Cohabitaci¨®n a la lusa

An¨ªbal Cavaco Silva no ha necesitado la segunda vuelta para convertirse en presidente electo de Portugal. Con la claridad de los treinta puntos que le saca al segundo candidato m¨¢s votado, el ex primer ministro se convierte en el primer jefe de Estado conservador luso desde la Revoluci¨®n de los Claveles de 1974. Inaugura as¨ª un periodo de cohabitaci¨®n con el Gobierno socialista de Jos¨¦ S¨®crates, al que ha prometido cooperaci¨®n para afrontar los muchos problemas que en los ¨²ltimos a?os han sumido a nuestro vecino en una seria crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y hasta an¨ªmica. S¨®crates ha de ser consciente de que ha sufrido un duro rev¨¦s y que el ¨¦xito de su programa de reformas depender¨¢ ahora en gran medida del grado y calidad de esta cooperaci¨®n con el presidente.

Cavaco Silva ha sido el candidato que mejor ha sabido presentar una ilusi¨®n y cierta confianza al electorado, pero sin ofrecer propuestas concretas. Su nombre est¨¢ asociado al dinamismo y el crecimiento econ¨®mico del que goz¨® Portugal durante su larga etapa de primer ministro (1985-1995) como l¨ªder del conservador Partido Social Dem¨®crata. Han fracasado estrepitosamente sus oponentes socialistas: Manuel Alegre, que ha conseguido un 20,7% de los votos pese a no contar con el respaldo oficial del PS, y el veterano M¨¢rio Soares, que a sus 81 a?os s¨®lo ha obtenido un 14,3% que marca el ocaso de una fecunda carrera pol¨ªtica.

La pugna verbal entre ambos durante la campa?a ha sido fiel reflejo de la confusi¨®n y la profunda crisis de los socialistas cuando no se ha cumplido a¨²n un a?o de su victoria por mayor¨ªa absoluta en las generales de febrero pasado. Para Soares la derrota es la amarga prueba de que estaban en lo cierto quienes le avisaron de que, habi¨¦ndolo sido todo en la vida pol¨ªtica de Portugal (presidente y primer ministro), sus aspiraciones no ten¨ªan sentido ni para ¨¦l ni para su partido.