Una verdad americana
"Cuando rele¨ª el grueso de mi obra, un tema me result¨® predominante: no hab¨ªa duda de que casi toda versaba sobre Estados Unidos. ?Hasta qu¨¦ punto amaba a mi pa¨ªs y hasta qu¨¦ punto me repel¨ªa!", confiesa Mailer en el prefacio a The Time of Our Time, la recopilaci¨®n de art¨ªculos y cr¨®nicas que Random public¨® en 1998 para conmemorar el cincuenta aniversario de la primera edici¨®n de Los desnudos y los muertos, y que Anagrama acaba de traducir con el inequ¨ªvoco t¨ªtulo de Am¨¦rica. Se nos invita a releer al autor que tal vez se haya atrevido a llegar m¨¢s lejos en el viaje a las entra?as del Imperio que, de un modo u otro, de Gertrude Stein a la trilog¨ªa USA de Dos Passos, del Empire de Gore Vidal a Americana de DeLillo y Roth, acaban por emprender los escritores norteamericanos, cuyo reflejo en un espejo acostumbra a adornarse con barras y estrellas. El azar ha querido que el retrato de Mailer de los ¨²ltimos cincuenta a?os de Estados Unidos se complete con el que lleva a cabo Bellow en Todo cuenta, la recopilaci¨®n de piezas period¨ªsticas publicada en 1994 y que Galaxia acaba de traducir. Ambos popes de la narrativa norteamericana abominan de pusil¨¢nimes o acomodaticios, abren la caja de Pandora del american way of life y escriben sus cr¨®nicas con la sagacidad del periodista y la densidad del narrador: "Observamos al observador. Es el sabor de la ficci¨®n", en palabras de Mailer. El autor de La canci¨®n del verdugo disfruta revel¨¢ndonos los entresijos de las campa?as electorales y el modus operandi de algunos de los iconos de la cultura norteamericana, trascendiendo la realidad observada al insuflarle la emotividad y la empat¨ªa forjadas en la ficci¨®n literaria, esto es, elevando a los altares la bendita t¨¦cnica del Nuevo Periodismo y su collage, di¨¢logo y yuxtaposici¨®n de escenas -?no me lo expliques, h¨¢zmelo sentir!-. Am¨¦rica re¨²ne piezas maestras en la estela de Los ej¨¦rcitos de la noche como 'Un largo derrumbamiento de dos segundos' (el combate en im¨¢genes entre Foreman y Al¨ª), 'Masacre en Michigan Boulevard' y los dem¨¢s textos de 'Miami y el sitio de Chicago' (que traen a la memoria las manifestaciones contra Vietnam de las p¨¢ginas enloquecidas de Los ej¨¦rcitos de la noche, publicada tambi¨¦n en 1968), 'Altibajos de una ramera' (acerca de Garganta Profunda y la CIA, borradores para El fantasma de Harlot, de 1991, su posterior historia novelada de la CIA), las piezas de 'Cuatro a?os m¨¢s, y Watergate' o las de 'Los papeles presidenciales' (en torno a la ascensi¨®n de Kennedy y el contubernio de la cultura y el poder), publicadas en los sesenta en forma de libro para certificar que ?en Estados Unidos la pol¨ªtica sigue oliendo a dormitorio y a cocina!, p¨¢gina 79. El caso es que su af¨¢n polemista no caiga en saco roto, de ah¨ª que elija entre los distintos g¨¦neros las armas m¨¢s adecuadas para su esgrima verbal contra el sistema (rese?a, reportaje, art¨ªculo, columna o exabrupto), no en vano ya en 1958, en una entrevista para Esquire, Mailer sentenci¨® que "el prop¨®sito ¨²ltimo del arte es exacerbar la conciencia moral de la gente".
Bellow, en cambio, prefiere la
historia social y los vericuetos por los que se desenvuelve la cultura a la cr¨®nica pol¨ªtica qu¨ªmicamente pura, y sus textos, anegados en citas y nombres, como es costumbre en el autor de Herzog (name-dropper incorregible), m¨¢s temperados, se avienen m¨¢s con la memoria personal que con la vocaci¨®n period¨ªstica. Prueba de ello son sus recuerdos del Chicago de la Gran Depresi¨®n ('En la ¨¦poca de mister Roosevelt'), su contribuci¨®n al estudio de la idiosincrasia norteamericana ('Hay sencillamente demasiado que pensar', 'Otra media vida') -"pensamos que los extranjeros son americanos incompletos, y estamos convencidos de que debemos ayudarlos para acelerar su evoluci¨®n, p¨¢gina 404-, el homenaje a su amigo Allan Bloom (anticipo de su novela Ravelstein, de 2000) o su impagable semblanza de la Espa?a de posguerra, 'Carta de Espa?a' (o 'Aventuras de un yankee en la corte del rey Franco'), textos todos ellos que van componiendo una suerte de autobiograf¨ªa contaminada de ficci¨®n, f¨®rmula que en mayor o menor medida viene aplicando desde Las aventuras de Augie March (1953).
Mano a mano, Mailer y Bellow le componen al lector un documental por el que transitan dioses como Kennedy junto a an¨®nimos hombrecillos de a pie que entender¨ªan sin esfuerzo la maquinaria mental de Homer Simpson, el patriotismo de pandereta y las latas Campbell's, las intrigas electorales de los sesenta y la Am¨¦rica del pop-art de la hamburguesa de Oldenburg, las alcantarillas de la mafia del boxeo y el glamour de las pin-ups (y de Mr. Rockefeller perdiendo las elecciones), Holden Caulfield, Bogart, Superman, Gatsby, Huckleberry Finn y las hordas de beatniks y hippies rescatados por Mailer del imaginario colectivo y desfilando por sus p¨¢ginas chillonas de revista Life junto a una galer¨ªa de retratos -Hemingway, Roosevelt, Nixon, Johnson, Kissinger, Carter, Cheever, Jruschov, Castro, Bush, Clinton o el cronista Norman Mailer- con el que Bellow y Mailer contribuyen a una historia ilustrada y sui g¨¦neris de la cultura made in USA. Disertando acerca de mitos como el de la Monroe, el de Cassius Clay o el de Kennedy, los mismos que Warhol convirti¨® para siempre en publicidad del sue?o americano, y d¨¢ndole vueltas de tuerca a cuestiones como la benem¨¦rita mafia, el dichoso multiculturalismo, la larga sombra de la Casa Blanca, el thriller del Watergate o las junglas de asfalto como Nueva York, es como si Mailer y Bellow desplegasen sobre sus art¨ªculos, cr¨®nicas y reportajes esa ir¨®nica, ambigua y seudopatri¨®tica bandera estadounidense de Jasper Johns colgada en el MOMA.
La biograf¨ªa no autorizada de la
Norteam¨¦rica contempor¨¢nea que resulta de ambos libros avanza de forma paralela a la jugosa metamorfosis que transforma a esos enfants terribles cuyos primeros pinitos literarios ya le levantaban la voz al T¨ªo Sam en unos viejos zorros de cuidado llamados Norman y Saul, ¨¦mulos de Bonnie y Clyde disparando balas de papel contra el establishment, que jam¨¢s bailan al son que les tocan porque, al fin y al cabo, los tipos duros no bailan.
Am¨¦rica. Norman Mailer. Traducci¨®n de Marco Aurelio Galmarini. Anagrama. Barcelona, 2005. 577 p¨¢ginas. 22 euros. Todo cuenta. Del pasado remoto al futuro incierto. Saul Bellow. Traducci¨®n de Benito G¨®mez Ib¨¢?ez. Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo de Lectores. Barcelona, 2005. 407 p¨¢ginas. 23,50 euros.
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