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Los patrones de comunicaci¨®n y de comercio han experimentado una revoluci¨®n gracias a la r¨¢pida difusi¨®n de la telefon¨ªa m¨®vil, Internet y el comercio electr¨®nico. El siguiente paso no es tanto el crecimiento del mercado, sino que sus clientes recibir¨¢n ofertas personalizadas ajustadas a sus preferencias y estilo de vida.
Los patrones de comunicaci¨®n y de comercio han experimentado una revoluci¨®n gracias a la r¨¢pida difusi¨®n de la telefon¨ªa m¨®vil, Internet y el comercio electr¨®nico. El siguiente paso no es tanto el crecimiento del mercado, sino que sus clientes recibir¨¢n ofertas personalizadas ajustadas a sus preferencias y estilo de vida.
Hace apenas diez a?os era impensable imaginar la explosi¨®n de las redes de comunicaci¨®n que hoy marcan el ritmo de nuestra vida: Internet, la telefon¨ªa m¨®vil y el comercio electr¨®nico han cambiado radicalmente los patrones de comunicaci¨®n y comercio de la sociedad.
Por ejemplo, en tan s¨®lo nueve a?os, de 1993 a 2004, s¨®lo en Espa?a el n¨²mero de abonados a la telefon¨ªa m¨®vil ha pasado de 257.000 terminales a los 40 millones actuales. Si algo ha caracterizado a las nuevas tecnolog¨ªas ha sido su enorme velocidad de difusi¨®n, en algunos casos exponencial. Abundan los casos que dan v¨¦rtigo, como, por ejemplo, el de Sabeer Bhatia y Jack Smith. Estos dos emprendedores intuyeron desde el principio un gran ¨¦xito en su negocio, pero dif¨ªcilmente llegaron a imaginar que su idea de facilitar cuentas de correo electr¨®nico gratuito a los usuarios de la Red les llevar¨ªa a conseguir, entre 1995 y 2000, un total de 34 millones de clientes de su empresa, Hotmail, y que pasados 10 a?os el n¨²mero de usuarios de la empresa se aproximar¨ªa a los 200 millones en todo el mundo, cifra que se est¨¢ reduciendo debido a que ya han aparecido fuertes competidores, como es el caso de Gmail, creada por Google. En cualquier caso, Bhatia y Smith invirtieron menos de 500.000 d¨®lares para la publicidad de su servicio de correo gratuito en Internet en 1995. La explosi¨®n se produjo por una estrategia de comunicaci¨®n que consist¨ªa en a?adir al final de cada correo electr¨®nico enviado la invitaci¨®n a darse de alta en ese servicio. Y el negocio les sali¨® tan bien que vendieron su invento a Microsoft por 400 millones de d¨®lares.
Millones de transacciones cada d¨ªa. Pero ¨¦ste no es el ¨²nico caso de una iniciativa de difusi¨®n masiva y rotundo ¨¦xito comercial. M¨¢s tierna es la historia de Pierre Omidyar, un gran aficionado a Internet que poco se imaginaba en 1995 lo que le ocurrir¨ªa al decidir ayudar a su novia, Pamela Wesley, a completar su colecci¨®n de caramelos. Gracias a la afici¨®n de Pamela por los peque?os caramelitos, Pierre puso en marcha un sitio web con el objetivo de conocer a personas de todo el mundo y facilitar el intercambio de art¨ªculos ¨²nicos y singulares. Hoy ese sitio es eBay, l¨ªder mundial de subastas a trav¨¦s de Internet y donde se puede comprar y vender todo tipo de art¨ªculos. Actualmente, la empresa est¨¢ presente en 33 pa¨ªses y cuenta con la friolera de 168 millones de usuarios. Dispone de 60 millones de art¨ªculos en venta, y la rotaci¨®n es tal que cada d¨ªa entran cinco millones nuevos de art¨ªculos. En estos momentos existen nada menos que 340.000 tiendas de usuarios. Pero lo m¨¢s fuerte de todo es que se estima que m¨¢s de 750.000 personas en todo el mundo viven total o parcialmente de sus ventas en eBay.
En este entorno, donde la tecnolog¨ªa facilita soluciones ins¨®litas a costes cada vez menores y con mecanismos m¨¢s eficientes, la pr¨®xima revoluci¨®n est¨¢ llamando ya a nuestras puertas. Los tel¨¦fonos m¨®viles multifunci¨®n y la telefon¨ªa de cuarta generaci¨®n se encargar¨¢n de ello, ya que los usuarios podr¨¢n estar permanentemente conectados a una ventana de servicios sin fin: agenda, radio, reproductor audiovisual, televisi¨®n, ordenador, videoconsola, c¨¢mara de fotos, c¨¢mara de v¨ªdeo, videoconferencia, GPS, correo electr¨®nico y, en general, todos los servicios que ofrece Internet; adem¨¢s, relacionados entre s¨ª.
En menos de 10 a?os, la conexi¨®n a Internet anclada de manera permanente a un punto formar¨¢ parte del pasado. Internet estar¨¢ y funcionar¨¢ en alta velocidad en todas las ¨¢reas del hogar, del lugar de trabajo, de los centros de formaci¨®n y, c¨®mo no, en los dispositivos m¨®viles. La figura del ordenador personal como ¨²nica puerta de acceso a la Red dar¨¢ paso a nuevos formatos donde la portabilidad o el v¨ªnculo con el medio de transporte o el electrodom¨¦stico ser¨¢n la pauta. Adem¨¢s, la penetraci¨®n de dispositivos m¨®viles seguir¨¢ creciendo, y con ella la de personas que estar¨¢n online no s¨®lo v¨ªa PC.
Oferta a la medida. No es, por tanto, absurdo augurar un futuro en el que el n¨²mero de mercados crezca no s¨®lo por desarrollo demogr¨¢fico, sino porque los clientes potenciales empezar¨¢n a ser tratados con ofertas completamente individualizadas y recomendaciones ajustadas a las preferencias y estilo de vida del cliente, tal y como, por ejemplo, viene haciendo hace tiempo Amazon.com.
Adem¨¢s, en un entorno definido por una web sem¨¢ntica o inteligente, capaz no s¨®lo de presentar la informaci¨®n contenida en las p¨¢ginas web, como ahora, sino que adem¨¢s comprender¨¢ dicha informaci¨®n, dispositivos y personas trabajar¨¢n en intensa cooperaci¨®n.
Visualicemos algunos ejemplos simples de lo que est¨¢ por venir en ese futuro no tan lejano: la televisi¨®n se utilizar¨¢, junto a la Red, en el dispositivo m¨®vil, y con descargas selectivas en funci¨®n de las preferencias determinadas por el usuario o por la programaci¨®n que se establezca en el dispositivo; los electrodom¨¦sticos se encargar¨¢n, si el usuario as¨ª lo decide, de gestionar las compras necesarias en el hogar; la oferta de ocio se dirigir¨¢ a la carta y completamente adaptada a las preferencias del usuario, facilitando al m¨¢ximo el acceso a los contenidos de todo tipo (libros, revistas, pel¨ªculas, juegos, etc¨¦tera) tanto en Internet como en formatos de soporte convencional; la relaci¨®n entre m¨¢quinas y servicios ser¨¢ total, y apenas habr¨¢ restricciones tecnol¨®gicas que inhiban el desarrollo de soluciones que hoy nos parecen inimaginables.
Pierre Teilhard de Chardin dec¨ªa hace m¨¢s de 50 a?os que el mundo ser¨ªa una esfera de comunicaci¨®n. No se equivocaba, esperemos que para el bien de todos.
?lex Rovira Celma es profesor de Esade, conferenciante y escritor.
Nuevos h¨¢bitos muy pr¨¢cticos
Las soluciones que ofrece Internet proporcionan el desarrollo de h¨¢bitos que anta?o eran impensables. Por ejemplo, si hay alg¨²n obsequio navide?o de los que ha recibido que no le place, puede hacer como el 20% de los ciudadanos norteamericanos que no quedaron satisfechos con sus presentes navide?os hace pocas semanas: los subastaron en Internet.
En Espa?a, y seg¨²n un estudio realizado por GFK Emer, el 66% de los encuestados manifest¨® estar dispuesto a subastar los regalos que no les han gustado. De este modo, Pap¨¢ Noel y los Reyes Magos siguen trabajando a trav¨¦s de la Red incluso hasta la primavera. Y es que ya no hay quien se salve del impacto de las nuevas tecnolog¨ªas.
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