de un centro privado de ense?anzas medias confirma esta impresi¨®n. "Cada vez se nos est¨¢n pidiendo m¨¢s cosas y es t¨ªpico que hoy en d¨ªa cualquier profesor tutor responsable de un grupo de alumnos haga de todo: de padre, de madre, de m¨¦dico, de psiquiatra, de trabajador social, bueno, de mil cosas con vistas a los alumnos".
Con todo, lo que verdaderamente preocupa al profesorado no es tanto la escasa participaci¨®n en la vida del centro y la apat¨ªa por parte de los padres, sino la falta de reconocimiento de su competencia y autoridad. Los docentes se ven en un continuo pulso con los padres, en el que se sienten "desautorizados, enjuiciados y, a veces, atemorizados", apuntan las soci¨®logas.
Otro de los escollos en la relaci¨®n familia-profesorado es la "excesiva permisividad y el marcado proteccionismo" que tienen las familias en la educaci¨®n de sus hijos. Una directora de un instituto de secundaria lo resume as¨ª: "El fracaso escolar y la desmotivaci¨®n de los alumnos no va a disminuir. Las familias no viven el d¨ªa a d¨ªa escolar de sus hijos. En algunos casos porque no est¨¢n mucho tiempo con sus hijos y, cuando lo est¨¢n, porque en esa edad de rebeld¨ªa y de enfrentarse a la exigencia, muchos padres no aguantan el pulso y quieren que lo lleve el centro. En las familias no se transmite el valor del sacrificio".
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