Buenas compa?¨ªas
Para salir de casa lo mejor es contar con buenas compa?¨ªas. Hasta los genios, mis¨¢ntropos aparte, necesitan buenas amistades, buenos compa?eros de trabajo, de mesa, de ocio o de negocio. En un restaurante del centro de Madrid, y en buena compa?¨ªa, me encontr¨¦ con Jaime Baily -finalista del Premio Planeta- que, liberado de la compa?¨ªa de Mari Pau Janer -la ganadora con la que tuvo que hacer pareja literaria- com¨ªa y charlaba en plan distendido con una dama desconocida y con Gustavo de Ar¨ªstegui, un joven pol¨ªtico de la l¨ªnea m¨¢s centrada del PP. Me pareci¨® una buena afinidad electiva. Un pol¨ªtico de la derecha con un novelista que no oculta su condici¨®n bisexual. Una buena manera de ir centrando algunos excesos verbales de un pa¨ªs que hace tiempo no quiere ser "cerrado y sacrist¨ªa".
Tambi¨¦n me encontr¨¦ a ?lvaro Pombo, que est¨¢ muy medi¨¢tico intentando hablar de su excelente novela de homosexualidades, Contra natura, no en compa?¨ªa de Eva Hache con la que hizo doblete televisivo en sus noches de Cuatro, sino con la novelista y poeta, uruguaya y barcelonesa Cristina Peri Rossi, que tambi¨¦n est¨¢ de bolos hablando de su poes¨ªa reunida. Sin duda forman otra buena pareja art¨ªstica. Se les nota contentos en un pa¨ªs en el que cada cual puede vivir de acuerdo a su propia historia. Uno de los personajes de Pombo, de sus amigos de ficci¨®n, es un reivindicador del morbo que ten¨ªan esas relaciones en los tiempos duros de la prohibici¨®n. Dice su personaje que las prohibiciones humedec¨ªan el apetito, exaltaban los deseos, agudizaban los ingenios er¨®ticos. All¨¢ ¨¦l, siempre habr¨¢ nost¨¢lgicos del franqu¨ªsmo. Pero ahora no ganan ni un refer¨¦ndum en El Pardo.
No piensan as¨ª ni Peri Rossi, ni Pombo ni todos los que tuvieron que sufrir los a?os negros contra el amor oscuro. Ni ellos, ni la mayor¨ªa heterosexual de un pa¨ªs que supo quitarse los yugos y las flechas. Los personajes de Pombo beben alcohol, principalmente whisky de marca. Los de Peri Rossi, los de sus poemas, no. Cuando ve a un hombre bebido "le sonr¨ªe como a un animal anacr¨®nico: todav¨ªa se droga con alcohol". Ella se reconoce otras adicciones, no esa: "No, no ingiero drogas. Desde peque?a s¨¦ intoxicarme sola".
Dejo a los escritores, ellos siguen hablando del cine de nuestras carteleras. De la excelente pel¨ªcula de vaqueros homosexuales, esa gran pel¨ªcula dirigida por Ang Lee, En terreno vedado. Una vez le escuch¨¦ a Pedro Almod¨®var que estaba barajando la posibilidad de adaptar ¨¦l ese relato de Annie Proulx. Uno de los muchos proyectos que en Hollywood le ofrecieron. Ya se sabe que en Hollywood le han querido, le quieren, un poco m¨¢s que en nuestros premios Goya. Ya veremos que pasa ¨¦sta noche con una producci¨®n de la factor¨ªa Almod¨®var. Con la varias veces nominada pel¨ªcula de Isabel Coixet, La vida secreta de las palabras. Isabel Coixet anda estos d¨ªas muy madrile?a, sin dejar sus toques anglosajones, estrena su adaptaci¨®n teatral de Charing Cross en la capital del gobierno de Zapatero. La internacional directora de L¨¦rida dice estar un poco saturada de "estatut" y de otras historias del tripartito. De lo que nunca se queja es del fuet ni de los premios San Jordi. Confiemos en que no salga rebotada de los Goya. Al menos siempre le quedar¨¢ su amor a John Berger, las librer¨ªas de viejo y el fuet de su tierra.
De las m¨²sicas de la Coixet a las de Mart¨ªn y Soler en el C¨ªrculo de Bellas Artes. Doscientos a?os despu¨¦s de su muerte, por fin recuperado y reivindicado uno de nuestros m¨¢s internacionales olvidados m¨²sicos. Mart¨ªn y Soler, que durante a?os fue el preferido de la corte de Jos¨¦ II, triunf¨® en la Viena de Mozart mucho m¨¢s que el genio que ahora lo llena todo. Gracias a su amistad con Mozart, gracias a un homenaje que le hace en Don Giovanni, no qued¨® olvidado ¨¦ste m¨²sico valenciano que recorri¨® las cortes europeas, sus teatros de ¨®pera y que cre¨® una moda con su obra Una cosa rara. Mart¨ªn y Soler, divertido, mujeriego y amigo de uno de los m¨¢s geniales libertinos del siglo XVIII, Lorenzo Da Ponte, el libretista de Mozart, de Salieri que tambi¨¦n lo fue de Mart¨ªn y Soler. Lo de Mart¨ªn y Da Ponte, fue mucho m¨¢s que una amistad de intereses, fue un complicidad en el arte de la diversi¨®n y en el arte de la fuga. Ahora se acaban de reeditar las divertid¨ªsimas memorias de Da Ponte, all¨ª aparece muchas veces retratado su amigo espa?ol. Una buena compa?¨ªa para la m¨²sica, una excelente compa?¨ªa para la vida, incluso para la vida golfa. No todo est¨¢ en las enc¨ªclicas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.