En defensa del tripartito
Cuando el dictador muri¨® en 1975 Espa?a estaba a la cola de Europa. Hoy Espa?a contin¨²a a la cola de Europa en muchos aspectos que afectan a la calidad de vida de la ciudadan¨ªa. La causa de este continuo retraso es la excesiva influencia que las fuerzas conservadoras (y las clases y lobbies que representan) han tenido y contin¨²an teniendo en nuestro pa¨ªs. Veamos. Cuando el dictador muri¨® en 1975, Espa?a ten¨ªa el gasto p¨²blico social m¨¢s bajo de Europa (s¨®lo el 14% del PIB, comparado con el promedio de los pa¨ªses que m¨¢s tarde formar¨ªan la Europa de los Quince, que era el 22%) y el gasto p¨²blico en infraestructuras (tales como carreteras y ferrocarriles) m¨¢s pobre de la Europa occidental (el 0,6% del PIB, comparado con el 2,4% en lo que ser¨ªa m¨¢s tarde la UE-15). La dictadura impuso un enorme retraso a Espa?a.
La democracia, sin embargo, permiti¨® ir reduciendo tales d¨¦ficit, lo cual ocurri¨® sobre todo en la d¨¦cada de 1980, bajo el Gobierno socialdem¨®crata que moderniz¨® Espa?a. A principios de la d¨¦cada de 1990 el Gobierno socialista, sin embargo, fue distanci¨¢ndose de sus promesas electorales, lo cual cre¨® el alejamiento de sus bases electorales, situadas m¨¢s a la izquierda que el Gobierno del PSOE, con lo cual, en 1993, ¨¦ste casi perdi¨® las elecciones legislativas. El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, respondi¨® se?alando que hab¨ªa entendido el mensaje que le hab¨ªa enviado su electorado, lo cual se interpret¨® ampliamente como un deseo de virar hacia la izquierda. La sorpresa fue mayor cuando se ali¨® no con las izquierdas sino con la derecha catalana, CiU, iniciando una pol¨ªtica de austeridad de gastos p¨²blico y social (realizada bajo la direcci¨®n del entonces ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes) que signific¨® un descenso muy marcado del gasto p¨²blico social por habitante, contribuyendo al deterioro en los servicios p¨²blicos del Estado del bienestar, responsables, en parte, de su derrota en el a?o 1996, consecuencia de una gran abstenci¨®n de su electorado. El Gobierno conservador del PP (aliado tambi¨¦n con CiU) continu¨® e incluso increment¨® estas pol¨ªticas de austeridad de gasto p¨²blico social, el cual creci¨® mucho m¨¢s lentamente que en la mayor¨ªa de los Quince, con lo cual el d¨¦ficit de gasto p¨²blico social de Espa?a con el promedio de los Quince aument¨® espectacularmente, alcanzando una enorme cifra de 60.000 millones de euros; el d¨¦ficit de gasto en infraestructuras entre Espa?a y la Europa de los Quince alcanz¨® unos 20.000 millones de euros. Durante el periodo 1993-2004 los ingresos del Estado que durante la d¨¦cada de 1980 fueron a corregir el d¨¦ficit social de Espa?a y a modernizar el pa¨ªs, se destinaron a corregir el d¨¦ficit presupuestario del Estado, de manera tal que cuando el Estado espa?ol alcanz¨® el equilibrio presupuestario en el a?o 2002 (condici¨®n para alcanzar la convergencia monetaria), Espa?a ten¨ªa de nuevo el gasto p¨²blico social m¨¢s bajo de los Quince. Una vez m¨¢s, los costes de alcanzar la integraci¨®n europea los pag¨® la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares que son los que m¨¢s utilizan los servicios p¨²blicos del Estado del bienestar y tambi¨¦n son los m¨¢s afectados por el escaso desarrollo de sus infraestructuras.
Esta situaci¨®n se hizo incluso m¨¢s intolerable para las clases populares de Catalu?a, en las que, adem¨¢s del d¨¦ficit del gasto p¨²blico social (al cual contribu¨ªa el d¨¦ficit fiscal con el resto de Espa?a), se desarrollaban unas pol¨ªticas clasistas de claro apoyo a los sectores de renta superior (el 35% de la poblaci¨®n de ingresos mayores) que utilizan los servicios privados. Como resultado de estas pol¨ªticas, la escuela privada (la cual recib¨ªa los subsidios m¨¢s altos de Espa?a) que sirve a los grupos m¨¢s pudientes de la sociedad, daba una oferta docente de 1.050 horas m¨¢s que la p¨²blica (a la que atienden los hijos de las clases populares, el 60-65% de la poblaci¨®n catalana) con lo que al terminar los seis a?os de primaria los estudiantes de la p¨²blica recib¨ªan un a?o menos que los de la privada. Como consecuencia, Catalu?a es la comunidad aut¨®noma con mayores desigualdades educativas y mayor fracaso escolar.
El deterioro de los servicios p¨²blicos cre¨® revuelo y movilizaci¨®n. Las izquierdas ganaron en Catalu?a y el PSOE gan¨® en Espa?a, con promesas que inclu¨ªan, por parte del Gobierno tripartito, el compromiso a que el gasto p¨²blico social en Catalu?a, como porcentaje del PIB, convergiera con el de los pa¨ªses y regiones de igual desarrollo econ¨®mico. El compromiso del PSOE era alcanzar el gasto p¨²blico social por habitante promedio de los Quince. Los primeros pasos de ambos gobiernos muestran un cambio notable del gasto p¨²blico que beneficia a las clases populares.
Estas pol¨ªticas han estimulado una movilizaci¨®n en contra por parte de lobbies financieros, econ¨®micos y medi¨¢ticos, as¨ª como amplios sectores de los grupos y clases dominantes que desean debilitar al tripartito catal¨¢n y cambiar el rumbo del Gobierno socialista, virando a la derecha para aliarse una vez m¨¢s con la derecha catalana, tal como ocurri¨® en 1993. Y como siempre en la historia de Espa?a, los nacionalismos de los dos lados del Ebro se est¨¢n utilizando para esconder intereses de clase. En este sentido, es un error de Zapatero haber dado protagonismo a la derecha catalana, presentando el acuerdo PSOE-CiU como "la columna vertebral del estatuto negociado", olvid¨¢ndose de que Catalu?a es un granero de izquierdas (que puso al PSOE en el poder) a las que no ha gustado tal protagonismo, sobre todo teniendo en cuenta que, como bien dijo el presidente de la Generalitat, los votos de CiU no eran necesarios para la aprobaci¨®n del Estatuto (y todav¨ªa menos cuando tal voto requiri¨® concesiones en los derechos sociales de la ciudadan¨ªa como las que impuso en la elaboraci¨®n del Estatuto). Dar protagonismo a CiU para tranquilizar a los nacionalistas espa?oles, en contra de la izquierda independentista, es adem¨¢s de tener una enorme desconfianza hacia la mayor¨ªa de catalanes que nos sentimos espa?oles, reforzar a las derechas en Catalu?a y en Espa?a y debilitar el primer Gobierno de izquierdas que Catalu?a ha tenido en los ¨²ltimos 67 a?o, diluyendo el compromiso de izquierdas del Gobierno espa?ol.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la UPF.
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