Respuesta a la consejera Montserrat Tura

El pasado jueves la consejera de Interior, Montserrat Tura, public¨® en este peri¨®dico un art¨ªculo, con el sugerente t¨ªtulo de Las huellas del chacal, sobre la ¨²ltima operaci¨®n contra el terrorismo isl¨¢mico. En ¨¦l se criticaba la "reacci¨®n de una minor¨ªa que quiso mostrar su desacuerdo con la detenci¨®n de uno de los detenidos", llamado Omar Nakhcha, cuyo lema era Todos somos Omar. Con la presente me gustar¨ªa aclarar a los lectores una acusaci¨®n que ha resultado falsa, sin entrar a valorar las opiniones pol¨ªticas que la consejera deriva del mismo. El acto se convoc¨® en solidaridad no con el tal Omar, contrariamente a lo que dice la consejera. Fue por otro detenido, el ciudadano Osama, conocido miembro de diferentes colectivos sociales y pol¨ªticos de la ciudad de Santa Coloma. Los medios as¨ª lo reflejaron. Por otro lado, la consejera consideraba que ese acto era irresponsable y serv¨ªa para enaltecer o llegar a convertir en h¨¦roes a supuestos delincuentes. Detr¨¢s del lema Todos somos Omar (que en realidad era Osama), hab¨ªa personas que dec¨ªan ser "miembros del Grupo Isl¨¢mico Combatiente Marroqu¨ª", afirmaba la consejera. En fin, poco menos que un acto de apolog¨ªa del terrorismo. Considero que en esas apreciaciones la consejera va demasiado lejos, supone e interpreta excesivamente, hasta el punto de tergiversar el sentido de las intenciones de una leg¨ªtima protesta ciudadana. En mi opini¨®n, se trataba tan s¨®lo de una muestra de apoyo o solidaridad (en su mayor¨ªa eran amigos y familiares) con un conciudadano al cual se le aplic¨® la ley antiterrorista acusado de hechos muy graves. O si se quiere, incluso podr¨ªa ser una muestra de rechazo por las limitaciones a los derechos del detenido que esa ley prev¨¦, o por los inevitables efectos estigmatizadores de su aplicaci¨®n. En todo caso, nada de apolog¨ªa al terrorismo, se?ora consejera. Se defend¨ªa la inocencia, o al menos su presunci¨®n, del ciudadano Osama ante las graves acusaciones policiales que aparec¨ªan en los medios de comunicaci¨®n y que usted daba por ciertas en su art¨ªculo. Pues bien, finalmente se demostraron infundadas. Tras cinco d¨ªas de detenci¨®n incomunicada tanto del ciudadano Osama como de otro de los tres detenidos en Santa Coloma, el ciudadano Mouhssin, quedaron en libertad sin cargos. Eso en un Estado de derecho significa ni m¨¢s ni menos que admitir que su detenci¨®n fue un error policial. Eran inocentes. De lo que cabe derivar que la protesta era m¨¢s que razonable y leg¨ªtima, cuando adem¨¢s no era la primera vez que se produc¨ªa un error de esas caracter¨ªsticas en Santa Coloma. En la anterior operaci¨®n antiterrorista de junio pasado se detuvo a 16 personas, con lo que se cre¨® conmoci¨®n en la poblaci¨®n. No obstante, la mayor¨ªa de los detenidos quedaron despu¨¦s en libertad sin cargos. Entre ellos, como ustedes seguramente recordar¨¢n, un im¨¢n, conocido por sus cr¨ªticas a ciertos supuestos excesos policiales con la comunidad ¨¢rabe de la localidad. A diferencia de esa ocasi¨®n, esta vez el desenlace judicial apenas ha trascendido a los medios de comunicaci¨®n. Por ello, considero que esta carta deber¨ªa publicarse para restablecer la imagen y el honor maltrecho de Mouhssin y Osama. El Estado de derecho, a pesar de lo que consideran algunos, es m¨¢s Estado de derecho cuando es capaz de reconocer sus propios errores. ?sa es su grandeza y fortaleza.