El Ej¨¦rcito brit¨¢nico busca reclutas
Una campa?a intenta corregir el d¨¦ficit de soldados y la "fatiga de Irak"
El Ej¨¦rcito brit¨¢nico ha puesto en marcha una agresiva campa?a de publicidad para captar voluntarios. La guerra de Irak, pero tambi¨¦n el creciente bienestar econ¨®mico del Reino Unido y la ca¨ªda del paro, son los principales factores que explican el escaso atractivo que ofrece la vida castrense a los j¨®venes brit¨¢nicos. Se estima que la infanter¨ªa, compuesta por unos 28.000 soldados, necesita 2.000 hombres y mujeres adicionales para cubrir sus necesidades. Las cifras son a¨²n peores en el caso del Ej¨¦rcito Territorial, que agrupa a los reservistas y con sus 45.000 componentes tiene un d¨¦ficit de 6.000 soldados.
El problema no es s¨®lo la falta de nuevas vocaciones, sino la facilidad con que los militares dejan la carrera. Casi 500 soldados dejan el Ej¨¦rcito cada mes, afectados sobre todo por lo que los mandos describen como "la fatiga de Irak". El hecho simb¨®lico de que el n¨²mero de soldados brit¨¢nicos fallecidos en el conflicto iraqu¨ª haya llegado esta semana a los 100 no ha sido precisamente una ayuda.
A?o tras a?o se incumplen los objetivos de reclutamiento. El a?o pasado se alistaron 10.395 soldados, lejos del objetivo de 11.592 de nuevos reclutas que se hab¨ªa fijado el mando. El presupuesto de promoci¨®n publicitaria se ha disparado al pasar de 21 millones de euros a 38 millones de euros, de los que seis millones los consumir¨¢ la campa?a de prensa y televisi¨®n que empez¨® el pasado enero.
El Ej¨¦rcito intenta convencer a los j¨®venes de las bondades de la vida castrense lanzando un mensaje diverso en el que se resalta al mismo tiempo la oportunidad de ampliar estudios, una vida llena de est¨ªmulos para quienes aman los riesgos, la camarader¨ªa festiva de los viernes por la noche y, quiz¨¢ por encima de todo, la posibilidad de ver mundo y recibir un sueldo para ello. El dinero no es excesivo para los j¨®venes reclutas, entre 1.200 y 1.500 euros al mes, pero el salario es pr¨¢cticamente ahorro neto porque no se han de preocupar ni de la comida, ni de la casa, ni de la ropa de trabajo.
El problema de la falta de vocaciones no se debe s¨®lo a la guerra de Irak. Los brit¨¢nicos son ahora mucho m¨¢s ricos que hace 20 a?os y el pleno empleo ha sustituido a las largas colas ante las oficinas de paro. El Ej¨¦rcito crey¨® hace unos a?os encontrar una mina de oro al abrir sus puertas a los ciudadanos de la Commonwealth o a los extranjeros que gozaran de la doble nacionalidad. Pero las cifras se han disparado: los extranjeros suponen ya el 6% del total de los efectivos, una tasa que se elevar¨ªa al 9% si se contabilizara tambi¨¦n a los c¨¦lebres gurkas nepal¨ªes.
El alto n¨²mero de extranjeros contrasta con la escasa presencia de ciudadanos brit¨¢nicos de las minor¨ªas ¨¦tnicas. El domingo pasado, el Ej¨¦rcito despleg¨® varios veh¨ªculos y soldados para captar j¨®venes voluntarios en la plaza de Trafalgar, donde cientos de londinenses se hab¨ªan concentrado para celebrar el A?o Nuevo chino. Una buena ocasi¨®n para jugar a la guerra con ni?os y adolescentes. Los equipos de reclutamiento suelen apuntar hacia j¨®venes escolares de 14 o 15 a?os como objetivo prioritario: est¨¢n a punto ya de acabar los estudios obligatorios y muchos de ellos no saben a¨²n qu¨¦ hacer con sus vidas. El Ej¨¦rcito puede ser una buena salida para quienes piensan en dejar ya el entorno familiar y no saben c¨®mo hacerlo.
Hay tambi¨¦n otros medios. Por ejemplo, se han flexibilizado las normas de talla y peso. Hasta ahora, una persona de 1,80 metros de altura pod¨ªa pesar un m¨¢ximo de 90 kilos para ser admitido. Ahora podr¨ªa llegar casi a los 104 kilos. Se piensa en otras triqui?uelas, como pagar 750 euros a cada soldado que traiga a un nuevo recluta.
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