De los tiempos de 'La Il¨ªada'
El Museo de Bellas Artes de Valencia exhibe una amplia muestra de la cultura de los tracios en la Antig¨¹edad
"Son tan bellas sus armas de oro que encantan a la vista, ya que no parece que hayan sido labradas por hombres mortales, sino forjadas para los dioses divinos". As¨ª describ¨ªa Homero a los tracios, una de las culturas m¨¢s misteriosas y olvidadas de la Antig¨¹edad. Sobre ella pretende arrojar luz la exposici¨®n Los tracios. Tesoros enigm¨¢ticos de Bulgaria, que exhibe 311 obras en el Museo de Bellas Artes hasta el 26 de marzo.
Precisamente fue en La Il¨ªada donde surgi¨® por primera vez el nombre de Tracia, hogar de un pueblo que habit¨® los actuales territorios del norte de Grecia, Bulgaria, Rumania y Ucrania, hasta la desembocadura del r¨ªo Dn¨ªeper. Durante siglos permanecieron en el olvido, hasta que el descubrimiento de extraordinarias tumbas reales llam¨® la atenci¨®n de los especialistas sobre el legado de este pueblo y las tribus que se asentaron en su territorio. Los descubrimientos se fueron encadenando desde la d¨¦cada de 1970 hasta la actualidad.
Dos de los hallazgos m¨¢s antiguos dan importantes pistas sobre la relevancia de estas culturas. En la necr¨®polis de Varna, hallada en 1972, se encontr¨® el primer oro trabajado del mundo. Collares, brazaletes, cetros, amuletos e incluso un falo de oro, todos ellos labrados con un refinamiento que sorprendi¨® a los investigadores, algunos de los cuales, impresionados, llegaron a situar en esta zona la cuna de la civilizaci¨®n europea.
A este hallazgo se une otro de tal relevancia que podr¨ªa cambiar la fecha de inicio de lo que se considera la historia, es decir el comienzo de textos escritos. Unas piezas fechadas en el a?o 5.500 antes de Cristo de la cultura Gradeshnitsa muestran lo que parecen ser unos pictogramas, lo que ha servido para que haya especialistas que avalen la tesis de que la escritura naci¨® en los Balcanes. Sin embargo, ni estos presuntos textos ni otros han podido ser descifrados, por lo que la entrada en la historia de estos pueblos se hizo a trav¨¦s de los griegos. M¨¢s tarde se sumaron las fuentes romanas.
Adem¨¢s de las piezas de oro o los pictogramas, la muestra, impulsada por la Obra Social de La Caixa, exhibe ricos ajuares, objetos suntuarios, armas y arneses, m¨¢scaras funerarias, cascos, armas o servicios para banquetes en oro, plata y bronce. Algunos de los objetos m¨¢s espectaculares corresponden a importantes ajuares del siglo IV, la ¨¦poca de mayor esplendor de la cultura tracia. En este periodo se encuadra el tesoro de Lenitsa, que consiste en 24 placas de plata rectangulares que formaban parte de un arn¨¦s. Tambi¨¦n el tesoro de Borovo, descubierto en 1974 en un promontorio funerario donde se encontraron tres ritones -vasos en forma de cuerno- que acaban en formas de caballo, toro y esfinge, as¨ª como un jarro de plata. A la misma ¨¦poca corresponde el tesoro de Rogozen, formado por 65 piezas de plata y oro con un peso total de m¨¢s de 20 kilos.
La exposici¨®n, en la que han colaborado el Ministerio de Cultura de Bulgaria y el Instituto de Tracolog¨ªa de la Academia B¨²lgara de las Ciencias, ofrece un cuidado recorrido cronol¨®gico que comienza en el Neol¨ªtico, pasa por la Edad de Bronce, la alianza con los troyanos, la colonizaci¨®n griega, la ocupaci¨®n persa, la fundaci¨®n del primer reino tracio 460 a?os antes de Cristo, la conquista macedonia por parte de Alejandro Magno, la ocupaci¨®n celta y la anexi¨®n romana por parte del emperador Claudio en el a?o 46 de nuestra era. Todo ello, a a trav¨¦s de 311 piezas cedidas por 33 museos b¨²lgaros y recopiladas en dos a?os de trabajo por parte de los dos comisarios de la exposici¨®n, Gregorio Luri y Albert Costa, con un objetivo: que las piezas ilustren el desarrollo de este pueblo a lo largo de la Antig¨¹edad.
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