Tierno
El autor glosa la biograf¨ªa del ex alcalde de Madrid al cumplirse el 20? aniversario de su muerte y lo califica como una de las personas geniales de la segunda mitad del siglo pasado.
Un pueblo se engrandece cuando reconoce a sus grandes hombres. Aunque, lejos en el tiempo -20 a?os-, nuestro pueblo no ha olvidado la figura y el ejemplo de Tierno, al haber entendido o intuido, con ocasi¨®n de su muerte, lo que signific¨®.
Tierno fue una de las personalidades geniales de la segunda mitad del siglo pasado. En un an¨¢lisis riguroso, no hay fisuras en su aparentemente deslavazada biograf¨ªa. Todo tiene sentido, aunque inicialmente no se descubra. En Tierno nada es gratuito.
Tierno represent¨®, antes que cualquier otra cosa, una forma de vida. Una forma de vida deseable.
Fue un hombre austero. No se aplic¨® en enriquecerse. No intent¨® invertir su talento en una aspiraci¨®n para ¨¦l mezquina.
Represent¨® un modelo de vida. Una forma de vida deseable
Eligi¨® las humanidades. Las disciplinas de Filosof¨ªa y Derecho, y, dentro de ellas, el Pensamiento Pol¨ªtico y el Derecho Constitucional fueron los arietes que le permitieron influir en la concepci¨®n de una sociedad mejor y en una organizaci¨®n jur¨ªdica que la definiese y articulase.
Estudi¨® lenguas cl¨¢sicas y entendi¨® el pensamiento de los griegos y los romanos, art¨ªfices de civilizaciones cimeras en la historia.
Se interes¨®, preferentemente, por los grandes pensadores que ten¨ªan vocaci¨®n de arquitectos sociales: Rousseau, Saint-Simon, Locke, Hobbes, Fourier, Feuerbach, Marx, Engels...
Se enfrent¨® a la dictadura, que nos empobreci¨® moralmente, con armas modestas que resultaron poderosas: la raz¨®n y la honradez personal.
Denunci¨®, con su expulsi¨®n de la c¨¢tedra, a una Universidad muerta que no cumpl¨ªa con su obligaci¨®n de gestar verdaderos l¨ªderes sociales, y se aline¨® con los que quer¨ªan cambiarla.
Ayud¨® a abrir cauces practicables para que Espa?a accediese a la democracia. Suya es su m¨¢s lograda definici¨®n: la alquimia entre lo cuantitativo y lo cualitativo, que lo que quieran los m¨¢s se convierta en lo mejor.
Fue un republicano que dio su conformidad a la Monarqu¨ªa parlamentaria; un socialista que colabor¨® con convicci¨®n con liberales, comunistas y nacionalistas en el dise?o de un Estado de derecho; un vencido de la Guerra Civil que abander¨® la reconciliaci¨®n nacional como f¨®rmula de superaci¨®n del pasado.
Alent¨® la participaci¨®n de los ciudadanos en la pol¨ªtica. A ¨¦l se debe el texto constitucional que establece que los partidos pol¨ªticos deber¨¢n ser democr¨¢ticos en cuanto a su estructura interna y funcionamiento. Los partidos que ¨¦l fund¨® as¨ª lo fueron, al menos.
Consciente de sus limitaciones en la era de la imagen, acept¨® con elegancia las preferencias manifestadas por los espa?oles en las primeras elecciones generales.
Dio una muestra de grandeza de esp¨ªritu al aceptar la subordinaci¨®n org¨¢nica a personas menos dotadas que ¨¦l para poder as¨ª continuar su obra.
Replante¨® la v¨ªa que le permitir¨ªa influir en la vida p¨²blica y quiso ser rector de la primera ciudad del pa¨ªs, exponente m¨¢ximo de la crisis de valores generalizada.
No se agot¨® en imaginar una nueva sociedad, sino que hizo lo que pudo para lograrla.
Se centr¨®, aunque pudiera pensarse que fue por casualidad, en la "polis", la ciudad, el n¨²cleo de convivencia de griegos y romanos.
Elegido alcalde, foment¨® la cordialidad, la cultura, el esp¨ªritu c¨ªvico, la creatividad, la diversi¨®n, el sentido del humor, el amor a la naturaleza, la preocupaci¨®n por los marginados, la infancia, la juventud y la ancianidad, la colaboraci¨®n con los discrepantes, la solidaridad... Intent¨® mostrarnos una forma de vida m¨¢s intensa, m¨¢s placentera, m¨¢s hermosa, m¨¢s humana. No escatim¨® esfuerzos. Un hombre, en apariencia fr¨¢gil, se empe?¨® en una tarea extenuante. La ciudad, realmente, le consum¨ªa.
No abdic¨® de su independencia y no se neg¨® a s¨ª mismo. Asumi¨® el papel de conciencia cr¨ªtica del poder desde dentro.
No entr¨® en contradicci¨®n con su desprecio por el poder como fin en s¨ª mismo porque, cuando utiliz¨® el poder, no lo hizo para conservarlo, sino para compartirlo.
Pudo controlar el poder que ejerc¨ªa, y no por ello dej¨® de comprender a quien ten¨ªa un poder que no pod¨ªa controlar; incluso a quien era ya controlado por el poder que ten¨ªa.
Fue un hombre afable, pero sus condenas fueron rotundas: a la dictadura, al militarismo, a la violencia, al fanatismo, a la dominaci¨®n econ¨®mica, a la explotaci¨®n, a la corrupci¨®n, a la discriminaci¨®n, al conformismo, al servilismo, a la resignaci¨®n...
El problema de la sociedad era para ¨¦l que hab¨ªa transigido con demasiadas cosas. La intransigencia de Tierno ten¨ªa por finalidad recordarnos que no hay organizaci¨®n ni sistema de valores inmutable. De ah¨ª su defensa de la ideologizaci¨®n como algo necesario para poder avanzar, y de la rebeld¨ªa como manifestaci¨®n de vida. Para Tierno, una sociedad acr¨ªtica era una sociedad an¨¦mica, una sociedad sin defensas.
Dio ejemplo continuo de tolerancia y respeto al adversario ideol¨®gico. Para ¨¦l, tolerar no era ignorar y soportar, sino reconocer y asumir. Intent¨® entender a todos; y todos as¨ª se lo reconocieron cuando desapareci¨®.
Enterado de que iba a morir, no desaprovech¨® esta postrera oportunidad y dio su ¨²ltima lecci¨®n magistral. No alter¨® su ritmo de vida, cumpli¨® con sus obligaciones institucionales hasta unas horas antes de su fallecimiento, no quiso que se le prolongase la vida artificialmente y expres¨® su deseo de ser enterrado en el cementerio municipal -su agnosticismo no le impidi¨® igualarse con aquellos por los que luch¨® a la hora de ser enterrado-.
Si nos mostr¨® una forma de vida m¨¢s humana, tambi¨¦n nos mostr¨® una forma de muerte m¨¢s l¨²cida. Una muerte reflexiva, asumida con entereza y esperada con serenidad.
Fue un gran hombre: una gran cabeza y un gran coraz¨®n. Tuvo una autoridad moral que pocos hoy discuten. Dignific¨® la pol¨ªtica en un tiempo de mediocridad general y nos se?al¨® el camino de un futuro m¨¢s acogedor.
Jos¨¦ Antonio P¨¦rez Gonz¨¢lez es licenciado en Matem¨¢ticas e Inform¨¢tica.
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