"Las reacciones a las vi?etas obedecen a razones pol¨ªticas"
Universitario franc¨¦s, Jean-Fran?ois Cl¨¦ment afirma que es "falso y absurdo" decir que el Cor¨¢n proh¨ªbe la representaci¨®n del Profeta. Especialista del islam marroqu¨ª y de la imagen en esta religi¨®n,ha publicado varios libros (El islam, 1994; El ¨ªdolo en el imaginario occidental, 2005) sobre estos temas.
P. La ira de los pa¨ªses musulmanes da la impresi¨®n de que su prensa no conoce el concepto de caricatura. ?Es eso cierto?
R. Es falso. En los pa¨ªses musulmanes donde la libertad de prensa existe, la caricatura y el dibujo son parte del ¨¢mbito normal de la cr¨ªtica social. No obstante, hay l¨ªmites. No se puede desacralizar al jefe de Estado, si no llega la censura. Pero s¨ª hay muchos dibujos y caricaturas que afectan la propia religi¨®n musulmana, la hipocres¨ªa de determinados creyentes, el car¨¢cter superficial de la fe, el poder exorbitante de algunos responsables religiosos. En estos pa¨ªses, sobre todo los m¨¢s abiertos de Oriente Pr¨®ximo (L¨ªbano, Egipto), la insolencia de la caricatura existe realmente. Se puede representar a los jud¨ªos, al Papa, a los presidentes americanos. Pero nadie encontrar¨¢ jam¨¢s, en todos estos dibujos, al profeta Mahoma.
"En los pa¨ªses musulmanes democr¨¢ticos, hacer caricaturas es normal"
"Hay tres argumentos religiosos contra las vi?etas, y los tres son falsos o absurdos"
P. ?De d¨®nde viene esta prohibici¨®n?
R. Al principio, no hay una prohibici¨®n espec¨ªfica en cuanto a la representaci¨®n del Profeta. La prohibici¨®n del islam concierne a la figuraci¨®n en general, las estatuas con funci¨®n de ¨ªdolo, "inventadas por Sat¨¢n", seg¨²n dice el Cor¨¢n. Luego, encontramos en la Suna [conjunto de palabras y acciones de Mahoma], espec¨ªficamente en el libro de hadits de Muhammad al Bukhari (810-870), tres actitudes posibles frente a la imagen: tolerar, pero abstenerse de producirla; condenarla por la palabra; practicar la iconoclasia, es decir, destruir la imagen. No se pueden producir im¨¢genes porque la fabricaci¨®n de formas figurativas se considera una actividad que puede amenazar el monopolio de Dios.
P. ?C¨®mo explicar entonces que, a pesar de esta prohibici¨®n, existen numerosas representaciones, incluso del propio profeta Mahoma?
R. Hubo, en efecto, entre el siglo XIV y el XVI, te¨®logos persas, indios o turcos que toleraron la representaci¨®n de figuras humanas, de ¨¢ngeles e incluso del Profeta, esquivando la prohibici¨®n mediante cuatro modos: pintando una figura reducida, que no puede ser confundida con una figura real; considerando que todas las figuras son producidas por Dios, y no por los hombres; representando al Profeta con un blanco en lugar de la cara; tambi¨¦n se encuentra su cara cubierta por un velo.
P. ?Los argumentos utilizados en las manifestaciones actuales son m¨¢s religiosos o pol¨ªticos?
R. Son m¨¢s pol¨ªticos que religiosos. Estas caricaturas son consideradas como una ofensa contra los musulmanes en un gui¨®n de "choque de civilizaciones", inventado en Estados Unidos, pero perfectamente integrado por los pa¨ªses musulmanes desde el 11 de septiembre. Este asunto de las caricaturas es parte de una mentalidad de "victimizaci¨®n" que existe entre los musulmanes: creen que la prensa europea y los occidentales en general no les entienden, no les quieren, violan, en nombre de su libertad de expresi¨®n, lo m¨¢s precioso que ellos tienen -su fe- y hacen leyes en contra de los musulmanes. Pero hay tres argumentos espec¨ªficamente religiosos, y los tres son falsos o absurdos: el Cor¨¢n proh¨ªbe la representaci¨®n del Profeta; el Profeta nunca ha sido representado a lo largo de la historia del islam; por fin, si se representa al Profeta, se arriesga a transformarle en un ¨ªdolo. Estamos frente a pa¨ªses que no se desarrollan econ¨®micamente, que viven en un universo dominado por la idea de que los otros tienen la culpa de su pobreza. El verdadero problema -y volvemos al tema de la imagen- es la representaci¨®n que tienen de s¨ª mismos y la que tienen de los dem¨¢s.
? Le Monde
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