La quimera del poder del gas de Rusia
Rusia empez¨® 2006 interrumpiendo las exportaciones de gas natural a Ucrania despu¨¦s de que el Gobierno de este pa¨ªs se negara a pagar una subida que multiplicaba por cuatro el precio subvencionado. La crisis de Ucrania, muchas de cuyas industrias de la era sovi¨¦tica dependen del barato gas ruso, pronto se extendi¨® a Europa, que consume el 80% de las exportaciones rusas de gas, cuando Ucrania empez¨® a desviar gas del gasoducto que cruza su territorio. Resulta ir¨®nico que 2006 sea tambi¨¦n el a?o en que Rusia asume la presidencia del Grupo de los Ocho, los pa¨ªses m¨¢s industrializados, cuya reuni¨®n est¨¢ prevista para esta primavera en Mosc¨². El inveros¨ªmil tema elegido por el presidente ruso Vlad¨ªmir Putin es la seguridad energ¨¦tica.
Aunque ya no sea una superpotencia global, las inmensas reservas de petr¨®leo y gas de Rusia la convierten en una superpotencia energ¨¦tica, y Putin parece decidido a jugar esa baza. El petr¨®leo aporta algo menos de poder econ¨®mico que el gas, porque es un bien fungible, y las interrupciones del suministro pueden subsanarse compr¨¢ndolo en los mercados mundiales. Pero el gas resulta caro de transportar, ya que depende de costosos gasoductos o de instalaciones de licuefacci¨®n que no pueden ser sustituidas r¨¢pidamente cuando los flujos se interrumpen. El gas supone una tentadora forma de influencia, y Rusia ya la ha empleado contra Georgia, Letonia, Lituania y Moldavia. Pero cuando Gazprom, el monopolio estatal ruso del gas, obedeci¨® las instrucciones de Putin de cortar la espita del suministro a Ucrania, Rusia estaba cruzando un nuevo umbral.
A primera vista, esto parece un caso cl¨¢sico de un pa¨ªs grande acosando a un pa¨ªs peque?o para lograr su sumisi¨®n. Como dec¨ªa Tuc¨ªdides en su Historia de la guerra del Peloponeso, "los fuertes hacen lo que quieren y los d¨¦biles sufren como deben". Rusia hab¨ªa apoyado al bando perdedor en la revoluci¨®n naranja de hace un a?o, y era hora de tomarse la revancha.
Pero resulta que Putin calcul¨® mal. Subestim¨® no s¨®lo la fuerza de Ucrania como conducto principal de las exportaciones de gas ruso a Europa, sino tambi¨¦n la influencia de Europa como consumidor principal del gas ruso. Y, de paso, da?¨® la reputaci¨®n de Rusia como abastecedor fiable de gas natural. La consecuencia fue un acuerdo improvisado r¨¢pidamente en el que tanto Rusia como Ucrania ced¨ªan terreno en cuesti¨®n de precios, y una oscura compa?¨ªa con sede en Suiza, medio controlada por Gazprom, inclu¨ªa el suministro de gas barato procedente de Turkmenist¨¢n en la ecuaci¨®n. Algunos analistas, al igual que el ex primer ministro de Ucrania Yuliya Tymoshenko, lanzaban acusaciones de corrupci¨®n contra la compa?¨ªa RosUrkEnergo.
Pero, dejando a un lado las acusaciones de corrupci¨®n, este resultado indica que el gas no es una fuente tan f¨¢cil de poder econ¨®mico duro como podr¨ªa parecer a primera vista. Algunos economistas sostienen que hay poco poder en unas relaciones en las que los compradores y los vendedores consienten en un precio que vac¨ªa el mercado. Sin embargo, en casos en los que compradores y vendedores no dependen por igual de la relaci¨®n, la mayor vulnerabilidad de la parte m¨¢s dependiente puede utilizarse como fuente de poder coercitivo por la parte menos dependiente. Rusia crey¨® que era menos dependiente que Ucrania, y decidi¨® ejercer ese poder. Pero una cosa es tener la mano m¨¢s poderosa en una partida que s¨®lo se juega una vez; si la partida va a prolongarse indefinidamente, uno ha de mantener la confianza de los dem¨¢s jugadores.
En otras palabras, la sombra del futuro insin¨²a que la mejor estrategia es la moderaci¨®n. Rusia descubri¨® r¨¢pidamente que sus amenazas contra Ucrania eran demasiado onerosas para su reputaci¨®n como proveedor fiable de Europa. Considerando la situaci¨®n en este contexto europeo m¨¢s amplio, hab¨ªa m¨¢s simetr¨ªa en la relaci¨®n energ¨¦tica entre Rusia y Ucrania de lo que parec¨ªan indicar a primera vista las cifras desnudas de la dependencia energ¨¦tica.
?En qu¨¦ estado deja todo esto a la seguridad energ¨¦tica de Europa? El ministro de Econom¨ªa alem¨¢n, Michael Glos, ha declarado que la cuestionable fiabilidad rusa significa que ha llegado el momento de explorar otras fuentes de energ¨ªa. Eso no ser¨¢ f¨¢cil. El gas supone casi una cuarta parte de la energ¨ªa europea, comparado con el 14% que supone la energ¨ªa nuclear. Incluso si los gobiernos vuelven a pensarse la prohibici¨®n de construir nuevas plantas nucleares, aceleran el desarrollo de la energ¨ªa e¨®lica y de los paneles solares, y buscan nuevas fuentes de gas natural, Europa seguir¨¢ dependiendo del gas ruso durante m¨¢s de una d¨¦cada.
Al mismo tiempo, Alemania, como mayor consumidor de gas ruso de Europa, ha basado sus esperanzas de seguridad energ¨¦tica en el desarrollo de una rica red de v¨ªnculos econ¨®micos con Rusia. El ex canciller Gerhard Schr?der incluso se convirti¨® en presidente de un consorcio ruso-germano para construir un nuevo gasoducto de Rusia a Alemania. Pero, como indica el episodio ucraniano, los gasoductos dedicados a un solo pa¨ªs pueden ser menos fiables que aquellos que transcurren por diversos pa¨ªses.
Si Rusia pretende darse importancia, ser¨¢ mejor que cuente con aliados entre los afectados. La clave de la seguridad energ¨¦tica est¨¢ en la diversidad, tanto de los gasoductos como de los proveedores. Los vecinos peque?os sin opciones sufrir¨¢n, pero puede que Europa, no. Al final, la pr¨®xima d¨¦cada estar¨¢ marcada por un delicado equilibrio en el que Europa seguir¨¢ dependiendo del gas ruso, pero la necesidad de Rusia de los ingresos de la exportaci¨®n tambi¨¦n la obligar¨¢ a depender de Europa. La lecci¨®n que ense?a el episodio de Ucrania es ¨¦sta: aunque Rusia no sea la potencia energ¨¦tica que podr¨ªa parecer, Europa har¨ªa bien en empezar a diversificar sus relaciones energ¨¦ticas.
Joseph S. Nye es catedr¨¢tico en la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard. Su ¨²ltimo libro es The Power Game: A Washington Novel (El juego de poder: una novela de Washington). Traducci¨®n de News Clips. ? Project Syndicate, 2006.
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