"El pacto de Catalu?a marca las l¨ªneas rojas para lo que se decida en Euskadi"
La aventura de Emilio Guevara Saleta (Vitoria, 1941) como parlamentario independiente del PSE, tras encabezar su lista en ?lava, va a durar quince meses. Sin embargo, este abogado de prestigio, ex diputado general de ?lava y redactor del Estatuto de Gernika con el PNV, afirma que pone fin anticipado a este su ¨²ltimo compromiso con la pol¨ªtica institucional porque han quedado encarriladas, en gran medida, las causas que le llevaron a aceptar volver a la arena p¨²blica.
Pregunta. Hay, sin embargo, un objetivo que no ha visto realizado: que su antiguo partido, el PNV, pase a la oposici¨®n.
Respuesta. No, no se puede plantear as¨ª. Yo me lanc¨¦ como una forma de solidaridad en una situaci¨®n de presi¨®n y violencia a los partidos no nacionalistas. Y luego, indudablemente, quer¨ªa impulsar una alternancia de car¨¢cter c¨ªvico, estatutario, m¨¢s que contra el PNV, contra una concepci¨®n soberanista y sectaria del pa¨ªs. En parte, esa alternativa est¨¢ lograda, en el sentido de que las elecciones ¨²ltimas han supuesto la derrota clara de Ibarretxe y de su plan, que no tiene ning¨²n futuro; m¨¢xime, tras el pacto sobre el Estatuto de Catalu?a. As¨ª que puedo irme tranquilo.
"Con el PSE s¨®lo he tenido la discrepancia que manifest¨¦ en septiembre sobre la pol¨ªtica en ?lava y la fusi¨®n de las cajas"
"Si el PNV se aferra al 'plan Ibarretxe' seguiremos bloqueados y tendr¨¢ que explicar por qu¨¦ en Catalu?a es posible un acuerdo y aqu¨ª no"
P. Sin embargo, usted sosten¨ªa que era saludable que el PNV fuera desalojado del poder despu¨¦s de 25 a?os.
R. Lo sigo pensando, a pesar de que el ¨²ltimo documento de la direcci¨®n del PNV [sobre el fin de la violencia y la normalizaci¨®n pol¨ªtica] tiene aspectos en los que vuelve ya a la l¨ªnea anterior a 1998, a Lizarra. No s¨¦ lo que ese giro dar¨¢ de s¨ª, pero se confirma lo que les anunci¨¦ hace dos a?os a los nacionalistas en las Juntas Generales de ?lava: que el plan de Ibarretxe no iba a salir y que al PNV le iba a pasar lo mismo que en la Rep¨²blica, que tuvo que meter en el caj¨®n el proyecto de Estatuto de Estella y hacer otro nuevo, porque no pasaba en las Cortes. Y les anunci¨¦, adem¨¢s, que en Catalu?a habr¨ªa un pacto. Por eso, una vez que compruebo que ¨¦ste se ha producido y que, afortunadamente, parece que hay una menor presi¨®n violenta sobre los pol¨ªticos no nacionalistas, me he dicho: ya he cumplido, y me voy a casa y a mi verdadera vocaci¨®n, que es la de abogado.
P. ?Qu¨¦ consecuencias cree que va a tener en Euskadi la eventual aprobaci¨®n del Estatuto de Catalu?a?
R. Hay una una cosa clara. En 1979, nuestro Estatuto fue el primero en discutirse, porque anduvimos listos y marcamos la pauta. Ahora, por una serie de razones, entre ellas el gran error de Ibarretxe, que nos ha hecho perder cinco a?os, pues los partidos catalanes nos han ganado por la mano y son ellos los que van a definir el nuevo ciclo estatutario. Queramos o no el pacto en Catalu?a, va a marcar las l¨ªneas rojas de lo que pueda acordarse en Euskadi. M¨¢xime cuando ya tenemos un Concierto Econ¨®mico que nos permite recaudar no ya el 50% de este u otro impuesto, sino el 100% de todos.
P. Pero, oficialmente, el PNV mantiene los principios del plan Ibarretxe y ha anunciado que ser¨¢ su aportaci¨®n en la futura mesa de partidos.
R. El plan Ibarretxe no ten¨ªa ning¨²n porvenir cuando se plante¨®, pero es que ahora est¨¢ mucho m¨¢s enterrado, por mucho que se empe?en con ¨¦l. Repito, el PNV, que es el equivalente a CiU en Euskadi, est¨¢ en la misma encrucijada que en 1933: si quiere un nuevo Estatuto m¨¢s potente que el de Gernika, que ya lo es mucho, lo puede conseguir en menos de un a?o. Ahora bien, si sigue aferrado al plan Ibarretxe, continuaremos bloqueados, y entonces van a tener que explicar a la gente c¨®mo es que en Catalu?a es posible un acuerdo y aqu¨ª no. Y eso ser¨¢ as¨ª con ETA o sin ETA, con mesa de partidos o sin ella.
P. En estos meses ha tenido alg¨²n que otro encontronazo con el PSE. ?Su experiencia ratifica la dificultad de encajar a independientes con acusada personalidad en en la disciplina de los partidos?
R. No. Mi caso no puede verse en esos t¨¦rminos. Mi marcha no obedece a que no est¨¦ a gusto en el PSE como independiente. S¨®lo he tenido la discrepancia que manifest¨¦ en septiembre sobre la pol¨ªtica en ?lava y la fusi¨®n de las cajas, tal como se planteaba. Lo de las cajas se ha quedado ah¨ª, y en cuanto a lo otro, lo curioso es que he decidido dejar el esca?o cuando se ha dado en ?lava lo que sosten¨ªa entonces: que hab¨ªa que ser coherentes y que, con ¨¢nimo de resolver los problemas de los ciudadanos y de ocupar una posici¨®n de centralidad, no pod¨ªamos dejar empantanada la administraci¨®n de la provincia en manos del PP, despu¨¦s de haber apoyado la investidura de [Ram¨®n] Rabanera.
P. ?Es ahora el PSE menos alternativa, con el recobrado protagonismo del PNV en Madrid y la ruptura de puentes entre socialistas y populares?
R. En pol¨ªtica no se pueden hacer pron¨®sticos r¨ªgidos.
Se ha producido en las ¨²ltimas fechas una cadencia de hechos importantes: el PSE, como primer partido de la oposici¨®n en Euskadi, ha llegado a un acuerdo presupuestario con el PNV, que es quien gobierna en la comunidad aut¨®noma, y tambi¨¦n con el PP, que gobierna en ?lava. ?Porqu¨¦ lo ha hecho? No porque renuncie a ser alternativa en ninguno de los dos ¨¢mbitos, sino por responsabilidad y por atender el clamor ciudadano para que los pol¨ªticos se entiendan. Yo creo que la gente normal ha entendido las dos cosas.
P. ?Hasta qu¨¦ punto el acuerdo presupuestario en la Diputaci¨®n de ?lava y el Ayuntamiento de Vitoria ha sido una compensaci¨®n por ese apoyo previo a las cuentas de Ibarretxe?
R. Tambi¨¦n podr¨ªa enunciarse la cuesti¨®n al rev¨¦s. Creo que responde a un mismo criterio. Si en el Parlamento vasco est¨¢s diciendo que puedes mantener tu propia alternativa y, sin embargo, abrir espacios de acuerdo, ese mismo discurso lo tienes que aplicar en el otro ¨¢mbito. Es una cuesti¨®n de coherencia. Estoy convencido de que el apoyo a los presupuestos del Gobierno vasco no lo ha decidido Rodr¨ªguez Zapatero, ni mucho menos: lo ha decidido la ejecutiva [del PSE] de Euskadi. Eso me consta.
P. ?Sigue pensando que la proyectada fusi¨®n de las cajas vascas es un error?
R. Tal como se plante¨®, s¨ª. Porque no se defin¨ªa previamente cu¨¢l es el papel de una caja unificada, de qui¨¦n es, qu¨¦ funciones b¨¢sicas tiene y c¨®mo deben ser sus ¨®rganos de direcci¨®n y control. En el proyecto que yo v¨ª s¨®lo se manejaron tres o cuatro conceptos de esos que valen para cualquier circunstancia: el tama?o, las sinergias, las oportunidades, el m¨²sculo financiero. Lo que no es de recibo en un pa¨ªs democr¨¢tico es que tres o cuatro se?ores que est¨¢n ah¨ª puestos por razones pol¨ªticas [los presidentes de las cajas vascas] pacten en el reservado de un restaurante la composici¨®n del consejo o la asamblea de la caja fusionada. En eso es en lo que no estaba de acuerdo, en c¨®mo se estaban haciendo las cosas. Ahora bien, si el d¨ªa de ma?ana, tras definir previamente las cuestiones que ha apuntado, se demuestra que hay que ir a una caja ¨²nica, yo soy el primero que la apoyar¨¦.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.