Un cofre de siglo y medio
El Banco de Espa?a, en Cibeles, celebra con una exposici¨®n el 150? aniversario de su denominaci¨®n
El Banco de Espa?a abre hoy martes su s¨®lida puerta met¨¢lica al chafl¨¢n de Cibeles para mostrar al p¨²blico, de manera sencilla y grata, su historia. Quiere festejar el 150? aniversario de su denominaci¨®n, que se cumple este a?o, con una exposici¨®n cuyo relato arranca cuando su sede se hallaba entre la calle de Atocha y la plaza de Jacinto Benavente. Tres d¨¦cadas despu¨¦s fue trasladada a la juntura del paseo del Prado con la calle de Alcal¨¢, uno de los mejores enclaves de Madrid.
La narraci¨®n del avance progresivo de los constructores del edificio por completar su cerramiento, limitado en un principio a dos esquinas a Cibeles y a la calle de Los Madrazo con el paseo del Prado, tiene un final feliz: la inminente culminaci¨®n del remate del v¨¦rtice que forman las calles de Alcal¨¢ y Marqu¨¦s de Cubas, encomienda que fue ganada en concurso, ya en 1979, por el arquitecto Rafael Moneo.
Una gran maqueta de madera bru?ida permite contemplar la evoluci¨®n del palacio
La muestra, abierta hasta el pr¨®ximo marzo, explica el cerramiento culminado por Moneo
La nueva esquina completa el cierre de manera resuelta y su expresi¨®n es una ponderada ecuaci¨®n de continuidad e innovaci¨®n, integradas ambas de lleno en la historicidad de un edificio de tan singular entidad, a juicio de Jos¨¦ Mar¨ªa Vi?uela, conservador patrimonial del Banco de Espa?a y comisario de esta exposici¨®n.
La muestra se exhibe en cuatro salas, las tres principales dispuestas a partir del chafl¨¢n al modo de grandes gajos de naranja: en el primero, los or¨ªgenes del banco, con paneles explicativos de las planimetr¨ªas previas a las primigenias de Eduardo de Adaro, Severiano Sainz de la Lastra y Jos¨¦ Mar¨ªa Aguilar, a partir de 1884. En aquel a?o, Alfonso XII, con una paleta y un piolet plateados que la sala muestra, inaugur¨® la obra con una primera piedra de grandes dimensiones, ceremonia de la que da cuenta un grabado all¨ª expuesto. Se da noticia tambi¨¦n de la primera ampliaci¨®n, realizada entre 1929 y 1934 por Jos¨¦ Y¨¢rnoz.
Para calibrar la maestr¨ªa de este arquitecto es preciso saber que, en un principio, la fachada del Banco de Espa?a ¨²nicamente abarcaba hasta el hoy gran portal de Alcal¨¢, 50, donde culminaba con un remate de cierre que Y¨¢rnoz desplazar¨ªa 50 metros m¨¢s all¨¢, despu¨¦s de abrir en ese mismo lugar la espl¨¦ndida puerta de rejer¨ªa que hoy presenta. Esta fachada a la calle de Alcal¨¢ terminaba en el palacio de Lorite, en el v¨¦rtice con la calle del Marqu¨¦s de Cubas. Tras un litigio jur¨ªdico, trufado de impugnaciones municipales, que dur¨® 25 a?os, la justicia dio la raz¨®n al banco y autoriz¨® la demolici¨®n del palacio, que ha permitido ampliarlo hasta esa esquina.
Entre la primera sala de la exposici¨®n y la segunda, m¨¢s c¨¦ntrica, se abre un tragaluz desde el cual se observa una de las mejores joyas all¨ª mostradas: la gran maqueta de madera con la ampliaci¨®n de Y¨¢rnoz, donde se contempla cada detalle ornamental del edificio, culminada por Miguel Prim en 1980. Encima de la bru?ida reproducci¨®n, enormes fotograf¨ªas de la artista alemana C¨¢ndida Hofer muestran la biblioteca del banco y la puerta blindada de su c¨¢mara acorazada, que presenta la particularidad de haber sido hecha en Pensilvania con un acero sensible que requer¨ªa de su incesante embadurnamiento, con vaselina, para evitar su oxidaci¨®n.
Esta sala cobra un vuelo especial ya que su v¨¦rtice ha sido felizmente iluminado con un espl¨¦ndida reproducci¨®n de la vidriera de la casa Mayer y Compa?¨ªa, que aboveda el plaf¨®n de la escalera de la puerta de honor, sobre el Paseo del Prado.
En la sala inmediata cabe contemplar los proyectos con los que los aspirantes a la ¨²ltima fase de la ampliaci¨®n concursaron en 1978: Eleuterio Poblaci¨®n, Oriol Bohigas, Y¨¢rnoz Orcoyen, Corrales y Molez¨²n, Cubillo de Arteaga, Moreno Barber¨¢ y el propio Rafael Moneo, cuya explicaci¨®n sobre el contenido de su proyecto se muestra en la memoria tal como el arquitecto navarro la redactara. Jos¨¦ Mar¨ªa Vi?uela comenta, con una sonrisa, que "por su concisi¨®n y su poder descriptivo puede ser considerada un cl¨¢sico de la arquitectura". En la saleta adyacente, Javier Campano, en 200 fotograf¨ªas, narra el relato visual de fachadas e interiores conforme a la estratificaci¨®n del banco.
Lo m¨¢s innovador de esta muestra, que se prolongar¨¢ hasta finales de marzo, es la explicaci¨®n que brinda del cerramiento concebido por Moneo para el chafl¨¢n entre Alcal¨¢ y la calle del Marqu¨¦s de Cubas. Este arquitecto modific¨® su esquema inicial, que consist¨ªa en una fachada de tres plantas y cubierta en pendiente; la b¨¢sica mostraba una hornacina ciega y la principal, dos pisos de galer¨ªas tetracolumnadas semejantes a las que flanquean la puerta de Cibeles. Modificaciones ulteriores, con mejor desenlace, llevaron a Moneo a optar por abrir la planta baja con una gran ventana met¨¢lica y rectil¨ªnea, que desciende a ras de suelo sin llegar a constituir una puerta. En la planta principal, otro gran ventanal de cresta arcada dialoga con el que se abre hacia la diosa madrile?a.
En los laterales, dos puertas tangentes y un vest¨ªbulo dan paso al interior, que ha exigido la excavaci¨®n hasta un cuarto s¨®tano, frente a los ocho del ala que se despliega a lo largo de marqu¨¦s de Cubas, obra de Y¨¢rnoz Orcoyen, hijo del tambi¨¦n arquitecto Jos¨¦ Y¨¢rnoz, y las dos que basan los paramentos hacia Alcal¨¢.
Las fachadas han sido construidas con granito de Alpedrete, en la zona correspondiente al almohadillado, y la ornamentaci¨®n, con caliza de Halconera, la cantera extreme?a explotada ya por los romanos y que Moneo conoce al detalle por haber sido autor del museo de Arte Romano de M¨¦rida, una de sus obras m¨¢s celebradas. Los ornamentos, mercurios, caduceos, medallones y cari¨¢tides han sido esculpidos en m¨¢rmol de Carrara por Francisco L¨®pez Quintanilla, con una labra precubista que evoca al manierista Lucca Cambiasso, inspirado en el alarife gallego Sim¨®n Rodr¨ªguez, del siglo XVIII. Estos paramentos muestran la particularidad de que sus l¨ªneas de cornisa, alineadas con exactitud con las preexistentes, sobresalen una cierta cuota, de manera que el suave combamiento de la fachada principal hacia la calle de Alcal¨¢ permite a los paseantes ver su saledizo como referencia.
Una innovaci¨®n m¨¢s es que el cerramiento del Banco de Espa?a por este ¨¢ngulo permitir¨¢ al p¨²blico que transite la Gran V¨ªa contemplar este chafl¨¢n y, adem¨¢s, captar la ¨²nica vista posible de la gran c¨²pula que, con un helipuerto construido en 1975, culmina las cubiertas.
La estructura del Banco de Espa?a ha variado pues, como la exposici¨®n tan amenamente narra, desde un solo v¨¦rtice con dos ¨¢ngulos y dos fachadas, a finales del siglo XIX, hasta la misma angulaci¨®n con una de las fachadas ampliada, correspondiente a la actuaci¨®n de Y¨¢rnoz padre, en torno a los a?os 30 del siglo XX, seguida por un tercer esquinazo, sobre la juntura entre la calle de Los Madrazo y Marqu¨¦s de Cubas, donde se hallaba el cine Gong, hasta que fue demolido y su lar integrado al recinto bancario. La cuarta actuaci¨®n, de Rafael Moneo, ser¨¢ inaugurada esta primavera.
Institucionalmente, la ampliaci¨®n debutar¨¢ con la reuni¨®n, en junio, del Banco Central Europeo, que se alojar¨¢ en la planta principal reci¨¦n abierta, en una sala de soleada diafanidad. Bajo ¨¦sta, Moneo ha ideado un anfiteatro de 160 localidades para conferencias y actos p¨²blicos, con sus pertinentes estancias para traductores y transmisiones.
A partir de ahora, el Banco de Espa?a podr¨¢ certificar que el laborioso cerramiento de su magna sede ha culminado con bien.
El edificio del Banco de Espa?a, 150? aniversario. Laborables, de 11.00 a 18.00. Festivos, de 11.00 a 14.00. Lunes, cerrado. Entrada gratuita. Acceso por la plaza de Cibeles.
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